El aire que respiras

Me acerqué a este libro sin tener ni idea de quién lo había escrito ni saber de qué iba la historia. Tan sólo un tuit en el que alguien, no sé quién, decía que Care Santos, que así es la gracia de esta autora, era la mejor escritora española viva. Tan fuerte me pareció la aseveración que decidí opinar por mí misma y dar una oportunidad a alguno de sus libros. A ver si me estaba perdiendo la octava maravilla del mundo hecha letras e historias. Yo, que voy de lectora y tal. 

Pues no. Decir que Care Santos es la mejor escritora española es pasarse un poco. Sin acritud, pero lo que es, es. Escribe bien, muy bien de hecho. Tiene oficio y talento, y consigue que las frases fluyan con facilidad, con gracia. Cambia de estilo sin problemas y se arriesga, cosa que personalmente agradezco, a ir más allá, a jugar con el lector, implicarse en la historia y romper la cuarta pared que se diría en teatro. Sí, su estilo es francamente bueno. Entrar ya a valorar sobre si mejor o peor que otros es una cuestión, como todo, subjetiva. 

No obstante, ése no es el tema. Hablemos del libro. 'El aire que respiras' es una novela de esas que se definiría como ambiciosa. Cualquier libro que se adentre en nuestro siglo XIX no puede llamarse de otro modo, porque, oye, qué época aquella. Leyendo sobre nuestros años en la centuria del 1800-1900 se comprende perfectamente que estemos como estamos. No somos un país serio, somos un puro caos nacido del caos y de una revolución hecha al revés. Un primor. Una joyita. 

Con la base del siglo XIX español, Care Santos construye una historia larga, en la que varios personajes se entrecruzan y que avanza muy deprisa, sin que dé tiempo a veces a valorar lo narrado. No deja un respiro para que el lector se asiente y, en muchas ocasiones, te queda la sensación de que sobran hojas y falta detalle en algunas de las historias. Supongo que el estilo que la autora ha querido adoptar tiene mucho que ver con el folletín propio de la época en la que transcurre la historia: aventuras, amoríos, misterios, todo encadenado, sin ningún tipo de vergüenzas ni remilgos de escritor elevado. 

Por eso lado, comprendo la estructura de la novela, pero aún así, me ha faltado un poco de tranquilidad y me han sobrado, por ejemplo, los capítulos 'actuales', en los que Care Santos nos cuenta el supuesto proceso de escritura, con sus motivos y sus causas, y que, en mi modesta opinión, sobran, porque, volvemos a lo mismo, no terminan de definir ni los personajes que aparecen en ellos ni la historia que narran. Y aquí la palabra que me viene a la mente es 'superficial'. Sí, esos capítulos del siglo XXI te dejan esa sensación, de 'jo, tía, qué guay, que voy a escribir un libro', pero no me encajan con la historia en sí, e incluso considero que desaprovechan a algunos personajes que prometían mucho. 

Por lo demás, agradezco haber leído este libro porque me ha permitido conocer las circunstancias del siglo XIX en Barcelona y cómo unas murallas pudieron convertirse en una condena. Además, es un libro sobre libros y eso siempre es bien, aunque, como decía antes, no hubiera venido mal un poco más de profundidad en la historia y menos recursos 'porque yo lo valgo-deus ex machina' de la autora. 

En resumen, es un libro recomendable porque es fácil de leer, interesante y divertido, pero si el estilo folletín no es lo vuestro, os va a decepcionar un poco. 

Próxima parada: terminar el quinto Harry Potter.