Le doy más vueltas a las cosas que una peonza bien bailada. Pero como me prohíbo dar vueltas a las cosas porque no trae nada bueno hacerlo, acabo dando vueltas a cosas que son menos importantes, tipo el diseño del blog. Creo que los expertos lo llamarían trastorno obsesivo compulsivo o similar. Por cierto, por ahora se queda así, pero ya veremos mañana.
También sueño con trenes, por cierto. Con muchos trenes. Mis noches son ferroviarias. Me doy al ferrocarril, pii, piii, viajeros al tren.
He leído por ahí que soñar con trenes es bueno, porque se supone que vas a alcanzar tus metas o que estás en camino de. Pero no me fío. ¿Dónde está Freud cuando se le necesita? Sospecho que ni metas ni nada, sueño con trenes porque dentro de nada estaré montada en uno rumbo al sur, donde me esperan Bryan y T. Mi subconsciente, que es así de simplón.