From lost to the river

From lost to the river o las crónicas de Japi-Flower II. Sí, ya sé que os voy a aburrir mucho con este tema, pero creo que lo cuento no ya con interés de desahogarme, que también, sino con ánimo casi de antropóloga. O de socióloga. No sé. Porque lo de mi teacher es muy grave. Pero mucho. La verdad, que si no me jugara el aprobado hasta disfrutaría de tanto sin sentido, desorganización y locura muy loca.

La semana que viene tenemos examen oral. El dichoso speaking. Lo tenemos que hacer por parejas. Que, esa es otra, en vez de dejarnos hacerlo con nuestros amigos -que se les tiene más confianza-, nos ha colocado por orden de lista. Que vale, somos mayorcitos y no pasa nada. Vale. Pero puede pasar que te toque hacer el examen con un muchacho al que te encontraste un día por la calle, que muy simpático te saludó y con el que quedaste fatal porque no lo conociste hasta pasado un rato... Algo que, encima,  remarcaste con un  "oye, ¿tú vas a clase conmigo, no?" 

Sí. Yo soy esa. Todo discreción.

En fin. Que aparte de la venganza en forma de compañero de speaking borde que me espera, nuestra teacher ha programado para el día del examen todo un calendario de actividades para que los estemos esperando a hacer el examen no nos aburramos. Porque la vida es felicidad y paz y amor y nos quiere mucho y no nos podemos aburrir y nos va a poner una peli de muñecotes muy bonita que nos va a gustar mucho (habla así, en serio, de verdad).

Total, que mientras en un rincón de la clase se van haciendo los exámenes orales, el resto estará viendo Tintín. Sí, Tintín. La del guión de Moffat, whovians míos. Sí. ¿Cómo va a funcionar que en un mismo espacio físico -no muy grande- haya gente viendo una peli mientras otros hacen un examen, que, además, es de hablar y escuchar? No lo sé. No sé nada. Estoy desconcertada. Resignada. ES TODO MUY LOCO, NO ME AGOBIÉIS MÁS.

A todo esto añadid que ayer se le fue la pinza (más) y nos hizo escribir un resumen de nuestra vida en seis palabras. Al final de la clase. Porque la emocionaba mucho ver nuestro nivel de poesía (sic). Y, como yo estaba ya hasta el moño de idioteces, me marqué un resumen de lo más resumido: I DO NOT WHAT TO SAY. Que viene a ser un DÉJAME EN PAZ, JIPI TRASNOCHADA, Y DEDÍCATE A DAR CLASE DE UNA VEZ. 

Y se lo entregué. Con un par. From lost to the river. Que salga el sol por Antequera. 

Ya. Lo sé. Voy a catear. El japiflogüerismo y yo, no hacemos migas. Snif.