lunes, 31 de diciembre de 2012

Mis series 2012

Y digo yo. Si me he pasado el año viendo series, ¿no puedo hacer yo mi propia lista sobre cuáles me han gustado más como hace todo hijodevecino? Pues claro que puedo. Ale, que voy. 

1. Sherlock. Motivo principal de mi adoración perpetua e inquebrantable (a no ser que la líe en el aniversario del Doctah, que todo es posible) por ese señor llamado Steven Moffat. Motivo también de mi adoración, esta sin condiciones, por Mark Gattis, Martin Freeman y, cuidado no os resbaléis con mis babas, Benedict Cumberbatch, the one and the only. Tres capítulos, seis si se incluye la primera temporada, perfectos. Sobre todo ese 'A scandal in Belgravia' que me hizo llorar de pura alegría por estar viva y tener la oportunidad de ver algo así, una concentración de talento como pocas veces se da: actores, guiones, historia, complicidad con el público. Todo. Mucho se habla de la sonrisa de Carrie Mathison en el primero de Homeland, pero esa sonrisa de Sherlock al final del escándalo en Belgravia, dice tanto como mil líneas de guión. 

domingo, 30 de diciembre de 2012

Propósitos 2013

No me caes bien, 2013. Así, ya de entrada, que lo sepas. No es que una sea supersticiosa, que no, pero no sé. Me da repeluco. Pero bueno, como ya dije en la entrada del otro día, lo del año nuevo no deja de ser una línea imaginaria que nos hemos marcado a nosotros mismos, que nada tiene que ver con los tiempos reales de la vida. Eso sí, habrá que cumplir las tradiciones y hacer la lista de propósitos, esa que en febrero ya habré olvidado.

jueves, 27 de diciembre de 2012

La tragedia de Downton

Lo acabo de decidir. Me lo voy a tomar con humor. Sí, sí. Nada de dramas, lloros, mesar mis cabellos -están para pocos trotes con esto del otoño-invierno, quita-, ni invocar a los familiares presentes, pasados y futuros del señor Fellowes en no muy buenos términos. Sí, porque además, british style ante todo. Todo muy educado y fino. Of course. 

miércoles, 26 de diciembre de 2012

The Snowmen: el proceso

Ayer ví 'The Snowmen'. Lo mío me costó.

1. Me pasan un torrent de una página que con mi 'descargador' habitual no funciona. Me dice que me tengo que descargar otro 'descargador'.
2. Me lo descargo. El torrent sigue sin funcionar.
3. Desinstalo el 'descargador' dos. Busco otro torrent.
4. El descargador uno ahora dice que no funciona.
5. Hiperventilo.

Hola, 2013

Y se pasó el día de Navidad. Y llega la hora de las conclusiones y reflexiones sobre el año que se va, y los propósitos para el año que se viene. Como los pobres ingenuos que somos, porque lo somos, pensamos, creemos, queremos confiar en que el año nuevo supone algo diferente, algo casi mágico, una ruptura entre el ayer y el mañana. Provocamos cambios de ciclos con un simple cambio de calendario, pero, en realidad, nada es así. La vida será igual para todos a partir del 1 de enero. Los cambios de ciclo vital pueden pasar desapercibidos hasta que, un día cualquiera, caemos en la cuenta de que nada es como era. O pueden producirse en cualquier fecha del año, no necesariamente el primer día de enero. Lo importante es que dentro de esta marejada en la que nos ha tocado vivir, ha pasado un año más, y aquí seguimos, prestos a encarar el 2013, cada vez más inmersos en un futuro que se nos escurre entre los dedos mientras seguimos soñando con aquel que nos prometieron. 

sábado, 22 de diciembre de 2012

Miranda

Porque todo en la vida es cuestión de actitud. 

Hace poco le contaba a unos amigos que el día que inauguraron un nuevo edificio de mi instituto será recordado para siempre en la historia del centro porque una alumna se quedó encerrada en los baños. Sí. Yo. Todo era nuevo, tan nuevo, que la puerta se atascó y el conserje tuvo que aparecer en mi ayuda. Pocos días después resbalé en la entrada de la clase -el suelo era nuevo y deslizante- y caí todo lo larga que era, que soy, delante de mis compañeros. Épico. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Silver linings

Menos mal que existen las risas, menos mal que existen esas miradas, menos mal que nos sonreímos con complicidad, menos mal que la vida a veces te recompensa con pequeños gestos de luz, de generosidad, con conversaciones en las que pones el alma. Menos mal que hay momentos de paz y amistad. Menos mal que un dulce compartido sabe mejor que uno a solas, menos mal que hay palabras que nos hacen reír y frases que seguiremos recordando cuando hayan pasado los años, como ahora recordamos las de entonces. Menos mal que aún nos sonrojamos cuando nos dan las gracias con sinceridad. Menos mal, sí, que es Navidad, y que tengo el espíritu propicio para apreciar estas cosas. Menos mal que seguimos aquí, que la vida es hermosa, que las luces son bonitas y voy a comer turrón de chocolate y guindas de licor. Menos mal que la Navidad todavía aparece cuando menos te la esperas, a la vuelta de esa esquina, tras ese viaje que no te apetece hacer o en ese lugar en el que no quieres estar. Menos mal que hay canciones que hablan de nieve y chimeneas. Y menos mal que las canta Sinatra.
Feliz Navidad.


Heart

Tarde lluviosa. Un coche. Vueltas y vueltas para aparcar. Y, de repente, en la radio suena esto:


Aparco al fin. 

Y sonrío. 

And in the morning when he woke all I left him was a note I told him I am the flower you are the seed We walked in the garden we planted a tree Don't try to find me, please don't you dare Just live in my memory, you'll always be there...

martes, 18 de diciembre de 2012

Homeland

(ATENCIÓN: NO LEER SI NO SE HA VISTO LA 2ª TEMPORADA COMPLETA)

Me da mucho miedo la tercera temporada de Homeland. Por ahí empiezo. Sí. Me da pánico, terror. Porque, con mi limitada inteligencia de persona normal, no alcanzo a comprender por dónde van a tirar los guionistas tras el brutal final de la segunda.

Aunque, claro, con la maestría que se gastan, lo mismo en el segundo episodio de la tercera tenemos de nuevo a Brody de congressman, como si nada, y nos lo han explicado de aquella manera pero nos lo hemos creído como benditos. Yo es que ya, cualquier cosa, señores.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Downton vs. Westeros

Yo en esto de las series soy un poco novatilla. I confess. Empecé hace dos o tres años a ver The Big Band Theory. Todo con subtítulos en español. Luego dí el paso y me atreví con los sub en inglés. Y no bajo del notable en inglés desde entonces, ahí queda eso. El caso es que no me entero aún mucho de los líos y tejemanejes que hay detrás de las grandes series americanas e inglesas y me muevo por eso tan sencillo y tan difícil de explicar llamado "gusto personal". Por ejemplo, Mad Men me parece fantástica, pero me aburre un pelín. Y además no me ayuda con el inglés, porque, básicamente, los personajes no hablan. Muchas miradas intensas, muchos gestos y tal, pero hablar poquito. Así que me quedé con la segunda temporada a medias y ahí sigo. Que Jon Hamm me perdone.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Momento Matilda

¡Se acabó la buena chica!
A veces no podemos, no queremos, no nos consentimos aguantar más. Es aplicar aquel refrán que dice que Jesús dijo hermanos, pero no primos. El problema es cuando has aguantado mucho, cuando tu talante tranquilo y pausado lleva a los que te rodean a malinterpretarte, mal conocerte, y, de repente, llega ese día en el que no, ya no más. Nadie lo entenderá, pero es lo que hay. Nadie tiene culpa, pero no importa. El camino hasta llegar a querernos de verdad, sin miedos, es largo y difícil. Habrá fallos, volveremos a poner a los demás por encima, confundiremos las reacciones, querremos reivindicarnos cuando no toca y haremos daño a gente que no se lo merece. Pero también encontraremos consuelo en saber frenar comportamientos que no nos gustan, en distinguir a los amigos de verdad de aquellos circunstanciales, en asumir que la vida es complicada y que saber defenderse de ella es otro camino largo y cruel, en el que abundarán las puñaladas, los dolores y las heridas. Eso sí, al final, siempre al final, todo merecerá la pena si somos fieles a nosotros mismos. Sigamos intentándolo. 



lunes, 10 de diciembre de 2012

Utopía

Repito imagen ilustrativa de entrada, porque, la verdad, pocas hablan tanto por sí solas como esta de Mafalda rebelándose contra el mundo. Y es que, a veces, hay que rebelarse. Mucho más en este mundo que nos ha tocado vivir de convencionalismos sociales, donde todos juzgamos y prejuzgamos, opinamos y sabemos aunque desconozcamos. Es complicado seguir a rajatabla el 'live and let live'. Pero es que hay gente que no sabe, no contesta al respecto. 

El problema, creo, está en las inseguridades que todos arrastramos. Nuestras elecciones hacen nuestra vida, nuestra vida nos hace como somos. Poco podemos cambiar, más allá de aprender a aceptar que nada importa tanto como para condicionar nuestra relación con los otros. Es un largo camino, no obstante, el que va desde el comportamiento errático de aquel que es arrastrado por sus propios miedos y vacíos, hasta la seguridad que da conocerse, quererse y aceptarse. Buscar la felicidad en cosas externas, querer cumplir con  normas auto-impuestas o culpar a los demás de tu propia desazón, son recursos frecuentes en el mientras tanto. 

Luego están aquellos que consiguen salir a flote en el mar de sus propias penurias remando en la dirección contraria a la que marca la sociedad. No es nuevo en el comportamiento del ser humano que al diferente, al extraño se le marque y se le excluya. Vuelven a entrar en escena los miedos y vacíos que mencionaba antes. Las inseguridades. Y también, una dosis, más o menos cargada, de ese ingrediente que habita en, casi, todas las almas: la maldad. 

Si todos supiéramos que nadie es perfecto, que todas las vidas tienen alegrías y desgracias, que todas las elecciones son respetables, que lo importante es ser feliz sin hacer daño a nadie. Si todos actuáramos así, sería muy diferente. Pero por algo existe la palabra 'utopía'.




viernes, 7 de diciembre de 2012

Por pedir que no quede (mi 'wishlist' en la FNAC)

Lo primero de todo, soy de provincias. Más aún, soy de pueblo. Es decir, que para mi la FNAC es el paraíso, el nirvana, esa sensación llamada 'bliss', todo. Es entrar allí y lágrimas de emoción acuden a mis ojos. Yo no voy a la capital del reino a ver a la familia, no. Yo voy a la FNAC. Y paro ya porque esto va a sonar a peloteo y, uno, no lo es, dos, si lo fuera no tendría sentido porque los 2013 euros van a caer por sorteo. Por cierto, gracias a http://cuadernoderetales.blogspot.com.es/ por difundir la noticia, que si no, ni me entero. 

Mi lista de deseos en la FNAC o en qué me gastaría 2013 euracos de nada (wiiii!):

1. Of course, un iPad. Lo quiero y lo necesito, para nada en concreto, pero ha de ser mío. Soy así de superficial e idiota. Además no está muy caro, por 499 euros de nada, sería mío. Le añadimos esta monérrima funda morada, que es mi color -por si no se nota, ejem-, por 17,90 eurillos. Bah, calderilla. 

2. Entramos en la zona caliente, señores. Fotografía. Mi vicio y mi adoración. Por mí me compraría una cámara de las más caras, pero hay que repartir, así que me conformo con la que ya tengo pero le compro chucherías para tenerla contenta, como este flash de 197,10 euros, este objetivo 55-200, de 239, 31 euros,  este otro objetivo 50 mm de 408, 27 euros.  También necesito esta tapa de objetivo , por 6.50 euros, 

3. Zona música. Creo que ha llegado la hora de desprenderme de mi mp3 del año de la tarara y conocer, por fin, lo que es un iPod, como este clásico de 269 euros. 

4. Zona merchandising. La TARDIS de 9,99 euros. (Ésta me la voy a comprar sí o sí en mi próxima visita).

5. Zona deuvedeses. Agárrense que vienen curvas. Primera temporada, edición limitada, de Doctor Who, por 41,99 euros. Segunda temporada Doctor Who, por 41,99 euros también. Pack de las diez temporadas de Friends, por 84,99 euros. Pack de The Wire (que no la he visto y he de remediarlo cuanto antes), por 89.99 euros. 

6. Y como estoy muy cansada después de tanto comprar, me pido una escapadita de relax, como la de este plan Explora la Naturaleza al estilo National Geographic, de 99.90 euros, que en algo tendré que emplear todos los chismes comprados para la cámara. 

Y en total, son 2005, 93 euros.  

¡Qué bonito es soñar!




martes, 4 de diciembre de 2012

Elementary: aceptamos pulpo

¿Por qué comencé a ver esta serie, 'Elementary', pese a haber jurado en arameo que jamás de los jamases se me ocurriría hacer tal cosa? Pues la culpa la tiene, cómo no, Twitter. Ser tuitera implica disfrutar de un gran y continuado torrente de información e implica también que te enteras de lo que opinan aquellos a los que sigues. Y si los sigues será por algo (aunque ése es tema para otra entrada). Total, que unos cuantos de esos gurús televisivos a los que rindo mis respetos vía la red social del pajarito comentaron que, oye, pese a sus reparos, 'Elementary' no estaba mal. Y allá que me fui yo. 

Una tregua

En los tiempos que corren, solicitar una tregua a la vida puede parecer desagradecido, quejica, autocompasivo. Lo peor. Pero lo cierto es que cuando la mala suerte se enrosca en torno a ti como una boa constrictor, no queda otra más que rebelarse y mandar muy lejos a todas esas enseñanzas del nuevo siglo que nos exigen ser filósofos, empáticos y elevados. Oiga, yo voy a luchar como la primera, voy a pelear, he peleado sin descanso y no pido nada que no me haya ganado, no me venga usted con filosofías de revista de sala de espera. Ya está bien. 

Y es cierto que la vida es así, que hay mucha gente que está peor, que esta crisis no es nada comparada con las que vivieron nuestros abuelos, etc. Lo sabemos. No somos una panda de quejumbrosos y malacostumbrados que lo único que quieren es mantener su supuesto alto nivel de vida porque, o sea, es lo que tiene que ser. No, somos gente normal, que trabaja, sufre, sueña y se desvela por las noches por culpa de los problemas. Y sí, somos muchos los que estamos así, somos muchos los que pedimos treguas, los que necesitamos que, alguna vez, las cosas nos salgan bien. Y si ese 'muchos' debería servirnos de consuelo, ya afirmo desde aquí que no. No consuela. Más bien desespera. 

Necesitamos que la vida nos saque bandera blanca. Una tregua. Una esperanza cierta. 


sábado, 1 de diciembre de 2012

Nashville

Esta entrada también podría llamarse "¿Qué se necesita para ser una cantante country?"

Pues se necesita, mire usted, estar muy buena. Hablar inglés como sin ganas. Tener un pasado turbio, relacionado con familiares/amigos/amores con problemas con las drogas. Y por drogas entendemos alcohol, ansiolíticos, heroína. Muy agradable todo. También saber escribir canciones que hablen de todo eso -amores perdidos por la drogas, familias desestructuradas, decisiones que definen una vida-, pero que tengan ese toque country style, con sus botas de cuero, camisas de cuadros y yiiiijaaas varios. 

Y si a todo esto, además, se le añade una historia política bastante directa -elecciones, millonario de dudosos escrúpulos que quiere controlar el cotarro, etc-, pues tiene usted una serie llamada Nashville, que aunque pueda parecer lo contrario, es de lo mejorcito que se puede ver ahora mismo en la tele. Porque no engaña a nadie, ni tiene más pretensiones que aquello que puede alcanzar: entretener muy dignamente. Y además, permite disfrutar de muy buena música.

Nashville. Hay que verla. 


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