viernes, 22 de marzo de 2013

La niebla

Hace algo más de un año recibí una de esas llamadas que, de vez en cuando, me caen. Nada nuevo bajo el sol de aquellos que nos hemos criado a las faldas de una institución como la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (hoy vengo salerosa y voy a dar hasta datos, que la ocasión lo merece). Eso, lo que decía, una llamada de ese lugar que en este pueblo mío es conocido así, como "la fundación", aunque su nombre concreto sea otro. Pero nos gusta seguir llamándolo "la fundación". Al menos a mí me trae memorias de antaño, de niñez, de decirlo cuando no sabía lo que decía. "Voy a la fundación, estoy en la fundación, ¿hacemos los deberes en la fundación?", como si en todos los lugares del mundo los niños tuvieran "una fundación" a la que acudir. 

No soy consciente del momento en el que comprendí que aquello normal no era. Que era producto de la generosidad de un ilustre paisano y que no éramos, no somos privilegiados, no, somos lo siguiente. Así de sencillo, de diáfano y de escalofriante. Porque la vida de muchos, la mía, sería muy distinta si no hubiera estado la Fundación para acompañarnos en el camino. 


La llamada. Como os decía, hace algo más de un año me llamaron de la fundación. "Hola, queremos que participes en una actividad un poco extraña, se trata de teatralizar la novela Niebla de Miguel de Unamuno, a través de varios actores, algunos de ellos virtuales, tú serías uno de los virtuales, ¿te apuntas?". 

Sí, con esa cara que tenéis todos ahora mismo me quedé yo. Niebla de Unamuno, teatralizada, modo virtual.  Mira que he pasado por cosas y me han llamado para asuntos de todo tipo, pero como esa llamada, ninguna. Y como esa actividad, ninguna tampoco. 

Hoy se ha presentado un vídeo resumen del proyecto en el que se encuadró aquella obra de teatro -de la que ahora os hablaré-. Se trata de un reto al futuro, de un salto al vacío de un mañana que se presenta complicado y diferente para los que, hasta ahora, han sido los suministros normales de la cultura. Fue, es, una apuesta valiente que, estoy convencida, va a traer muchas cosas buenas. 

La obra de teatro. Cuando te plantean algo así, tan extraño en un principio, no queda otra que musitar aquello de 'from lost to the river'. Porque si desde la Fundación se lanzan a por algo, allá voy yo detrás. Eso sí, algo de seguridad había porque tras esa teatralización de la novela de don Miguel, estaba Roberto García Encinas, actor y dramaturgo de esta tierra, con el que tampoco puedo ser muy imparcial porque es amigo y es el mejor, así de simple. Con estos mimbres, tenía que salir un buen cesto. Y salió, vaya que si salió. 

Recuerdo los días de "ensayo", apenas tres o cuatro, con la sensación de haber vivido algo mágico, sin ser consciente de ello. Sí creo que fui consciente del privilegio de trabajar durante aquellos días en algo así. El texto de Unamuno, gente interesante, coordinación de dos chicas del mismo UK con las que nos entendimos nadie sabe aún cómo porque su español y nuestro inglés, pues en fin, no daba para alegrías. Una mezcla de la que sólo pudo salir lo que salió: algo divertido, único y muy muy interesante, esperanzador y novedoso. Y lo puedo decir porque mi contribución tampoco es que fuera muy determinante, así que aquí no valen falsas modestias, lo que fue, fue. Una genialidad. 

En el vídeo que se ha presentado hoy sale servidora comentando la jugada. Pero como lo de hablar se me da peor que lo de escribir, he querido dejar testimonio aquí de lo fantástico que fue y dar las gracias a lo Lina Morgan a todos los implicados en el asunto. 

La maravillosa foto de la calle Libreros y la casa de don Miguel de Unamuno en Salamanca, pertenece a este blog:  http://lavidadeunmiraobras.blogspot.com.es/



4 comentarios:

  1. Ahora mismo te tengo mucha, mucha, mucha, mucha,mucha (etcétera) envidia. Que-lo-se-pas.

    Tengo que releer Niebla. Yo de pequeña era de coger cualquier libro que me cayese en las manos, y siendo bastante enana leí Niebla. No creo que supiese apreciarlo bien entonces, pero las súplicas del personaje al escritor no se me olvidan, aunque no me acuerdo de casi nada más :)

    Esa foto me ha recordado la excursión que hicimos a Salamanca con el instituto. Una pasada. Vimos varias cosas, entre ellas, la casa de Unamuno :) Muy chulo.

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    1. Aaah, mi city, qué bonita es, no puedo ser imparcial. xD

      Y ya sabes que estás invitada a venir cuando quieras. :)

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  2. Arriba Bettie y abajo la inculta XD Yo no lo conozco e____e
    Me alegro que os saliera tan bien y disfrutaras tanto con ello ^^

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    1. Gracias, guapa. Y no creo que seas inculta. Yo no lo había leído hasta el año pasado y eso que Unamuno por aquí tenemos por un tubo. Simplemente hay cosas que se leen y cosas que no, dependiendo de a lo que se tenga acceso o de lo que te apetezca en cada momento.

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