sábado, 27 de junio de 2015

El ovillo de Grecia

Os voy a contar un cuento. Antes de la crisis (porque hubo un antes), cuando éramos felices y nadie sabía lo que era la prima de riesgo, ni la deuda ni nada, hace mucho, ya os digo, echaban en la tele, en la Primera, Españoles por el Mundo. Cómo sería de antes que, por aquel entonces, ese programa hacía gracia y caía bien. Luego todo se complicó y maldita la estampa de este programita que nos recuerda todas las semanas que nuestros hijos, nietos, sobrinos, amigos, conocidos se han tenido que marchar de España porque no les quedaba otra. Así que Españoles por el Mundo, que tanto nos había gustado, acabó relegado a la madrugada y a ser carne de repetición tras repetición. A veces lo he vuelto  a ver y es bonito recordar un mundo en el que la gente emigraba por amor y esas cosas. Solo por esas cosas.

El caso es que cuando Españoles por el Mundo aún era normal porque todos éramos -se supone- normales, hicieron uno desde Atenas. Me acuerdo perfectamente de aquel reportaje sobre los españolitos que vivían en Grecia por una cuestión: las jubilaciones tempranas. Muy tempranas. A los 40 y pocos. Tan tempranas que durante meses a una amiga y a mí nos duró la coña de 'vámonos para Grecia, qué narices hacemos aquí'. Éramos ingenuas, repito, y todo parecía posible. Y en Grecia, con sus ruinas, su Egeo, su dieta y su sol se jubilaban a los 40. Nos lo habían dicho en la tele con total impunidad. Qué narices, claro que sí, hacíamos en España. Eh. Qué.

martes, 23 de junio de 2015

Reafirmación musical

Creo que ya os he dicho que a mí Pablo Alborán, como que no. No me siento su target, su público objetivo, me siento mayor para sus quejíos, los aires sureños blandiblú no son lo mío. Bueno, yo qué sé. Que no me gusta. Pero no me gusta de no gustar. Ni siquiera, ojalá, me resulta indiferente. No. No me gusta. No lo soporto. Me repele. 

Clarifico esta cuestión porque todos tenemos vergüenzas que ocultar, y si seguís este blog sabéis que yo tengo una así tamaño Júpiter de nacionalidad mexicana. Además, hay cantantes que sin ser de tu estilo, te pueden, en un momento determinado, hacer gracieta y traer buenos recuerdos. Porque a todos, de vez en cuando, nos va el petardeo. Es decir, Bustamante, por ejemplo, no puede ser más pesado, ni puede estar más lejos de mis gustos musicales, pero mi fiesta de fin de carrera estuvo protagonizada por el alcohol ese gran hit que decía 'oe, oeee, oe, oaaa, soyunhombremuysencilloquetequiereenamorar' y ya sólo por eso aquí el Busta tiene un huequito (pequeño, tampoco nos pasemos) en el mio cuore. Qué pasa. 

lunes, 22 de junio de 2015

El examen C1

El examen. Cómo fue y eso. 

Ya os dije ayer que yo estudiar, poquito. Me presenté así a pelo, confiando en mi ingles asimilado y en los hados del destino. Lo único que mire, algo, fueron los topics del oral. Ya sabéis, esa ristra de temas variados, cada uno de su padre y de su madre, de los que, se supone, tienes que ser capaz de hablar al final de curso. Si hasta el nivel Avanzado los temas en cuestión eran tirando a básicos: food, sport, family, books... los del C1 ya eran de índole rebuscadilla y entidad dificultosa. Ejemplos: 

- Crime and Law. Hable usted de por qué la gente acaba en la cárcel y de un famoso caso judicial que recuerde. Todo, claro está, sin meterse en jardines, no la vayamos a liar. 

- The future. Qué meterías en una cápsula del tiempo para que las generaciones futuras supieran de ti. Cuando en clase salió este topic, he de confesar que corté el rollo en un nanosegundo. 'Que miren mi Facebook y mi Twitter, con eso tendrán bastante', solté. El teacher me miró como se mira a los waterparties. Es que no pude evitarlo, jobar. 

domingo, 21 de junio de 2015

Apta, pero... psché

Un profesor de Matemáticas en mi instituto tenía la costumbre de, en determinados exámenes, escribir un símbolo, una especie de flecha cuando los corregía. Así, al ver tu examen y encontrarte con tal dibujo, sabías que estabas aprobado, pero. Pero significaba, en palabras de aquel profe, que se te había aparecido la Virgen y que ya podías dar gracias. Tal cual. "Los que tengan la flecha ya saben, se les ha aparecido la Virgen". Lo que seguía continuación era una sucesión de risas, risitas más bien, adolescentes. Es que en la clase éramos mayoría las féminas y digamos que aquel profe, con su aire de empollón triunfador, sus camisas azules, su sonrisa profidén y sus bromas, nos traía por la calle de la amargura y el paseo del dolor. Cuentan que algunas, ehem, llegaron a tachar en un calendario las clases que quedaban con él, en plan sufrimiento agónico, y que jamás de los jamases adoraron tanto las matemáticas como en aquel año. Pero, en fin, son todo rumores. E-hem. 

A lo que iba, que me disperso. Que he aprobado inglés, pero, como diría mi profe de Matemáticas, con intervención divina de por medio. La Virgen, los apóstoles, los arcángeles y todo aquel que quedaba libre en el Cielo. Todos para mí. Venga. 

lunes, 15 de junio de 2015

Humor negro

Cuando los atentados del 11 de septiembre me recuerdo a mi misma medio riendo medio horrorizada ante los chistes que surgieron. Porque los hubo, aunque, por aquel entonces, no había ni tuiter, ni facebook ni pepinillos en vinagre. Uno así que me viene a la memoria es ese que decía que las torres gemelas eran como hamburguesas, porque entre piso y piso había carne picada. 

Cómo nos pasamos. Oiga. Pero cómo. 

¿Tenemos derecho a reírnos de todo, de cualquier cosa? Pues, con sinceridad, creo que hay que ir con cuidado porque siempre habrá quien se sienta ofendido. Y que si hay otros tipos de humor, qué necesidad hay que acudir al negro. Eso sí, en muchas ocasiones estos chistes nacen como defensa frente al horror o a la pena. Yo también he estado en velatorios en los que han aparecido las carcajadas. Somos humanos, qué se puede decir. 

sábado, 13 de junio de 2015

Soponcios varios

Disculpad el silencio, llevo unos días de esos de Vida En Modo Experto que no se los salta un gypsy. Pero ante las noticias aparecidas recientemente no puedo por menos que venir aquí, mi vomitorio particular, a eso, echarlo todo fuera.

O sea, don Mario, qué decepción.

Sí, sí, eones sin aparecer por aquí y cuando lo hago es para comentar un asunto del cuore. Podéis huir.

Pero es que, entendedme, es muy fuerte. Vale, que cada cual haga con su vida lo que le venga en gana, pero qué fuerte. No he reaccionado aún.

Que fuerte. 

Dejadme, dejadme. 

Qué fuerte. 

viernes, 5 de junio de 2015

Lo de Jon

Que yo soy muy de mis Stark, ya lo sabéis. Impresionable que es una. Y norteña. Y entre mis Stark, que como mi Jon Snow, nadie, también es sabido.

Así que imaginadme viendo el capítulo de esta semana. Imaginadme. Encima, ilusa yo, me lo puse a las tantas de la noche, con la luz apagada. Y los perrillos de la zona de chaletes cercana aullando como posesos. 

Pero analicemos con profusión el episodio:

1. No puedo por menos que dar las gracias a la HBO porque comienzo a enterarme de la historia de Arya. Vamos, empiezo a saber de qué va lo de la casa del sin rostro ese y los muertos y tal. Algo. Tampoco mucho. Pero más que en los libros, que ya es un avance. 

lunes, 1 de junio de 2015

Las modas modernas

Mi teléfono móvil está roto. Su pantalla parece un cuadro de Picasso. En la etapa cubista. Muy roto. Que se me cayó al suelo y, ya sabéis, la obsolescencia programada y la madre que los parió. El caso es que tendría que comprarme uno nuevo si no fuera por un pequeño detalle sin importancia: el teléfono sigue funcionando. 

Y funciona bien, con sus cosas y sus bloqueos y sus sacarme de quicio, pero en general, no me da problemas. Me vale para escuchar música en el Spotify, mirar zapatos en Zalando, perder horas de vida en Pinterest lloriqueando ante fotos de Londres y hasta me dice cuando los niveles de polen se han puesto por las nubes y conviene aumentar la dosis de drogas antihistamínicos. Esto sin contar el Twitter y el Instagram de mis entretelas y el Facebook que tengo que llevar por temas de curro. 

Vamos, que funciona. Con la pantalla rota y un aspecto muy deplorable -lo reconozco- pero funciona. Pero, claro, el comentario más repetido estos días es... ¿y cuándo te vas a comprar otro? ¿Y cuál te vas a comprar?

También hablé de...

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