viernes, 31 de mayo de 2013

The end

Examen hecho. Creo que aprobado. Al final no ha sido tan terrible, y, en el fondo, queda la triste sensación de haber luchado todo el año con una profesora inestable, sí, pero también infeliz. Por las razones que sean, propias o ajenas, pero amargamente infeliz. En la despedida no ha sido diferente, siempre dejando detrás de todas sus frases un poso de soledad que desconcierta al que lo recibe. Como si constantemente y a través de mensajes invisibles llamara la atención de aquel que la escucha. Como si pidiera auxilio y se aguantara el llanto, aunque con su cara y sus palabras pretenda decir otra cosa. 

O a lo mejor soy yo que, aunque me enfado y reniego, a la hora de la verdad me puede la empatía.

En fin. Llegó la hora de poner el



(Al igual que Bettie, me despido, aunque no por tanto tiempo como ella, sólo por dos o tres días)


jueves, 30 de mayo de 2013

Bryan Adams

Lo acabo de poner en mi Tumblr365, hoy no hay más protagonistas ni más gaitas. 

Hoy, todo, es Bryan Adams. 


Esta es una fotografía de la entrada del primer concierto de Bryan al que fui. Al que fuimos, T. Descansa desde entonces, convenientemente plastificada, en el baúl de los grandes recuerdos. Tiempo después Bryan vino a verme, porque no se puede justificar de otro modo que viniera a dar un concierto a la city, que no entra ni de lejos en los circuitos de estrellas internacionales como él. Y ahora, para completar el círculo, a la que va a ver es a T. 

Ain't Got No, I Got Life

Ayer tuve que escribir en el examen de inglés sobre las ventajas y desventajas de aprender inglés en el extranjero. En el rollo que solté -contenido porque no había mucho espacio- quise transmitir sobre todo una idea: aprender idiomas es vivir los idiomas, no estudiar gramática y vocabulario como loritos, acumular conocimientos que se irán con la misma rapidez con la que llegaron. No. Para aprender un idioma hay que vivirlo, y para ello, claro está, lo mejor es el extranjero, pero si no se puede, siempre nos queda el ordenador e Internet y la enorme gama de posibilidades que esto ofrece. Y aunque haya sonado un poco pirata y algo políticamente incorrecto para un examen oficial, me da lo mismo. 

Para aprender un idioma, para estudiar, para asimilar, no hay nada como conocer el contexto en el que ese idioma se habla. Si esto se refuerza con unas clases en las que se remarquen ciertos aspectos y que, más que nada, ayuden a mantener una rutina, genial. Si no, tampoco pasa nada. Lo importante, creo, es leer y leer hasta que  un buen día descubres que ni las descripciones y diálogos de George R. R. Martin se te resisten, lo importante es escuchar y escuchar hasta que oyes a Obama en el telediario y sin mirar a la pantalla sabes lo que está diciendo. Eso es lo importante. 

Lo importante para mí es ver una serie sobre un determinado periodo de tiempo y aprender sobre esa época, sobre la ciudad, sobre la historia, escuchar la banda sonora de los capítulos y querer saber más.

Lo importante siempre es estar vivos y mantener la curiosidad alerta. 

miércoles, 29 de mayo de 2013

I did the exam

Al final no ha sido tan terrible. Será que mi yo pre-examen en más histérico que mi yo habitual o será que íbamos con más miedo que Cagancho en Almagro. O las dos cosas. Pero, en fin, lo dicho, no ha sido tan terrible. La teacher hasta ha estado (casi) normal y todo. Casi. Eso sí, aún nos queda el oral, su especialidad para destapar el tarro de las esencias sin sentido. Que Dios nos pille confesaos. (Si alguien está, por cierto, interesado en saber qué nos ha caído en el examen (1º avanzado de escuela oficial de idiomas, recuerdo), lo he puesto antes en mi tuiter. Y como he colocado un chisme muy chulo ahí a la derecha donde sale mi TL, tenéis fácil la búsqueda. De nada, salaos).

Lo peor, quizás, han sido las despedidas, los adioses, los "buen verano" y "los nos vemos en septiembre" con los compañeros. Pero peor porque yo estoy en una fase muy horrorosa de esas de no sé qué va a ser de mi vida, porque, básicamente, es que no sé qué va a ser de mi vida y, claro, tanto adiós y tanta felicidad por parte de todos esos que sí saben donde van a estar en septiembre, me ha desmoralizado un pelín. Buah. 

Hora de aventuras

Música de Indiana Jones, por favor
Tras meses de despropósitos, momentos WTF e instintos asesinos, nuestros intrépidos aventureros de la parla hereje se adentran en la desconocida selva del examen de primero de avanzado de la escuela oficial de idiomas de Whatever, dirigidos por la peculiar profesora Japi Flogüer, quien, tras dedicar sus clases a impartir, de aquella manera, tan sólo un 60% del temario, prometió a sus alumnos avisarles de si caía algo no dado. Aviso que, para dar más emoción a la aventura que aguarda a estos aguerridos muchachos, no ha llegado. Algunos de los aventureros que mañana probarán sus conocimientos del idioma de Sir David Attemborough amenazan con montar la de Dios es Cristo como en el examen venga incluido algo no visto en las clases, mientras que otros, más de la cuerda del qué se le va a hacer, intentan calmar los ánimos de sus compañeros al mismo tiempo que, por lo bajini, se encomiendan a San Judas Tadeo, patrón de las causas perdidas, y a Santa Rita, la de los imposibles. Como ustedes pueden comprobar, los protagonistas de nuestra historia se aferran a las más modernas técnicas de control de nervios, algunas de ellas recomendadas últimamente en los telediarios de la uno. Rece usted, que ya verá qué bien. 

lunes, 27 de mayo de 2013

365

Desde hace un mes, más o menos, ando un poco descafeinada con el tema fotografía. Entre que dejé de hacer fotos por obligación, entre que la cámara me dio uno de sus sustos habituales y entre que me pasé una semana de vómitos y fiebre, como que me olvidé del asunto. Tampoco el tiempo ha ayudado. Esto de vivir en un otoño continuo, pero con los efectos colaterales propios de la primavera (alergia), no anima a salir de expedición fotográfica. Que estamos casi en junio y estoy tapada con una manta. En concreto, llevo tapada con la manta esta desde octubre del año pasado. Ocho meses, ocho, de frío, lluvias y congelación. Y hoy voy y leo que este año va a ser "el año sin verano", que queda muy poético y muy "oooh, que viene la glaciación", "ooh, winter is coming", "oooh, vivimos en Westeros", pero no. No, Jaime Lannister no va a venir a daros calorcito ni Jon Nieve va a ser elegido Lord Comandante de Este Desastre de País. No.

Tampoco nos van a invadir los bichos estos, tranquilidad

En estos cuatro días...

Cuatro días sin ADSL. Cuatro días como cuatro castillos. Como cuatro catedrales. Sin ADSL. Yo. Qué mal.

Internet tenía merced a mi teléfono móvil, pero, claro, no es lo mismo.

En estos cuatro días me he cortado el pelo yo a mi misma. Entre otras cosas. He decidido liberarme de la esclavitud peluqueril, que no están los tiempos para dispendios. Lo siento por los peluqueros, pero, si se tiene la suerte o la desgracia de tener un pelo anodino como el mío -liso, fino, escaso- tampoco tiene mucha ciencia esquilarse y que el resultado quede decente.

En estos cuatro días he visto completa la primera temporada de Life on Mars, carencia seriéfila que había que remediar de una vez. Qué buena es. Pero qué buena, en serio.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Un cuento

Os voy a contar un cuento. Un cuento cuya similitud con la realidad será, ya aviso, pura coincidencia. Este cuento empieza en los felices años 2000 y poco en España, cuando vivíamos dentro de una burbuja luminosa de felicidad e hipotecas por las nubes. En aquellos tiempos, los empresarios del ladrillo, con sus corbatas de colores y sus güisqui-cola se creían los reyes del mambo. Nada podía afectarlos, nada iba a ir mal, pero, por si acaso, guardaban algunos eurillos sueltos en cuentas en el extranjero. Por lo que pudiera pasar. 

Mientras tanto, aquí, cada día más y más empuje a la burbuja con la colaboración de esos bancos que concedían hipotecas muy por encima del valor real de la vivienda en cuestión. Llegamos a un punto en el que el dinero con el que antes de comprabas un chalé de dos plantas y jardín ahora sólo te llegaba para un piso-zulo de dos habitaciones enanas en el que la vida diaria es un jugar al Tetris constante. Pero todos felices con nuestras hipotecas. Cuanto antes tuvieras una, mejor, porque mañana los precios habrán subido más y más. Hipotécate. Sé uno más de la tribu. 

The Village

Anoche terminé The Village, serie BBC que pretende narrar toda la historia de UK del último siglo, adelantándose a las conmemoraciones que, imagino, tendrán lugar el año próximo por aquello de los 100 años del inicio de la Gran Guerra o I Guerra Mundial. Los primeros seis capítulos han tratado precisamente de eso, del antes, del durante y del justo después de la Gran Guerra en un pueblecito británico, sin nombre determinado, que es reflejo de lo que sucedía en todo el país en aquellos momentos. La Gran Bretaña rural y profunda. 

Si más o menos seguís Downton Abbey, os daréis cuenta de que la primera temporada de las aventuras y desventuras de los Crawley coincide en el tiempo con la primera tanda de capítulos de The Village. Es en lo único en lo que coinciden, porque no pueden ser más diferentes. En Downton todo está limpio, perfecto, cuidado, brillante, los campesinos que, se supone, trabajan en las tierras de Lord Grantham salen poco y de lejos, el pueblo en el que transcurren algunas escenas es una maravilla del costumbrismo, con sus flores, sus ferias con tiovivos, niños vestidos con puntillas y tiendas con tarros de mermelada. La pobreza que se muestra es casi anecdótica, los lores y las ladies se adoran entre ellos y a lo más que se llega es a las pullas irónicas y magistrales de Lady Violet. Todo es precioso, pero, dicen los que entienden, no hay verdad. Y os dejo el artículo al respecto del blog Historia y Cine

martes, 21 de mayo de 2013

Fizgeral

El sábado pasado, en el telediario de las nueve de la noche en Antena 3 se marcaron un reportaje sobre Scott Fitzgerald, El Gran Gastby, años 20 y todo eso que se ha puesto tan de moda ahora vía la película de turno. El reclamo del reportaje era una supuesta consulta a varios expertos sobre si la película respetaba el libro o se lo saltaba a la torera. Una excusa como otra cualquiera para hablar del tema y rellenar minutos de telediario de sábado noche con algo ligerito y animado con cierto toque cultureta, que siempre queda bien. 

¿Ya os lo imagináis, no? Sí. Fue muy penoso todo. Los supuestos expertos no se mojaron, sólo hablaron de vaguedades y lugares comunes, se mencionó de pasada la película de Robert Redfort y poco más. Al final, el reportaje concluyó con la siguiente frase: "la nieta de Scott Fitzgerald ha dicho que su abuelo estaría muy satisfecho". Y tan a gusto se quedaron, oye. 

Todos a la cárcel

Leo por esos vericuetos del Internet los nuevos artículos del Código Penal "made by Gallardón" referidos a la piratería. Y no sé si reír o llorar. Reír porque me parece de locos, llorar porque lo mismo, todo muy loco, sí, pero acabamos en chirona. Estaría bien, oye, el país entero a la cárcel. Ya no nos preocupemos de buscar curro, casa, el coche que se avería o los niños que no callan. En la cárcel está el futuro. Nuestro futuro. 

Cosa más mona de panda....

Eso o claro, hacemos lo que el señor Gallardón quiere y volvemos a los tiempos oscuros, en los que la información y la cultura eran una, grande y libre para ellos, no para los demás. Volvemos a depender de lo que la televisión nos ofrezca y de aquello a lo que puedas aferrarte vía alguna institución tipo biblioteca o centro cultural. Eso si tienes la suerte de tener algo así cerca, claro. 

domingo, 19 de mayo de 2013

La conjura de Cortés

Termino los libros y se me olvida venir por aquí a cambiar la portada y a contar algo de ellos. Soy un caso. Pero bueno, en esta ocasión, tengo disculpa porque mi yo whovian anda muy revolucionado, pero ya me centro, ya me centro...

A partir de aquí, spoilers

La conjura de Cortés. Empecemos por el principio, a mí Matilde Asensi me encanta. He leído todo lo que ha escrito, desde el maravilloso Iacobus -creo que mi favorito- hasta el infumable Todo sobre el cielo -mucha China y poca chicha-, pasando por El último catón -mis hormonas aún recuerdan a ese arqueólogo egipcio- o El origen perdido, que es la mejor muestra de que los finales a esta mujer se le suelen ir un poco de las manos. Es decir, todo va muy bien y es hasta casi consistente, hasta que llegamos a las últimas páginas y la solución al asunto la tiene la civilización perdida que vive debajo del desierto, en los troncos de los árboles o en la luna de Valencia.

Pero a mí, ya os digo, me encanta, porque no deja de ser una estructura muy Indiana Jones, y eso son palabras mayores. 

viernes, 17 de mayo de 2013

Bueno, ¿y qué?

Parece ser que ya ha llegado la fase de los "bueno, y ahora, ¿qué?". Y yo sin enterarme. Despistada como he estado entre mis jaleos y mis fiebres, no he caído en la cuenta en que ya han pasado unos veinte días desde que me dieron la patada laboral. VEINTE DÍAS. Y yo aquí, sin atar la pata de una escoba, sin hacer nada, sin trabajo. Porque, según me cuentan, el que no trabaja es porque no quiere. Y yo sin enterarme, fíjate. 

En fin. Perdonad la ironía. Es que han sido tres las personas ya que, entre ayer y hoy, me han dicho la famosa frase del "¿y ahora qué estás haciendo, tienes trabajo ya?". Y, claro, yo sólo he podido poner esta cara: 

Así estoy, verde y todo

jueves, 16 de mayo de 2013

Los sustos de Nikon


La primera vez que mi Nikon me dio un susto, la cosa se solucionó con un mes de vacaciones para ella en Barcelona e igual tiempo de agonía existencial para mí. Apenas llevábamos juntas unos meses, funcionaba la garantía, recibí el asesoramiento de algunos entendidos y la cámara acabó en el servicio técnico de Nikon. No quedaba otra, parece ser. 

La segunda vez, a primeros de este año, la llevé a la tienda (El Corte Inglés) y tras llorarle mucho al dependiente de fotografía y buscar la intermediación de un amigo que trabaja por allí, conseguí que el susodicho dependiente sacara un destornillador y se aventurara en los entresijos de la cámara. Para entonces ya había yo estudiado a conciencia el problema por esos mundos del Internet y averiguado que es algo muy común en las Nikon, en todos los modelos, y que tiene fácil arreglo. No hace falta mandarla a un servicio técnico que es un caos y que, fuera del periodo de garantía, puede salirte por dos caminos: o cobrarte directamente un pastón por apretar con un destornillador un botón (que ese es el problema en sí) o presentarte un presupuesto de reparación descomunal para que digas "pues casi que me compro una nueva, que me va a salir mejor". Y, mientras la cámara, el presupuesto y tus lágrimas van y vienen, tú estás sin hacer fotos. Que es, casi, lo peor. 

miércoles, 15 de mayo de 2013

Indignación

Ohú. Qué mala he estado. 

Esto de que te entra de repente un no sé qué qué sé yo por la tripa y el no sé qué qué sé yo se acaba convirtiendo en una gastroenteritis de campeonato, con todos los shows propios del caso. Precioso, ideal. Argh.  

Todavía no ando bien, no, pero he de venir por aquí para contaros la última de my teacher, sip. Es que si no me desahogo por aquí no me desahogo por ninguna parte porque a mis classmates no les hierve la sangre como me hierve a mí. Ellos son más del estilo del "venga, mujer, qué le vamos a hacer y tal", que es buena muestra de esta España, en la que las revoluciones siempre se han hecho tarde y como con pereza y dejadez. Ir se va pero ir para nada es tontería así que no vamos, que diría aquel. 

Pues sí. Spanish humanity en concreto. 

lunes, 13 de mayo de 2013

La búsqueda II

Me voy al paro. A la oficina, digo. Ya fui la semana pasada pero me dijeron que aún no podía hacer nada porque estaba en vacaciones -oficial y literalmente-, así que que volviera hoy. Y he vuelto, claro. No me voy a centrar en detallar las penosas condiciones de la oficina en cuestión, porque, ¿para qué? Que el sitio está bien, entiéndaseme, pero lo de la confidencialidad me parece que no saben lo que es. Que yo me haya enterado del caso de la chica que estaba delante de mí, no es lógico. Y no me he enterado porque haya querido, es que no tenía lugar para recolocarme y no he podido evitarlo. 

Para disimular me he puesto a leer las ofertas de trabajo por allí colgadas. Esperanzador todo, sí. Se buscan ingenieros en Alemania, imprescindible nivel alto de inglés y alemán, se requieren cocineros en Noruega, se busca un chef en Estonia, en Dinamarca hacen falta camareros. Etcétera.

domingo, 12 de mayo de 2013

Lost in Austen

¿Puede existir un Orgullo y Prejuicio en el que Lady Georgiana no sea tan candorosa y perfecta como la conocemos? ¿Podemos creer a un Wickham simpático y buen tipo? ¿Seremos capaces de ver a Jane casada con Mr. Collins mientras Charlotte huye a África? Y, lo más importante, ¿podremos soportar a un Mr. Darcy que no sea Colin Firth? 

Esto es, coja usted su historia novelesca favorita, conviértase en Tom Cruise en aquella peli y, alehop, ya tiene algo nuevo de lo que tirar. 

Lo que tienen en las manos es el libro de Jane Austen

sábado, 11 de mayo de 2013

La búsqueda I

Pues nada. Que ya. Que ya he empezado a hacer eso que se supone que tienes que hacer cuando te quedas como yo me he quedado. Buscar por esos vericuetos cibernéticos. Mandar curriculuses (en fino latino se diría curricula, ya). Valorar posibilidades. Lya y la búsqueda del trabajo imposible. Que no se diga. 

Pero claro, lo hago porque hay que hacerlo, pero la confianza que tengo en que mi teléfono suene un día de estos es tirando a baja. Y tal vez sea mejor así, sí. Si no espero nada, nada podrá decepcionarme, porque ya llevo la decepción a cuestas y asimilada. Es decir, no se trata de pesimismo y de falta de motivación y/o poca autoestima, no. Se trata más bien de la certeza de lo inevitable, de haber asumido que no hay nada que hacer. O sí, pero que esa búsqueda es más un rito que hay que cumplir que una actividad verdaderamente productiva. Hay que hacerlo porque si no lo haces encima parece que has tirado la toalla antes de tiempo, que el parado español tiene que estar supermotivado, superguay y supercontento y convencido de sus posiblidades, oh sí. Qué felices somos todos. 

Dejadme en paz todos ya

viernes, 10 de mayo de 2013

Adiós, Pepe

Hay algo en la mirada de Alfredo Landa en Los Santos Inocentes que representa como nada y como nadie lo que somos, lo que fuimos, lo que seremos. Un país desesperanzado, noble, rudo, tierno, áspero, preso de siglos de incultura, de opresión, de gobernantes inútiles, de religión extrema. A cada cual le toca lo que le toca, y a nosotros nos tocó ser esto. Ser pequeños pero inmensos, ser capaces de lo más y de lo menos. 

Se nos fue Landa. Se nos fue otro pedacito de nuestra vida, uno de los más representativos, más puros, más diáfanos. Como decía aquella canción de Mecano, negro, bajito y cabezón, sólo pude ser peón de negras, lo más chungo en ajedrez. Bajito, moreno y simpático, sólo pudo ser español, lo más chungo del Mediterráneo hacia arriba. Y como en aquella canción, con arrojó y tesón, y la estricta observación de las reglas, llegó a ser uno de los grandes. El símbolo de una época, de un país entero. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Loren, Loren, Leo, Leo

Da Vinci Demon's, capítulo 3.

Loren el Magno
Capitulazo de nuestro Leonardo por Florencia. Esa Florencia libertina y pecadora que trae a los romanos, tan papistas ellos, de cabeza. Yo cada vez soy más team Lorenzo el Magnífico. Pero fan total, de las de aquí está mi espada, Loren, para lo que tengas a menester. El pobre. Tan honrao que se le ve. Tan buen gobernante. Soportando a ese hermano, Guiliano, que es el antecedente directo de Sonny Corleone. Muy machote, muy guaperas, pero un manta a la hora de las cosas mafiosas. O de las cosas del gobierno, que vienen a ser lo mismo. 

El mi Loren tiene de esposa a Clarice Orsini, Lara Pulver, que está estupenda, oye, en el papel, las cosas como son. Otra tema es que cada minuto de esta serie sea un pisotón a la historia, que lo es. Pensar que las locuras de ESTE Leonardo por ESA Florencia tienen algo que ver con los auténticos Medici, Orsini, Sforza o Farnese es como comparar el jamón ibérico de Guijuelo con un chopped pork de marca indefinida. O como pensar que el Siglo de Oro que muestran en Águila Roja tiene algo que ver con el verdadero. Que no. 

martes, 7 de mayo de 2013

Alegría

Cuando me preguntan qué tal estoy, contesto lo mismo: aterrizando aún, pero bien. Tengo mis ratos, pero, en general, estoy bien, aunque todavía me quedan días para centrarme del todo. Cuando los cambios son repentinos, necesitamos tiempo para adaptarnos a las nuevas rutinas. Nos quedamos cual pollo sin cabeza, desorientados, como si el destino hubiera jugado con nosotros a la gallinita ciega. 

Precisamente en estos días se cumple un año desde que visto el rojo. El rojo de la cruz. Decidí hacerme voluntaria buscando satisfacer una lejana y antigua ansiedad personal y buscando también, por qué negarlo, mejorar el curriculum. Durante este tiempo he conocido el engranaje de la "casa", su funcionamiento, reglas y estricto protocolo organizativo. He podido formarme en decenas de cursos y he asumido cada vez más responsabilidad. Por esto, el aterrizaje está siendo extraño, aún más, porque no dejo de hacer cosas.


lunes, 6 de mayo de 2013

Somos buenos

Hoy Japi Flogüer nos ha pedido perdón. Por todo lo que (la) aguantamos y lo majos que somos, porque nos lo tomamos (lo suyo) a risa. Esto es, nos desesperamos y miramos mucho al techo con cara de "Señor, llévame pronto", pero con ella, en el fondo, somos simpáticos y tal. Somos buena gente, vamos. Porque, qué nos queda sino la risa. A ver. 

Y yo me siento mal, claro. Maldita empatía. Así que no voy a contar la locura de clase que, as usual, hemos vivido hoy, con otros cuantos momentos de esos de "venga, en serio, ¿dónde leches habéis escondido la cámara?, que ÉSTO real NO puede ser, QUE NO PUEDE SER VERDAD, QUE NO". 
Pero no voy a decir nada, que nos ha pedido perdón. 

Pero podría decirlo. 

Pero no. 

Más buena soy. 

Sir Paul me comprende

domingo, 5 de mayo de 2013

Food

Bueno, antes de nada:


Dicho esto, ayer estuve de concurso de pinchos:

Tartaletas by Lya Black (lyablack)) on 500px.com
Tartaletas de champiñones, jamón y huevo hilado. Ricas. 

sábado, 4 de mayo de 2013

¿Qué soy?

Estoy un poco mustia hoy. No mustia por aquello que os conté. O, al menos, no por todo de aquello que os conté. Estoy mustia porque ya no sé qué soy, ni sé si me puedo definir como lo que, hasta hace unos días, era. Yo estudié una cosa, pero me dediqué, azares de la vida, a otra. Otra en la que, en este país de titulitis, no te dan plácet fácilmente a no ser que hayas pasado por la facultad correspondiente. Yo ¿he sido, soy, fui? periodista. 

Pero vamos, no entro en discusiones. A mí fue la vida lo que me llevo al periodismo, y no tengo por qué pedir perdón ni sentirme mal. Sé escribir mejor que muchos que van con el título en la boca, así que a mí no me vengan con esas reivindicaciones, que no me avengo a ellas. Para ti la perra gorda, para mi mis años de experiencia y los jefes (ex-jefes ya) que dicen que soy estupenda en esta profesión, que trabajo como nadie, que es una pena terminar así, que la crisis y que bla, bla, bla...

¿Modestia? Pues miren, en estos momentos, no sé dónde está ni me importa. ¿QUÉ PASA? 

viernes, 3 de mayo de 2013

Las rancheras

Quería haber hecho yo esta tarde una entrada sobre rancheras, pero se me ha cruzado Luis Miguel por la mollera y, en fin, algunas de mis neuronas me da que siguen ancladas en la adolescencia y la hemos liado.

Así que, especialmente dedicado a Bettie, allá voy:

A mí las rancheras, me privan. Me encantan. Me fascinan. Quede claro. En general, todo lo que suene a México me gusta. Quiero ir a México. Una de las etapas más felices de mi vida fue cuando tuve, gracias a una de esas plataformas digitales de tv, acceso a Galavisión. No veía otra cosa. Amo México, vamos. Lo que ocurre es que aquella locura mía con respecto a Luismi me provoca los mismos sudores vergonzantes que, supongo, les provocará a las actuales fans de Justin Bieber recordarse dentro de unos cuantos años. El pasado, que siempre vuelve. 

Pero como una ranchera, no hay nada. Podría poner muchas. Me encantan Cielo Rojo, Cruz de Olvido y tantas, tantas otras. Pero si hay una que me gusta especialmente es No volveré:


No pararé hasta ver que mi llanto ha formado, un arroyo de orgullo anegado, donde yo tu recuerdo ahogaré...  QUÉ FRASE...

Esto era una entrada sobre rancheras

Yo soy muy de rancheras. Ahora que ya tengo una edad, creo que puedo confesarlo sin remilgos. Todo empezó por cierto cantante mexicano que me trajo tonta toda la adolescencia, y lo que no fue adolescencia. Era uno de esos gustos que no quieres tener pero que tienes. Era un sentir vergüenza de una. Un horror. Pero el caso es que me gustaba tela. Y así desde los trece, que se dice pronto. Que, por cierto, a mí a los trece años me parecía él, que andaría entonces por los veinte, mayorcísimo. Lo sé. Si tuviera una máquina del tiempo volvería atrás sólo para dar dos leches a mi yo de trece años. Zas, zas. 

En fin, todos tenemos un pasado. Total, que el muchacho de veinte años entonces, que era, como todo cantante de por allí, un poco hortera y más dulzón que el merengue, creció no sólo en años sino también en esas cualidades. Con lo que a mí me produjo cada vez más urticaria. Pero me seguía gustando. ¿Cómo se come eso? No lo sé, pero ya os digo que viene de familia. Porque mi madre fue en su época fan de las de verse todos los conciertos de Raphael, pero, palabras textuales, no le ha soportado nunca. 


Ya, ya. Raras everywhere

miércoles, 1 de mayo de 2013

Pena no, gracias

Llega la hora de las condolencias. Y a mí las condolencias me ponen muy nerviosa. Yo sé que la gente lo hace con la mejor de las intenciones (la mayoría, al menos). También sé, porque yo soy así de extraña, que si no me dijeran nada acabaría pensando aquello de "no le importo a nadie". Pues no me gusta un drama ni nada. Pero es que me pone muy nerviosa sentir la conmiseración ajena. Que yo estoy bien, de verdad. 

A ver, no es que esté así:


Pero tampoco así:

Qué enooorme eres, Diane. 

También hablé de...

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