domingo, 10 de marzo de 2013

Oz

No voy mucho al cine, la verdad. El absurdo sistema español que impone el doblaje en todas las películas no es santo de mi devoción. Vale, hay mucha gente que no tiene esta obsesión con el tema del inglés y que necesita las pelis dobladas. Vale, no digo nada. Pero, en fin, yo, por el momento, tengo pocos ratos para dedicarle al ocio, así que los que saco los dedico al ocio + inglés, que falta me hace. Por eso, decía, no voy mucho al cine. Por eso y porque en el cine hay gente. Gente que se mueve, que habla, que come palomitas y bebe cocacola, y que, consecuencia lógica de lo anterior, te hace levantar porque a media película tiene que ir al baño. Gente, así en general. Gente.

Que no voy al cine, vamos, no sé si ha quedado claro.

Pero hoy he ido. ¿Motivos? Estos:



Yo soy muy fan, muy fan, muy fan de El Mago de Oz, la película clásica. Con su espantapájaros que no daba el pego, su león con traje de carnaval cutrecillo y el hombre de hojalata con aires Sheldon Cooper. Por no hablar de la pobre Judy Garland, a la que disfrazaron de niñita cuando ya había cumplido 18 primaveras. Primaveras de las de 1939, ahí es nada. 




Pues por este motivo, me he decidido a ver Oz, un mundo de fantasía. 


Mila Kunis, James Franco, Michelle Williams y Rachel Weisz. 

¿De qué va la película? Es la 'precuela' de la película de 1939 -y del libro de Baum de 1900-. En aquella Dorothy era arrastrada desde su Kansas del alma al mundo mágico de Oz. Al llegar se cargaba -sin querer- a una bruja mala, tenía sus más y sus menos con la hermana de esa bruja, conocía a unos cuantos amigos y todos se encaminaban a la Ciudad Esmeralda a solicitar al Mago que les concediera algunos deseos: valentía, corazón, cerebro, regresar con la familia...

Esta película, ya os digo, es el antecedente de aquella historia. ¿Cómo llegó el mago a ser el mago? ¿Cómo terminaron siendo malas las brujas malas? ¿Quién era la bruja buena? 

El planteamiento está bien. Óscar es un mago de poca monta, que recorre la América profunda de 1905 en un circo de menos monta aún. Caradura, vividor, embaucador, seductor... tiene todas las papeletas para tener que salir huyendo, como así hace. Sólo que esa huida termina, tornado mediante, en el mundo mágico de Oz, donde una profecía anuncia desde hace años la llegada de un mago que se hará cargo del poder. Poder que, durante esa espera, ostenta Evanora, una Rachel Weisz encantada de la vida en su papel de bruja. Pero antes de conocer a Evanora, Óscar tontea con la hermana de ésta, Teodora -Mila Kunis-. Y tanto tontea, que Teodora se lo cree, se cree que va a ser reina. Una ingenua, Teodora. 

Planteamiento bien, ya os digo. Imágenes preciosas, es una auténtica delicia visual y sólo por eso merece la pena. Al igual que por los homenajes a la película clásica y lo realmente bien explicado que está el 'cómo' y el 'por qué' de la historia de aquella. Pero, eso sí, se hace larga y, a ratos, lenta. Dos horas y pico, cansan. Y James Franco, mira, que se dedique a otra cosa, que actuar no es lo suyo. Tanto Weisz, como Kunis -genial en su conversión al lado oscuro-, como Williams -caracterizada muy Arwen style- se lo meriendan en cada escena. Bien es cierto, añado, que a lo mejor en versión original el chico me hubiera convencido más. O no. 

¿Recomendable? Si os gustan las historias de brujas buenas y malas y las películas que visualmente te dejan con la boca abierta, no os la perdáis. Si os va el cine más realista, huid. 

Pero sobre todo, siempre, recordad, que normalmente aquello que buscamos, está dentro de nosotros mismos. Nosotros somos nuestra fuerza y nuestro valor, nuestros propios héroes. 

Sí, la antigua moraleja también está muy presente. 



Nos vemos en el camino de baldosas amarillas.

Imagen tomada de este blog












4 comentarios:

  1. La razón principal por la que me cuesta ir al cine es también LA GENTE. Creía que era solo cosa mía, pero ya veo que, afortunadamente, no. Envidio esa motivación por el inglés. A mí no me llega, me he empeñado en que el inglés no! y no hay manera de que le saque el gusto. A ver si logro cambiar el chip.

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    1. La gente en el cine es lo peor... Parece que se abre la veda de la mala educación, brrrrr. Y lo del inglés, todo es ponerse. Poco a poco, sobre todo eso, hay que tener claro que para notar avances se necesita tiempo y esfuerzo, porque mucha gente se frustra muy rápido. Y hay que hacerlo divertido, para eso lo mejor son las series en v.o. Una vez que empiezas, ya no puedes parar. ;))))

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  2. Escribí un post sobre la fauna de los cines. Ejem. A mí me gusta mucho mucho ir al cine, me encanta, pero entre el precio y que vas y sales de mala leche por el personal... pues eso.

    A mis brazos, hermana! Yo también dedico mi tiempo de ocio al inglés. Veo series, pelis, cosas. xD El listening lo voy a llevar bien el día del examen xD

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    1. Recuerdo habértelo leído, sí. Bueno, es que lo del precio tiene tela, hasta en mi pueblo que era baratico, últimamente se ha subido a la parra, aunque sale mejor que ir a la ciudad, que, entre la tontería de la 3D, las palomitas, la gasolina, se pone inalcanzable...

      Y es que es lo mejor para mejorar, ver cosas en inglés... Los idiomas no se aprenden, se viven, ya se sabe...

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