El C1, tercera parte

La vida en las clases de inglés ha vuelto a la normalidad. A toda la normalidad posible tras un mes y medio sin clase y tras bastantes días de incertidumbre. Ahora la consigna está clara: esto hay que sacarlo como sea, y si hay que apretar, se aprieta y si hay que llorar, se llora. Pero a por el C1, campeones.

El que piensa así, principalmente, es el teacher, que es el mismo que tuvimos a principios de curso. Benditas listas de interinidades, porque si nos llega a venir un tercer profesor, servidora creo que se hubiera levantado y hasta más ver, escuela, hasta siempre. De hecho, confieso que si he aguantado y no lo he mandado a tomar por saco ha sido porque pedí beca. Y al pedir beca no pagué matrícula. Y como existen bastantes posibilidades de que el señor Wert me diga verde las han segado, chata, y me toque apoquinar 150 euros casi ya al final de curso, pensé que, al menos, el momento de dolor me pillara yendo a clase y habiendo aprovechado, en lo que se pudiera, el año. Imaginarse que abandono y me llega la notificación de 'debe usted pagar'. Qué angustia, qué desazón, qué malestar.

Así que ahí seguimos. Con unas lagunas en el temario que ni loch Ness. Yo, en puro estilo Hermione, me puse a calcular días de clase con temas que nos quedan por ver y...

Menos mal que el teacher se ha comprometido con la causa y nos ha prometido chivarnos lo que caiga, más-menos, en el examen. Es que en mi clase el 80% son opositores que necesitan el título para sus puntos y sus cosas y al hombre -que es un interino, os recuerdo- le ha entrado fuerte la empatía y la lucha de clases y ha agarrado con denuedo la bandera de sus compañeros opositeriles. Uno para todos y todos para uno, y este certificado os lo sacáis por mis saints eggs. 

Cosa que se agradece, no digo yo que no, pero entre ese campo de futuros trabajadores de la res pública está servidora, que vete a saber dónde acabaremos, pero por ahora no me ha dado por regresar al asunto oposición. Que yo estoy allí para aprender y que, sí, vale, Hermione modo ON otra vez, me fastidia aprobar porque me chiven los temas del examen. ESO NO VALE. 

Podéis odiarme, venga. 

Pero, bueno, tonta -del todo- no soy, así que si hay que aprobar en este estilo, pues adelante con los faroles y a por ese aprobado, que tampoco creáis que, chivateo incluido, va a ser tan fácil, sobre todo en el tema escrito, donde piden unos niveles que ni un columnista de The Times. Veremos a ver. 

Y eso sí, el CAE lo dejamos para después, que así tengo más tiempo yo para estudiarlo como se merece. 

Ya, sí, absolutamente repelente. Lo sé.