Yo soy muy de rancheras. Ahora que ya tengo una edad, creo que puedo confesarlo sin remilgos. Todo empezó por cierto cantante mexicano que me trajo tonta toda la adolescencia, y lo que no fue adolescencia. Era uno de esos gustos que no quieres tener pero que tienes. Era un sentir vergüenza de una. Un horror. Pero el caso es que me gustaba tela. Y así desde los trece, que se dice pronto. Que, por cierto, a mí a los trece años me parecía él, que andaría entonces por los veinte, mayorcísimo. Lo sé. Si tuviera una máquina del tiempo volvería atrás sólo para dar dos leches a mi yo de trece años. Zas, zas.
En fin, todos tenemos un pasado. Total, que el muchacho de veinte años entonces, que era, como todo cantante de por allí, un poco hortera y más dulzón que el merengue, creció no sólo en años sino también en esas cualidades. Con lo que a mí me produjo cada vez más urticaria. Pero me seguía gustando. ¿Cómo se come eso? No lo sé, pero ya os digo que viene de familia. Porque mi madre fue en su época fan de las de verse todos los conciertos de Raphael, pero, palabras textuales, no le ha soportado nunca.
Ya, ya. Raras everywhere.
Supongo que tiene que ver con esa parte de nosotros mismos que desconocemos y no controlamos. Subconsciente, hormonas, vete a saber. Eso o son recuerdos de otras vidas, oye. A ver si es que la reencarnación va a existir y se manifiesta en gustos musicales a los que no les encuentras lógica. ¿Fui en otra vida mexicana? Pues si lo fui y lo único que me queda de aquello es que durante varios años de mi vida no pude oír las palabras "Luis Miguel" (ale, ya lo dije) sin sufrir un vahído, no mola, eh. NO MOLA.
Porque el picante tampoco es que lo tolere mucho, la verdad.
En fin, que yo venía aquí a hablar de rancheras. De aquellos años de mi adolescencia dedicados al estudio del Homo Cantantis Latinus Horteris, me quedan las rancheras. Es que de Luismi pasé a Alejandro Fernández -que me sigue gustando- y de éste, a su padre, Vicente Fernández. Algo bueno tenía que tener. De hecho, ahora mismo las únicas canciones de LM que evocan en mí ciertos sentimientos del pasado -qué cursi, por favor- son las rancheras.
Menos mal que en aquellos años de la prehistoria no había ni Internet, ni Youtube ni Spotify ni nada. Yo conseguía mis dosis luismigueleras de la radio (cintas, boli bic, odiar al locutor cuando hablaba a mitad de una canción, desear una mini cadena de doble pletina, esas cosas). También de la biblioteca, de donde me saqué en préstamo precisamente el doble CD de El Concierto, al que pertenece este vídeo. Doble CD que permitía, creo, ver el concierto en el ordenador, pero como yo no tenía ordenador, pues nada.
Me pilla ahora, con todos los medios al alcance, y a mí me encierran. Porque ahora veo la actitud pasota del chico, como de que aquí vengo y en lo que me coloco el micrófono y tal, os canto una canción como si no fuera conmigo, sólo tirando de voz. Que no se sabe ni la letra y la tiene que leer. Tiene delito la cosa. Yo ahora, ya os digo, veo todo eso. Pero hace años no hubiera visto nada de nada porque me habría desmayado al primer "si nos dejan". Puede, eso sí, que a fuerza de poder acceder a sus canciones, la locura se me hubiera pasado antes. Se valora más lo que cuesta tiempo y esfuerzo obtener.
Cómo cambian los tiempos. Qué batallita os he soltado. Qué horror todo.
Y el caso es que no he hablado nada de rancheras, que es a lo que yo venía. A lo mejor ha sido una treta de mi subconsciente para volver a Luis Miguel sin que yo me diera cuenta.
Ya no puede una ni fiarse de su psique.
Ya no puede una ni fiarse de su psique.
jajajajaja Fiate de tu psique y no corras :D :D
ResponderEliminarYa ves... cuánta traición...:))
EliminarPues me dejas hecha polvo... porque a mí, desde muy chiquituja, me han encantado las rancheras. Pero las rancheras estas de cantantes que no conoce ni su madre y que cantan con voz alcoholizada.... Pues eso. Y me siguen gustando. Y el luismi, pues qué quieres que te diga, nunca me ha hecho suspirar, pero a Jack le encanta, y yo lo tolero más que bien. Y este si nos dejan me deja jarl. Y todo eso.
ResponderEliminarEso sí, yo quizá fuese algo así como mejicano en otra vida, porque tolero bien el picante y el tequila, oooorale. Y la comida mexicana -pero la de verdad- me pirra. (Espera, que voy a volver a darle al video xD)
Total, que lo cuentas todo así con un pesar, y yo que voy sin remordimientos rancheros por la vida me quedo un poco plof. Que el otro día lo puse en tuitel y todo: "Estoy en modo ranchera. Matadme por diorl". Y nadie me mató. Así que a rancherear.
En fin, que no tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey xD Y tal.
No, no, si yo soy muy de rancheras. Por eso digo que lo que me trajo tanto fanatismo adolescentoide con Luismi fue conocer el mundo rancheril, que me priva, vamos. xDD Lo que pasa es que me he desviado del tema...:))
EliminarDejamos el ranchereo para otro día, pues? XDD
EliminarAhí lo tienes :)) Se aceptan suferencias!
EliminarOoooorale nomas la señorita chingona! ay pues ni modo! no señor! Luis Miguel es un grande! el Sinatra Mejicano, nomas!!! Aaaaaaaandele!!!
ResponderEliminar;)
Quizás le gustan demasiado las camisas con chorreras, el pelo cardado y el blanqueamiento dental excesivo, pero sí, es el rey. Sobre todo porque lleva una vida detrás que no ha sido nada fácil, explotado desde pequeño, con un padre ausente -español, por cierto- y una madre desaparecida en extrañas circunstancias. En fin, que se ha ganado estar donde está, sin duda.
EliminarCuando era adolescente tenía una amiga que le encantaba este hombre xDDD
ResponderEliminarYo ahora no pero en su día comía mucha comida mexicana y bebía tequila jajajaj
Quiero un post de rancheras ya! que me gusta mucho la música que pones siempre ^^
Gracias!! XD
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