lunes, 31 de agosto de 2015

Estrés hermionístico

¿Qué hago? ¿Me matriculo o no para el CAE? Porque si lo hago lo tengo que hacer ya. Bueno, quien dice ya dice dentro de un mes y pico, lo justo para presentarme en diciembre. Porque me tengo que presentar en diciembre. ¿Por qué? Porque luego quiero hacer yo unas cosas de la Uned que empiezan en enero y me tendrán, si me meto en ese embrollo, todo el año que viene ocupada. Todo. 

Pero si me matriculo para hacer el CAE en diciembre, ¿lo aprobaré? Teniendo en cuenta mi rudimentario speaking que a punto estuvo de obsequiarme con un cateo monumental en la EOI, el futuro no parece muy prometedor. Y aquí hay que añadir un detalle fundamental en esta historia: que examinarte vía Cambridge cuesta 214 euros de nada. La libra que ha subido con respecto al euro, dicen. Mira tú qué risa. 

sábado, 29 de agosto de 2015

El huérfano, de Adam Johnson

No incluí este libro en la entrada del otro día por dos razones: aun no lo había terminado y porque, por su entidad, se merece protagonismo en solitario.

Corea del Norte. Ese país trágico y espeluznante, que contiene la mayor cantidad de horror por metro cuadrado de la Tierra, y mira que hay otros sitios que hacen méritos de sobra. Un país que no es tal, sino más bien la fantasía megalomaníaca de unos cuantos tipos desquiciados y reprimidos.

Hay quien, eso sí, se cree las vendidas de motos que la propaganda se empeña en emitir y que habla de Corea como un paraíso idílico del buen rollito y la fraternidad. De hecho, últimamente el gobierno permite la entrada a viajeros, a los que 'acompañan' durante todo su recorrido por allá mostrándoles, oh casualidad, a niños con sus impecables uniformes, viejecillos bailando y jóvenes en bicicleta.

jueves, 27 de agosto de 2015

Halt and Catch Fire, II

El año pasado, por estas mismas fechas, ya os hablé de esta serie. Aquí os dejo la reseña. Ahora tengo que volver a hacerlo por una sencilla razón: ha sido la única serie que me ha emocionado de verdad en los últimos meses. 

Y es que no sé si es saturación o que el cuerpo me pide otras cosas (leer, sobre todo) o que el C1 de inglés ha traído la galbana a mi vida seriéfila, pero me está costando, y mucho, encontrar el puntillo a toda historia por capítulos con la que me atrevo. No os digo más que me pinto las uñas durante los capítulos de Breaking Bad. Ya, ya, cómo oso. Cómo me atrevo. Sacrilegio. Pero qué queréis. Si sigo con las angustias de Walter White es solo y exclusivamente por Aaron Paul, cuyo Jessie me parece adoreibol ad infinitum. 

miércoles, 26 de agosto de 2015

Libros de este verano

Los días de asueto vacacional me están sirviendo, entre otras cosas, para encauzar mi rumbo en el Reading Challenge de Goodreads. Porque a primeros de año me las prometía yo muy felices y, ale, me puse un desafío de 30 libros. Que no digo que sean muchos, que no lo son, pero no contaba yo con la primavera de manicomio elecciones que me esperaba.

En fin, por lo menos ahora he avanzado bastante y creo que, al menos, llegaré a los 20. No me pido más, que en diciembre hay generales y sí, los estáis oyendo, son los políticos cantando por lo bajini Eye of the Tiger y poniendo caras de machote frente al espejo. Que vienen, que ya están ahí, eh, eh. 

A lo que iba. ¿Qué libros he leído estas semanas?

- All the light we can not see, de Anthony Doerr. Premio Pulitzer de este año. Novelón sobre la II Guerra Mundial en Francia. Pero novelón. Muy bien estructurado, capítulos muy cortos que le dan ritmo a la narración y que te atrapan. Uno de esos libros que no puedes dejar de leer. La historia es preciosa, muy bien documentada y avanza con mucha fluidez. Sería un best-seller si se promocionara adecuadamente y llegara al gran público, porque, por ejemplo, es mucho más asequible y comprensible que el Pulitzer del año pasado, El Jilguero. 

Conclusión: muy recomendable. 

jueves, 13 de agosto de 2015

Lía en el monte

Pues resulta que el otro día me llevaron al monte. Así, a las bravas y sin escapatoria. 

El monte que era, en principio, un sitio idílico, con cascaditas, agua y mucho verdor. Lo que viene siendo un Rivendel de manual. Y tú, tan feliz, dices que vale, que qué mono todo y que qué bien. Que te recuerda a cuando eras peque y silvestre y subías con tus primos a la peña, que es como en e! terruño de tus abuelos llamaban a estas aventuras veraniegas.

Jaja. Y una leche. 

Mordor, aquello era Mordor. Supongo, eh, porque no llegué. Cerca me quedé, pero mis bronquios dijeron que tururú, se cerraron en banda, apareció mi asma latente y la cagaste, Burt Lancaster. La pobre T, que tampoco iba fina, se pegó un susto de mil demonios, pero la sangre no llegó al río. O a la cascada. Inexistente, a todo esto. 

jueves, 6 de agosto de 2015

El misterio de Fuenteovejuna

Como lo leéis. Misterio de Fuenteovejuna. Me explico. 

Hace unas semanas me llegó un extraño correo electrónico procedente de mi biblioteca en la city. Hola, buenas, mira que tienes que devolver ya Fuenteovejuna, que te has pasado de plazo. El correo era extraño porque, por aclararnos ya, yo no he sacado en préstamo tal obra de la biblioteca, ni ahora ni antes ni nunca. Never. Como el tema me pilló en pleno estrés veraniego provocado por las vacaciones de mis compañeros y el afán pre-electoral de los políticos que nos gobiernan, no hice mucho caso, sinceramente. Pensé que había sido un error y que ya se darían cuenta. 

Pero no. Días después llegó una carta a casa. Que devuelvas ya Fuenteovejuna, reina mora. Que nos tienes contentos. 

Confiando de nuevo en la buena voluntad de los bibliotecarios y en que el libro aparecería por alguna parte o el sistema informático corregiría sus errores o yo qué sé, escribí un correo electrónico. Que miren ustedes, yo no tengo ese libro, de verdad de la buena. 

miércoles, 5 de agosto de 2015

Fed up

Algún día debo aprender que empatía, poquita. O ninguna. Que vivimos bajo la ley de la selva y tonto el último. Y que hay muchos que van de buenos y, al final, lo único que hacen es mirarse el ombligo y darse besos en el espejo. Porque son muy buenos, claro. Y también que aquellos que más difícil te lo ponen, a lo mejor son los que más capacidad de reflexión tienen, más allá de artificios y de disfraces. Este tiempo que llevo en el 'mundo real' me ha servido para conocer bien de cerca los males que afectan a España. Meritocracia, poca. Mediocracia, mucha. Y más ombliguismo.
 
En fin, menos mal que están los gatos para reconciliarnos con el mundo. Menos mal.


 
Como diría Superbritánico: I am until the bun.

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