viernes, 5 de abril de 2013

Dime niña

¿De quién eres?

El otro día hablaba Bettie en su blog sobre algo que le ocurre a menudo. Los interrogatorios. Los pueblos. La gente que se aburre. Mi profesor de inglés durante dos años -y que espero y suplico vuelva a serlo el año que viene- es una americano de los mismos USA. Con todas las características propias de un guiri de primer nivel. Pues a este bendito de mentalidad completamente americana no se le ocurrió otra cosa que venirse a vivir a este pueblo mío. 

Sí. Angelico. 

La primera vez que noté que el tema cotilleo le tocaba la fibra fue un día en el que tuvimos que hablar sobre las ventajas y desventajas de nuestro lugar de residencia (os lo escribiría en inglés, pero no son horas). Cuando me tocó el turno, como ya no sabía qué más decir, solté lo del cotilleo, el gossip. Al pobre se le iluminó la cara (¡alguien me comprende!). No tuvo que decirme más, en el examen de junio metí lo del gossip por donde pude. 

Sí, saqué sobresaliente. 

Es que como se le ocurre, vamos a ver. A un americano. Aquí. Y encima donde se fue a vivir, que sé yo que viven unas que no veas cómo largan, porque no sabéis cómo son, si yo os contara...




¿VEIS? Se nos va, se nos va a la mínima. Va en nuestra genética. 

En fin, todo esto venía a cuento del último interrogatorio al que servidora ha sido sometida. Interrogatorio que habrá durado, lo menos, dos años. Sí, sí. Dos añitos. 

Por esas cosas a las que me dedico, tengo una cierta notoriedad en el pueblo. Gajes del oficio. Y mucha gente se pregunta de dónde leches he salido yo, porque, vamos a empezar por el principio, yo no tengo ni un sólo gen despistado que proceda de aquí. Soy de aquí, pero por aquello del refrán del buey que me soltó mi profesor de Historia en el instituto cuando me dio por presumir un día en clase que yo, o sea, de aquí no era, quita. "El buey no es de donde nace, sino de donde pace, mona". Y me dejó planchada. Y me sentó fatal, pero es que yo tenía quince años y, eso, que tenía quince años, no me lo tengáis en cuenta. Toootal, que con el paso de los (muchos) años llegué a la conclusión de que el buen hombre (santa paciencia la suya) tenía razón. Sin excluir al resto de sitios de los que, por afecto o sangre, procedo, también soy, y mucho, de aquí. 

Por eso me sorprendo cuando, a estas alturas del partido, todavía hay gente que me suelta aquello del "y tú, bonita, ¿de quién eres?". Vale, eso no es sorprendente del todo, pero si lo es que cuando especifico que de nadie que ellos conozcan, gracias, me digan aquello de "ah, que no eres de aquí". ¿Perdón? 




El interrogatorio que os decía. Por poneros en antecedentes, el de las preguntas en cuestión es un señor delosdetodalavida del pueblo:

-Señor: Ven, aquí, muchacha, que me tienes intrigado, dime de quién eres, porque por mucho que pienso, es que no te sitúo...
-La muchacha, o sea, yo: Normal, es que mi familia no es de aquí, sabe usted...
-Señor: aaah, ya decía yo, ya decía... y de dónde vienes tú, a ver...?
-La muchacha: Pues mire, parte de mi familia es de un pueblo de por aquí...
-Señor: ¿Qué pueblo, a ver, qué pueblo?
-La muchacha (sudando ya): Orejilla del Sordete 
-Señor: hombreeee, pero de Orejilla del Sordete es mi amigo Zutanito Apellido Rimbombante, de los Apellido Rimbombante de toda la vida, si le tienes que conocer, ¿le conoces?
-La muchacha: pues me suena sí, claro, no me va a sonar (son de los que hasta tienen calle en el pueblo, por situaros).
-Señor: ¿Pero le conoces o no?
-La muchacha: pues no sé, supongo que en alguna fiesta, pero así ahora mismo...
-Señor (cara de decepción): pues ya le preguntaré por ti, ya, a ver si te sitúa, porque no me vas a dejar con la intriga...
-La muchacha: pues nada, pregunte, pregunte...

Esta conversación que veis aquí se ha repetido unas cinco veces a lo largo de los últimos dos años. Hasta que el otro día, tachán, tachán, me encontré al Señor en cuestión acompañado de Zutanito Apellido Rimbombante. Y claro: 

-Señor: muchachaaa, ven aquí, mira, mira, este es mi amigo Zutanito, el de tu pueblo (traducción: tu pueblo, el otro, porque de aquí tú no eres), que ha venido a pasar estos días...
- La muchacha (muy fina y cumplida): hola, ¿cómo está usted?
- Señor (ansioso perdido): pero dile, dile de quién eres, que él te tiene que conocer. 
- La muchacha: pues mi abuelo era Mengano (nombre) Gocha (apodo).
- Zutanito Apellido Rimbombante: HOMBREEEEE, CLAROOOOOOO... no lo voy a conocer, que sí, que sí, que no te preocupes (a su amigo), que los conozco, si tu tío es tal, y tu otro tío pascual, y a tu tía me la encuentro mucho donde voy a comprar obleas (¿¿??).
- Señor (con cara de felicidad): aaaaah.... muy bien, muy bien...

Y desde entonces me trata como con más cariño. Se ve que ya soy respetable, que ya no soy una perdida, que su amigo ya le ha dicho que sí, o sea, que la niña viene de una familia normal. YA SOY DE FIAR, QUE OS ENTERÉIS TODOS. 

Los pueblos. Ese mundo. 

¡Ya soy de fiar!









2 comentarios:

  1. Los pueblos ese mundo regido por la endogamia, en los que nadie nuevo se muda a vivir si no es porque se casa con alguien del pueblo. Los pueblos, ese mundo en el que, si te has mudado a un pueblo, y no tienes familia allí, algo malo habrás hecho para huir del sitio de dónde vienes. Los pueblos, en los que no puedes ser dueña de ti misma, tienes que ser "de alguien" pa dejarlos tranquilos. Ay, hija mía.

    jaja.

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