Robos legales

Que me ha pillado sensible, qué se le va a hacer. Que después del curso que he pasado, entre delirios e idioteces varias de una profesora claramente incapacitada para dar clase, vengan ahora los señores de la escuela oficial de idiomas a subirme 40 euros la matrícula, pues me cabrea, me enerva y me solivianta. Todo junto. Añádase a esto que el año pasado no lo subieron, no, directamente lo duplicaron con respecto al anterior. De pagar unos 50 euros, pasamos a pagar 100, que este año se han convertido en 140. Que diréis pues no es tanto. Ya, no es tanto si se compara con lo que vale una academia privada, que te puede cobrar eso al mes sin ningún tipo de miramientos. Pero ese "encima no te quejes" me enfada aún más. 

Así que me quejo y mucho. Me quejo porque son 140 euros sí o sí, a no ser que seas de familia numerosa, exención a la que, en este caso, no se puede acoger casi nadie. Hay que tener en cuenta que, primero, familias numerosas ya, pocas, y segundo, la mayoría de los alumnos somos treintañeros currantes -o en intento de- que ni niños ni gaitas escocesas. Señores, un respeto, leñe. Encima no se rían de nosotros. 

Por supuesto, bonificaciones o descuentos para parados, ni olerlos. Que ya no me extraña porque estoy harta de ver cursos gratuitos para trabajadores pero no para los desempleados. Oiga, creo que me he perdido algo en el camino hacia el mundo del parado que he recorrido últimamente. No sabía yo que encima te penalizaban por haberte quedado a verlas venir. Por cierto, es fantástico ir a la oficina del paro al servicio de orientación y que, ah, se han ido de vacaciones. ¿Y cuándo vuelven? Ah, pues el mes que viene. Ya, pero es que julio tiene 31 días.. Ah, no sé, vente a mediados a ver. 

Vale, respiro hondo. Asumo que los 140 euros no son tantos por un año de clases de inglés, que sería peor si hubiese repetido (el doble directamente) y que la gente tiene derecho a tomarse vacaciones. Vale. Pero entonces entro en la página de la escuela de idiomas para ver las fechas de matrícula, y me encuentro que han cambiado la modalidad del asunto. Que ahora hay que descargarse un impreso de la consejería de Hacienda (¿¿??), de esos de mil apartados que rellenar, y no te confundas en ninguno, que hay que ir a la escuela, al banco, a la escuela de nuevo, con cita previa que no puedes saltarte porque, ah, entonces no te matriculas. Lo que se dice dar facilidades al personal. En estos tiempos que corren, en los que con un ordenador y un teléfono podríamos estar todos matriculados en unas horas. Pero no, pide permiso en el trabajo -quien lo tenga-, porque las matriculaciones sólo se pueden hacer por las mañanas, desplázate, ve a un sitio, ve al otro, pierde tres o cuatro horas de tu vida, rellena papeles, entrega papeles, recibe papeles. 

Es decir, que de donde se puede ahorrar (BUROCRACIA) no se ahorra, pero a la gente se la sangra a placer. Por querer estudiar. Encima tienes que leer esas instrucciones oficiales, áridas, ásperas y con tono de hacerte un favor por explicarte cómo se rellena el modelo 046 y lo importante que es que te apuntes las tropecientas cifras del número de cuenta, porque "ellos" no tienen por qué sabérselo y, o lo llevas tú, correcto y clarito, o no ingresas el dinero, tú verás.

Lo voy a decir en fino que no quiero quedar de ordinaria: esto es un "encima de mujer dedicada al oficio más viejo del mundo, tener que poner el colchón". No sé si se me ha entendido. 

Pues eso: ¡aaaaah!