Dicen las malas lenguas que lo del cine cada vez se lleva menos. Que los Oscar ya no fascinan como antes y que, para muchos, sólo son una pasarela bastante hortera de viejas glorias de Hollywood y de los cuatro actores jóvenes que se han ganado, vaya usted a saber por qué medios, el favor de los productores y distribuidores (sí, Weinstein, te miro a ti), de la industria. Una industria que cada vez es menos industria, aunque siga sacando engañifas como el 3D para ir tirando.
Cuentan esas malas lenguas que ahora lo que funciona de verdad, son las series. Que miles de tuiteros -los mismos que despellejan sin piedad en la noche de los Oscar- levitan de emoción en otra noche, en este caso en septiembre, la de los Emmy. Y que vuelven a hacer lo mismo en enero, con los Globos de Oro y en mayo, con los Bafta. Porque en esas tres citas pueden ver a esos actores y actrices que no salen en las revistas ni en los programas del cuore, pero que para ellos son casi de la familia.
¿A qué viene esta introducción, diréis? Pues viene a que acabo de terminar la serie Life on Mars y estoy totalmente fascinada. Y me he acordado de los Oscar, de las pelis que se nominan, de los actores que ganan y, lo siento, me ha entrado la risa floja.
Si vais a la Wikipedia y buscáis Life on Mars-serie, os saldrá que se trata de una creación televisiva de 16 capítulos (dos temporadas) sobre la vida de un policía de Manchester, San Tyler. Y que los géneros en los que se enmarca la serie son los siguientes: ficción, histórico, policíaco, ciencia-ficción y psicológico. Todo eso.
¿Puede funcionar una serie en la que entrecruzan todos esos géneros? Sí, si la hace la BBC, claro. ¿Puede resultar creíble la historia de un policía que queda en coma en en siglo XXI y despierta en 1973? Sí. ¿Puede darse a este argumento una construcción sólida y un final que deje al espectador satisfecho, con la sensación de haber visto una película de 16 horas de duración con un guión que funciona al milímetro? Rotundamente, sí.
Como en un trabajo de photoshop en el que en una misma imagen se solapan diversas capas con información, Life on Mars nos muestra diferentes planos de una misma realidad. Planos que encajan, que se dan sustancia unos a otros, que se alimentan entre sí. En un mismo capítulo puedes saltar de miedo, reír a carcajadas o dejar caer alguna lágrima. Y todo queda bien, todo es perfecto. Sientes esa extraña identificación con los policías que atrapan a los malos, disfrutas con algunos de sus puñetazos como cuando veías las series clásicas de polis, observas que, como en la vida misma, nada es blanco o negro, conoces y quieres a los personajes con sus luces y sus sombras, aprendes aspectos de la historia de UK... En fin, poco más se puede decir de esta serie, tan sólo ya resaltar las interpretaciones. John Simm y Philip Glenister están para ponerles un piso, directamente.
I love them |
Ah, sin olvidar la música, claro. Porque qué música.
En resumen, es una joya imprescindible.
(Añado que existen dos versiones de esta serie, una americana a la que no pienso ni acercarme porque a John Simm no lo puede sustituir nadie, y una española, que recuerdo haber visto hará algunos años y que no me dejó mala sensación, cosa extraña).
genial recomendación, y espectacular serie (mas si le sumamos su spin-off, que mas que spin-off es su continuación Ashes to Ashes).
ResponderEliminares verdad, ni te acerques a la yanqui, pues no vale la pena, no le llega a los talones!... la española, no la vi, pero como decís Tyler es Simm, y The Guv es Glenister!!! (ademas el tema de Bowie esta tan bien colocado, que sobrepasa ampliamente al Somewhere over the rainbow!!!)
comparto nota tambien realizada como consecuencia de la experiencia LoM! hay vida en Marte?
Gracias, Vane! Tengo que ver Ashes to Ashes, aunque echaré mucho de menos a Simm. Eso sí, también tengo que ver Mad Dogs!! The Guv es el mejor! :DD
EliminarCon lo que cuentas, me suena haber visto la española xDD
ResponderEliminarMe apunto la serie para verla en un día lejano, como todo jajajaja
Esperaba este post con ansia xD
ResponderEliminarAy, comulgo con todo. Life On Mars es perfecta, no se me ocurre otro adjetivo para calificarla. Es un puzzle resuelto sin trampas, sin piezas sueltas ni encajadas a la fuerza. Es calidad, en definitiva.
A mí también me dejó buena sensación la serie española, creo que no está tan mal y que Antonio Garrido es una buena sustitución del increíble Philip Glenister. La americana no la pienso ver, por supuesto xD
¡Y Mad Dogs te encantará!