lunes, 29 de septiembre de 2014

Donde dije Diego...

¿Os acordáis cuando hace unos días os dije que este año pasaba del inglés y me apuntaba al gimnasio?

¿Os acordáis? ¿Sí?

Pues nada, borradlo de vuestra mente. No he dicho nada. Nada de nada de nada. Nothing. 

Ays...

El caso es que yo estaba decidida, pero esa imagen de mi misma, cargada con la bolsa del gimnasio por esos mundos de God, con los fríos que se avecinan, mi estrés en todo lo alto y el recuerdo de mis pasadas aventuras at the gym, que más que relajarme, ejercían el efecto contrario, han sido más que suficientes para que decidiera tomarme las cosas con calma y seguir, que ya lo dice Rulo, tranqui por mi camino. 

domingo, 28 de septiembre de 2014

The Silkworm

Antes de nada, lo de mi chisme para leer se solucionó de la forma prevista, esto es, comprando una tarjeta de memoria grande (no valen las micro) y de marca. Y como funciona, he decidido no pararme a pensar en los libros perdidos (muchos) tras el formateo. No, dejadlo, no pienso pensar en ellos (mis criaturaaaaaaaas...). Que no. 

Ays. 

En fin. 

The Silkworm, nueva novela, para los no iniciados, de Robert Galbraith. Para los no iniciados también, el señor Galbraith es el pseudónimo que utiliza JK Rowling en su nueva etapa de escritora post-mundo mágico (por ahora). O al menos el que utiliza para estas novelas negras protagonizadas por el detective Cormoran Strike. 

The Silkworm es la segunda -tras The Cuckoo's Calling- de una serie que no sabemos cuánto durará, pero que tiene toda la pinta, permitidme la emoción, de convertirse en mítica. Servidora se crió en los brazos lectores de Agatha Christie, he leído hasta el infinito muchos de sus libros y, si no quedara raro, para saber si alguien es de fiar lo primero que le preguntaría sería por el nombre del único amor de Herculés Poirot. Quien supiera (sepa) darme la respuesta correcta tendrá mi devoción ad eternum

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Downton Abbey is back

Creo yo que a estas alturas de la historia será casi imposible. Se me antoja dificultoso, digo, que nadie sepa, conozca o entienda, aunque sea de lejos y de oídas, de los jaleos varios que se suceden sin cesar en Downton Abbey desde hace la friolera de cinco años. 

Cinco años, apunta servidora, que son, nada menos, doce para ellos. Porque la historia comenzó en 1912 con aquello de que el Titanic hizo glú, glú, y el heredero del asunto se fue a pique con el mencionado barco. Y ahora, esta temporada que a bien tuvo comenzar el domingo pasado, se ambienta en 1924. Eso sí, doce años que no se notan ni miajita en los esbeltos y guapérrimos protas del asunto, que siguen tan glamurosos, tan élite como siempre. Incluida lady Violet, la abuela, que yo diría, yo diría, tiene genes de Time Lord, porque normal, lo suyo, no es. 

Ya, ya...

sábado, 20 de septiembre de 2014

Things I've learned...

Que tengo más capacidad de trabajo de la que creía y que me exijo casi siempre  a veces, demasiado. 

Que tengo que medir mi exigencia no ya sobre mí, sino sobre los demás. Que no tienen culpa de mi estrés existencial. 

Que me tengo que cuidar más. Y aprender cómo hacerlo. 

Que muchas veces mejor callada. Tranqui, por mi camino...

Que me gusta lo que hago a días. Otros, me limito a subsistir. Como todos, supongo. 

A veces es complicado, Mary...

martes, 16 de septiembre de 2014

Lo de iHerb II

La semana pasada recibí paquetito de iHerb. Y ya os digo, hay pocas cosas que me hagan más ilusión. Entre otras cosas, porque, aparte de lo que tú has pedido, los señores de iHerb son especialistas en mandar regalos locos. A mí desde que pido me han mandado una lima de uñas, un gorro de ducha, un paquete con veinte post-it de colores... Y así. Pero en este último paquete se han superado. Sí, porque me han honrado con dos cintas métricas, dos. Que son métricas por un lado pero por el otro son en pulgadas, lo que me viene, oye, de cine para saber fehacientemente y de verdad de la buena cuánto miden las pantallas de las tablets y portátiles que anuncian por ahí. 

Si es que los de iHerb piensan en todo. 

Soy un junco, soy un junco...
En cuanto a los productos, pues soy muy feliz porque vuelvo a tener Tea Earl Grey orgánico de Twinings que no puede estar más rico... Esta vez, en cambio, no me pedí ningún Tea Yogi y me arrepiento, porque están deliciosos y porque, sobre todo, esas fracesitas que vienen en cada bolsa, te dan la vida, en serio. Hacen que durante cinco nanosegundos te creas budista y fina. En cuanto tiras la bolsa a la basura, eso sí, se te olvida la frase y vuelves a tu realidad española y rural, pero, en fin, ese micro momento de elevación, no te lo quita nadie. 

Sí me pedí otro Matcha Tea. Ya os conté que en el anterior paquete cayó el Matcha Tea de The Thao of Tea pero he decidido que una y no más. Porque está asqueroso, es muy caro y además su forma de preparación -que es la tradicional- es incómoda y aumenta la asquerosidad. Así que busqué entre todos los matcha el más barato, y ese que me he pedido. Conclusión: está igual de asqueroso, sigue sabiendo a comida para peces pero es más fácil de hacer (la bolsita de toda la vida) y es muuucho más económico. Tendrá menos polifenoles, pero oye, hay que elegir. 

Siguiendo con los tés, dentro de la sección de Trials encontré este set de St. Dalfour, y mío es ya. Son tres bolsas (por 25 céntimos, qué se puede esperar) pero merecen la pena. El té Earl Grey de esta marca es muy diferente al de Twinings (me lo pedí en otra ocasión), es un sabor completamente distinto y puede que, incluso, os guste más. Los otros aún nos los he probado, dadme tiempo.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Calamidades lectoras

Se me ha muerto el libro electrónico. Y vengo aquí a vomitarlo todo. 

Mi chisme para leer. Mi tesoro.

Sufro mucho. 

#sufrocomogeno


Bueno, que morirse del todo, no. Pero se ha peleado con el ordenador y no hay forma de que se reconcilien. Ergo, no puedo meterle libros nuevos. Ergo, he tenido que formatear todo -en un intento desesperado de solucionarlo- y ahora no tengo nada, ni libros, ni chisme para leer ni nada. Na-da. 

viernes, 12 de septiembre de 2014

Canciones para conducir II

Entrada que también puede llamarse 'Confesiones musicales, segunda parte' o 'El petardeo vive en mí, qué pasa'.

Pues sí. Porque no todo va a ser música de la buena, la fetén y la presentable. No. También, seamos sinceros, hay ratos para el petardeo y la indignidad. Sin temor, sin disfraces, sin necesidad de ir de guay, selecto y/o intensito de la vida. No. Porque cuando conducimos en soledad, oiga, no nos ve nadie. Bueno, más allá de aquellos con los que coincidimos en los semáforos pero, bah, no hay dolor. Sobre todo si vas cantando -con coreografía apropiada- algo así...

So... you've got a car.... That don't impress me much...

Que te enteres, chaval. 

También los trayectos en coche son muy apropiados para liberar tensiones, no sé, más emocionales. Y  para eso nada mejor que darse a la sección 'gritonas' del panorama español. Con todos los respetos, especialmente cuando hablamos de:


Ahí, a voces y poniendo caras de esas de mucho enfado, mucha rabia, mucha mala leche. Sin miedo. Lo que libera eso, madre. Uf. Si yo fuera profesora de español para guiris los iba a tener todo el día con la Jurado en vena, os lo juro. Ahí, que aprendan. VivaEspañamanquepierda, coooñe.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

De manzanas mordidas y secesiones mágicas

Yo es que a este mundo no le entiendo. Ayer todo quisqui preocupado por los nuevos chismes de la manzanita con muerdo y nadie, nadie haciendo caso a lo verdaderamente importante. Menos mal, menos mal que aquí estuve yo, erigiéndome en líder de masas y verbalizando eso de lo que nadie habla. MENOS MAL. 

Porque vamos a ver, más friki que yo de los aparatitos tecnológicos, poca gente. Pero de ahí a perder el oremus porque la pantalla de ese aifon que no me puedo comprar haya aumentado un pelín, va un trecho. Quiero creer que en el circo de Apple la gente entra sabiendo lo que se va a encontrar y dispuestos a todo. En plan vestales en el altar del sacrificio al dios Steve Jobs. Todos ahí, con el culo en pompa, con perdón, dispuestos a ser sodomizados, con perdón, y a gastarse un dineral indecente en un chisme que el año que viene estará desactualizado. Pero, en fin, cada cual que haga con su dignidad y su cuenta corriente lo que quiera. El problema esencial aparece cuando este afán por conocer hasta la hora a la que va al baño Tim Cook se transforma en eso tan español llamado 'cuñadismo'. El presumir, el saber, el apostolar y el tocar las narices a toda tu familia, vecinos, parientes y adosados acosados. 

sábado, 6 de septiembre de 2014

Winter of the world

Ya os comenté algo sobre este libro hace unos días pero, ahora que por fin lo he terminado, es hora de hablar largo y tendido sobre él. Primero, os pongo en antecedentes por si no controláis las últimas idas y venidas del señor Follett. Winter of the world es el segundo libro de una trilogía sobre el siglo XX. El primero, La caída de los gigantes, trata sobre la Europa y los USA en torno a la I Guerra Mundial y este, claro, muestra los mismos escenarios pero con la II Guerra Mundial de fondo. El tercero, parece ser, va a estar basado en la Guerra Fría, porque la IIIGM no ha llegado. Aunque si KF se espera un tiempito, me da que tendría material de sobra. Pero, en fin, ese es otro tema. 

Winter of the world, os decía. En mi modestísima opinión de lectora sufriente, a ratos, y disfrutona, otros, es un libro en el que se nota mucho eso que se dice y que nadie confirma pero todo el mundo sospecha. Ya sabéis, que el señor Follett tiene un equipo de negros trabajando para él que ni los Chicago Bulls. Para mí, se nota, pero claro, cualquiera afirma nada. 

Y, diréis, ¿por qué se nota? Pues porque hay partes muy buenas y hay otras catastróficas. A quién corresponde cada parte, ya no sé. Pensando bien y tal, diremos que las partes buenas son del señor Follett y las otras, las de relleno, son de los muchachos que le hacen el trabajo no sé si sucio, pero sí más aburrido. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

Lo malo de ser lector

Vía.

Emulo a Bettie, again, porque este tema sobre el que escribió ayer en su blog me dejó pensativa. ¿Tiene cosas malas ser lector? Pues sí. Y es triste decirlo, pero es lo que hay. 

También hablé de...

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