Obligación

Gente que viene, que va, que mira. Explicaciones que sobran, que cortarías con un 'oye, que no soy como ellos, que a mí me da lo mismo, que mi lucha es otra'. Más explicaciones, desahogos, y esa sensación de ser, de nuevo, un vertedero emocional. 

Y yo no quiero ser coelhista, me resisto a mantener una esperanza fundada sólo en la propia convicción de la esperanza. Me resisto a creer sin ver, el pragmatismo me llama, la con(s)ciencia de lo inevitable, de lo seguro crece y se me revela como la verdad. Pero cuando todo falla y la aridez de la vida te araña con su amargura, qué queda sino creer en lo que sea, en que todo pasará, en que llegarán mejores tiempos. No quiero ser coelhista, pero, hoy, me obligo a creer en que la vida traerá cosas buenas. Me obligo a valorar lo que tengo. Me obligo a mirar al frente.

Esta canción la pongo porque me apetece y porque si subes el volumen al máximo y cierras los ojos, lo ves, ves Gallifrey, el planeta adorado y perdido, la tierra que todos dejamos atrás para adentrarnos en nuevas aventuras sin tener certeza de cuál será nuestro destino. This is Gallifrey, our childhood, our home, por el genial Murray Gold.