martes, 19 de febrero de 2013

Una historia de bancos

En estos tiempos que vivimos ver paranoias y conspiraciones es muy fácil. Al menos para mí lo es, pero no creo que nadie se extrañe ya cuando con sólo poner la televisión nos inundan las noticias de fraudes bancarios y chanchullos de todo tipo, sin que, por otra parte, aquí hagamos nada de nada. Porque a nosotros, asumámoslo, se nos va la fuerza por la boca. 

En fin, la semana pasada se me desactivó la banda magnética de la tarjeta de crédito. Y tuve que ir al banco a solicitar una nueva, claro. Confieso que no me gusta ir al banco porque me siento como una pardilla a merced de los tiburones que quieren timarme. Como esos Hansel y Gretel a los que la bruja engordaba para luego zampárselos, sólo que aquí la que engordas (en unos sentidos más que en otros, buah) eres tú, mientras ellos miran, anhelantes.

 photo 1451_zps348a3330.gif


Que soy injusta, puede. Seguro que hay gente maja que no tiene ninguna intención de liarme en alguna historia de esas de mucha letra pequeña y que suelen terminar con un 'aaah, se sienteee' por parte del banco. Pero, qué queréis que os diga, los bancos cuánto más lejos, mejor, así que entro en ellos con las antenas disparadas y presta a salir huyendo en cuanto escucho las palabras 'producto', 'oferta', etc. De hecho, estoy pensando seriamente en cambiarme a uno de esos que no tienen sucursales, y que, encima, parece mucho más agradable que los normales. Pero tampoco me fío y además me da una pereza enorme enfrentarme al actual para decir adiós que me voy, ahí os quedáis. 

A lo que iba, a lo de la tarjeta. Solicité una nueva y a los dos días la tenía en casa. Vale, bien. Se agradece la rapidez. El problema es que para poder utilizarla tienes que activarla a través de una llamada de teléfono a un 902, llamada que no tiene otro objetivo que intentar venderte, ya de paso, un seguro. Porque la tarjeta se podría activar perfectamente por Internet, pero no, mejor llamas por teléfono, le dejas unos eurillos al banco y a la compañía de teléfono y, como quien no quiere la cosa, te comemos el tarro un rato a ver si te pillamos en el día tonto y picas. 

Así que, tras solicitarte todos los datos posibles, la teleoperadora, finísima ella, te dice que "mientras se activa su tarjeta, le voy a comentar una oferta que tenemos para nuestros mejores clientes". 

Ok, vayamos por partes: 

1- "Mientras se activa la tarjeta"... Really? Qué pasa? Que tienen que ir los Picapiedra con el martillo y el cincel a grabar en la piedra "sí, la tarjeta está activada". Venga ya, señora. 
 photo x_troncomobil1_zpsf598fae1.gif
Ahí van, Pedro y Pablo a activarme la tarjeta...



2- "Mejor cliente". Yo? YO? No me haga llorar reír que no tengo ganas, en serio. 

En fin. Comienza a relatarme la oferta. Cinco minutos de oferta. Cinco laaaargos e interminables minutos de oferta a través de un 902 al que había llamado YO porque ELLOS me habían obligado. Un seguro, la fina teleoperadora, que parecía que descendía mismamente de Elizabeth the Queen, quería venderme un seguro que me garantizaba, parece ser, todas las compras que yo realizara con esa tarjeta. Pero garantizarlas mucho, de verdad, en serio. "Si usted se compra un ordenador y al llegar a casa se le cae y se le rompe, nosotros se lo reembolsamos, y sólo por el fantástico precio, por ser usted, de 95 euros al año así que, ¿contratamos el seguro, verdad, señora Lya?".

Creo que lo que más me molestó de todo fue el tono final que emplean, después de soltarte la perorata. El tono de "por supuesto, usted TIENE QUE CONTRATAR ESTE SEGURO Y LO VA A HACER". Como si no cupiera otra opción. Supongo que será alguna técnica de venta que juega con la baja autoestima de la gente o con la incapacidad que muchas veces tenemos de decir no por miedo a decepcionar o, en este caso, a quedar de incultos por no saber valorar la maravilla que el banco nos ofrece sólo por nuestro propio bien. O, lo que es peor, que trata de enredar a las personas mayores o a la gente sin estudios ni cualificación que, tras esa charla soltada con tanta suficiencia y autoridad, no les queda otra que decir, sí, bwana, lo que usted mande, señorita.

En resumen: UNA VERGÜENZA.

- Pues mire, no, no lo contratamos. Sólo quiero activar la tarjeta, gracias. 
- ¿Está usted segura de que no quiere contratar este maravilloso y fantástico seguro que le garantiza que si usted se dedica a dar leches a su ordenador recién comprado o a bailar un zapateado encima de él, nosotros le devolvemos el dinero sin problema? ¿De verdad no lo quiere? ¿DE VERDAD NO QUIERE? 
-Que no, de verdad, sólo activar la tarjeta. 
-Entendido. Pues su tarjeta ya está activada. Buenas tardes. 
-Adiós, buenas tardes.

 photo tumblr_lrexyx7xDd1qjra7mo6_250_zpsa9d21a04.gif

A lo mejor dentro de unos meses este ordenador mío decide morir, y al traer el nuevo a casa, tropiezo, lo dejo caer al suelo y me lo cargo.. Puede que pase eso y que entonces clame al cielo por no haber contratado el seguro que Lady Teleoperadora me ofrecía. Puede, pero prefiero correr el riesgo. Es una cuestión de libertad y de conciencia. 

5 comentarios:

  1. Habría uqe ver la letra pequeña de ese seguro. No soy nada fan de contratar cosas por teléfono. Pero nada fan.

    Y a mí los bancos me dan cosica. Ansiedad y todo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Igual que a mí, no quiero ni verlos... Y seguro que el seguro no era tan seguro :) No, es que mire, dejo usted caer el ordenador desde un metro de altura, y para que el seguro le cubriera el estropicio tendría que haberlo dejado caer desde menos de 75 centímetros en una posición lateral tal que así... Lo veo.

      Eliminar
  2. Hola! Nueva por aquí xD
    Al final voy a coger el hábito yo también de poner gifs jaja
    Yo debería ir al banco desde hace unos meses, porque mi cuenta es de joven y ya sobrepasé la edad permitida xD Pero también me da cosa entrar allí y decir: ei, que ya soy vieja y no quiero ninguna cuenta más, ciérralas todas. Que además son con ciudad diferente de apertura y normalmente dan el coñazo con eso. Tendré que ir algún día a la fuerza, antes de que me cobren >.<
    Vaya tela con lo de la llamada al 902 y el seguro de los cojones xD Mal sería eh que si te compras un nuevo te pase eso! aunque lo más probable es que luego te dijeran: ah no no, eso no entra xD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida, Lansy. A mí me pasó algo similar con la cuenta de la universidad, que me costó Dios y ayuda que me la anularan...

      Eliminar
  3. Y muy que hiciste.
    nosotros ibamos a firmar mañana un cambio de hipoteca, y no se si al final lo haremos, porque desde que empezamos a hablar hasta hoy, han cambiado mil cosas, entre otras ahora nos piden 1800 euros....Y eso que yo ya la lie el único dia que fui a la oficina y le dije a la banquera que eso que nos contaba no era lo que nos había dicho antes y que mucha letra pequeña...Ese día mi chico se enfadó conmigo y todo, hoy me ha dado la razón.
    Son lo peor.

    ResponderEliminar

¡Gracias por comentar!

También hablé de...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...