August: Osage County

A lo mejor lo que voy a decir es un sacrilegio, pero me da igual, ahí va: Meryl Streep, tranquilízate. Ya sabemos que quieres batir el récord de Katherine Hepburn y conseguir el cuarto Óscar. Ya. Pero calma. 

Ayer vi 'August: Osage County' y, aunque no soy muy entendida en la materia, sí puedo decir que lo de Meryl me pareció sobreactuación y exageración. Parece que se va a salir de la pantalla y arrancarte la cabeza. Tal cual. 

Glups. 

Quede claro, eso sí, que el personaje lo borda, pero lo borda y remata tanto, que se pasa de rosca. En mi humilde opinión. Pero bueno, lo borda. Y es que, también hay que tenerlo en cuenta, estamos hablando de una tipa loca, enferma, amargada y maligna. Así que el límite entre representarlo adecuadamente e ir más allá y pasarse es muy subjetivo. 

¿De qué va la película? Es la adaptación al cine de la premiadísima obra de teatro del mismo nombre (en español lo han dejado en 'Agosto'). Una familia bastante desestructurada por los problemas psicológicos y de adicciones de la madre se reúne por un suceso dramático. Es agosto, Oklahoma, un calor que derrite el cerebro y aquí los colegas se ponen a debatir sobre lo malamente que lo han pasado en la vida, los dramas que llevan detrás y lo que les espera. "Menos mal que no podemos ver el futuro, nos aterrorizaría", dice el personaje de Julia Roberts, Barbara, en un momento concreto de la peli. Es ésta, Barbara, para mí, la verdadera protagonista del asunto, y que no me oiga Meryl que me corta la cabeza de verdad. 

¿Y por qué he visto yo esta película? Por cumplir con uno de mis propósitos de año nuevo (ver más cine, o, mejor dicho, ver algo de cine, porque no veía nada). Porque sale Julia Roberts y una es de la generación Pretty Woman, qué se le va a hacer. Y porque sale Benedict Cumberbatch, claro. 

Sí, también sale Ewan McGregor. Un locurón todo. 

La cara de panoli de Benedict durante la escena del almuerzo familiar creo que se debía a que su personaje lo requería pero también, sospecho, al susto que tenía en el cuerpo al ver a Meryl Streep y Julia Roberts en una auténtica pelea de actrizones-gatas-el-Óscar-es-mio-quítate-de-mi-camino-hija-de-perra. Y si pensáis que exagero, echadle un ojo a las historias que se cuentan del rodaje y de lo que pasó después. Dicen que Meryl ha jurado por sus cuatro niños que no vuelve a rodar con Julia en los días de su vida. Y que Julia anda muy contenta porque consiguió introducir una escena final que no estaba en la obra de teatro original, llevándose así todo el protagonismo de la historia (para mí, ya os digo, más que merecido). 

Eso sí, a la hora de los premios, Meryl está nominada como actriz principal y Julia como secundaria. Pero si tenemos en cuenta que en los Globos de Oro han considerado a esta película una comedia, mejor no nos fiamos mucho de este baremo. 

Como veis, tiene una pinta de comedia que no puede con ella...

¿Qué más se puede decir de 'August'? Que sale Julianne Nicholson, muy conocida últimamente por todos los que adoramos 'Masters of Sex'. También Juliette Lewis. Que las actrices, por tanto, que dan cuerpo a las hijas de esta familia -carne de programa de la tele rollo 'Diario de Patricia' o de la consulta de un psiquiatra, que viene a ser lo mismo- se llaman casi igual: Julia, Julianne, Juliette. Que sale nuestra pequeña Miss Sunshine, Abigail Breslin, que nos ha crecido un montón. Que sale también Margo Martindale. 

En fin, una película pensada y creada para arrasar en premios y crítica, que no va a llegar a tanto, creo. Primero por la competencia que hay este año, y segundo porque le falta algo, quizás es que se nota mucho que es una adaptación teatral y a ratos parece encorsetada y lenta. No sé, algo. Y eso que tiene a Benedict, que siempre es un punto a favor. Muy curioso oírle hablar con acento americano y más curioso aún oírle cantar. Adorabilidad máxima. 

Angelico.