Iba yo a ponerme intensa sobre la vuelta a la rutina, el regreso a las costumbres/obligaciones que en Navidad quedan apartadas de golpe para dejar sitio a los panettones, polvorones, etc. Pero no. Intensidades las justas. Porque hoy vuelvo a clase. Y estoy mala sólo de pensarlo.
Si. Ya tengo una edad, pero la idea de volver a la escuela (de idiomas, en este caso), me produce repelús. Y es que, de verdad, ya lo digo antes, yo ya no tengo edad para según qué cosas. Que no. Yo ya no tengo edad para ser hippie-flower-power. Y mi profesora se empeña. Y yo me cabreo. Y así se me pasan los días.
El último día de clase, en diciembre, decidí, por aquello del espíritu navideño, tomármelo a chufla. Y funcionó. Me reí mucho y me lo pasé muy bien. Pero, por mucho que lo intento, veo yo que las clases de este año no las encaro igual. Porque, ahí te quiero ver, yo soy muy seria para mis cosas. Y entre mis cosas ocupa un lugar destacado el aprendizaje del inglés, que mis sudores me está costando. Y cuando llegas ya a un nivel curiosete, pasas de una vez la dichosa barrera del Intermedio, y te sientes, un poco, tampoco mucho, de ese grupo que controla, encontrarte a la cutrez personificada en forma de profesora, pues deprime. Mucho.
Que ya no es el acento penoso que se gasta la mujer, que también. Que no es que sea una hippie trasnochada que nos pone vídeos extraños sobre lo deshumanizadas que están las ciudades y lo malos que somos los humanos en general por no ir dándonos abrazos y besitos por la calle con desconocidos, que también, también. Es todo esto y es la desorganización que tiene la buena mujer. Lo que se llama, de toda la vida, un empanamiento catedralicio. Que no avanzamos con la teoría ni con el vocabulario, que nos da gramática de primero de intermedio y que yo tengo muchas ganas de llorar, así, siempre.
Lo sé. Me quejo de vicio. Hay cosas peores. Sobreviviré. Ya. Pero que este elemento sea profesora de un centro público, me enerva y me enfada. Porque, volvemos a lo siempre, es un reflejo más de la situación de este país, en el que te puede dar clase de inglés avanzado una señora que lo habla como yo hace cinco años. Antes de que me pusiera como una psicópata a ver series en inglés a través de Internet. Antes de que tuviera que buscarme fuera -y de un modo no legal del todo- el nivel de enseñanza que no me dan dentro.
Así que, oigan, no me vengan con lo de 'esto lo arreglamos entre todos', y vamos a salir de la crisis porque nosotros lo valemos y los españoles somos los mejores, aunque nuestros niveles educativos den pena, no me vengan con eso, porque no cuela. Si salimos de esta va a ser a base de otra burbuja, como la anterior, que ocultará la realidad que hay, que siempre ha habido, y que no es otra que un retraso histórico, de siglos, en el sistema educativo y que a nadie le interesa solucionar de verdad.
Y lo dejo ya, que tampoco me vale de nada enfadarme y, además, de los cinco meses que me quedan por delante con esta buena mujer de profesora no me voy a librar. Así que invocaré a todo mi zen, y from lost to the river.
Hija de mi vida, mira que lo siento. Yo hice el intermedio por That's English, porque fue imposible entrar a la EOI presencial. Pues el primer año, chica, tenía una profe que me daba un rollo... Apuf. Con un acentazo español exagerado, un poco despistada tirando a bastante... En fin, no sé. La verdad es que da rabia...Ánimo, hermosa. Sigue matándote a ver series, y en fin, te tocará hacer trabajo extra por tu cuenta...¡Qué vamos a hacerle!
ResponderEliminarMuchas gracias, Bettie corazón. Se hará lo que se pueda. Procuraré reírme todo lo que pueda, que es lo más sano. Un beso!
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