lunes, 4 de febrero de 2013

Finlandia

Anoche tuiter echaba humo por obra y gracia del programa Salvados, que versó sobre la educación en Finlandia. Estaban (estábamos) aquellos que se querían ir ya mismo a pasar frío allá arriba, y estaban (estábamos) los que decían que no es oro todo lo que reluce y que grandes coberturas sociales van acompañadas de grandes impuestos, entre otras cosas. Y me incluyo en los dos grupos porque la primera reacción es lógica -como la que produce ver 'Españoles por el mundo', vamos-, pero nada es blanco o negro. 

Por cierto, un tercer grupo lo constituyó ella sola una famosa presentadora de televisión, conocida por sus afanes copiotas en materia literaria, que se marcó un tuit de esos que hacen época y dicen tanto de este país: Sí, la educación en Finlandia es estupenda, pero ¿y el sol y las cañas y las tapas que tenemos aquí? EH?



Y es que es eso. ¿Educación? What? 

Todos estamos de acuerdo -o eso espero- en lo esencial: nuestra educación da pena. Mucha. Y no es algo de ahora, el desastre no ha llegado con el señor Wert, el desastre viene de hace mucho, de décadas atrás, siglos, si me apuras. Porque a nadie, nunca, le ha interesado que la educación en España estuviera por encima de partidismos, ideologías y religión. 

Como prueba de lo que ha sido este país, servidora. Estudié la EGB bajo un gobierno socialista en un colegio construido durante la República -por la Institución Libre de Enseñanza- que fue hospital en la guerra civil y escuela de niños, sólo de niños, durante la dictadura. Mientras estudiaba aquella EGB, ya se nos decía que iba a venir una nueva ley educativa que lo iba a cambiar todo, la famosa LOGSE. Aún así, pertenezco a la última generación que estudió BUP (Burros Unidos Pastando), y recuerdo, perfectamente, las caras compungidas de mis profesores en el instituto hablando de lo que iba a venir, de esa ESO que a todos les parecía lo peor y el desastre más absoluto. Y, por si hace falta decirlo, la mayoría de mis profesores de aquellos años fueron de los que cantaron Al vent, ocuparon la Sorbona, en aquel mayo francés, en los días de vino y rosas (Ismael Serrano dixit). Es decir, que su tendencia política estaba muy clara, no la ocultaban, pero, además de hijos del 68, eran también profesores vocacionales, con verdadera pasión por la enseñanza. Y éso los podía más. 

Y justo eso es lo que nos hace falta. Que la enseñanza estuviera por encima de la política, que la educación tuviera como fin crear ciudadanos libres de pensamiento, capaces y hábiles de elegir por sí mismos, lejos de adoctrinamientos y de intereses partidistas/regionales. Para eso sería fundamental, entre otras cosas, que la educación comenzara en casa, que se respetara la figura del profesor y se potenciara la cultura del esfuerzo, del trabajo y de que cuanto más se sepa, mejor. Juro que he oído a madres decir que no entienden por qué se les exige 'tanto' a sus hijos, si total, todo lo que aprenden en el instituto luego 'no sirve de nada'. Que sería mejor menos exigencia y que así, 'los pobres, no lo pasarían tan mal'. 

Con estos mimbres, ¿qué cesto queremos hacer? ¿Quién le pone el cascabel al gato y decide que se acabaron las tonterías, y que a partir de ahora todos a estudiar como bestias? ¿Quién asume todas las críticas y el alud de suspensos -más aún- que iban a producirse?  ¿Qué generación va a pagar el pato y va aprenderse todos los conocimientos que no tienen las anteriores? ¿Cuándo podríamos ver los resultados positivos de esa decisión? 

Muchas preguntas que se resumen en una sola respuesta: nadie, nunca, no interesa. ¿Pensar a largo plazo por el bien general del país y de las futuras generaciones? Ay, qué risa, tía Felisa. 

No hay altura moral, no hay altura política, no hay nada. No es que no nos podamos comparar con Finlandia, es que, directamente, competimos en ligas diferentes. No es una cuestión de dinero, que también, es ya una cuestión de modo de ver la vida y del pasado de cada país. Sin olvidar que todo tiene su parte buena y su parte mala, y que, seguramente, tan buena es la educación que reciben los críos en Finlandia, financiada con dinero público a costa de altísimos impuestos, como la universitaria en UK, que también financia el Estado, a costa de que el estudiante cuando trabaje y empiece a ganar dinero, devuelva todo lo recibido en módicos plazos que se le retirarán directamente de la nómina. Por ejemplo.

Es decir, que no sólo es la forma, sino también el contenido. Eso es lo importante y lo que nos tendría que preocupar de verdad. 




8 comentarios:

  1. Yo, como profe tardía y frustrada, solo he dado clase 5 días, reconozco que se me caía la baba con el colegio finlandés y sobre todo con la mentalidad educativa que según el programa impera en Finlandia.
    Lo que me quedó claro es algo que ya me imaginaba o que el puro sentido común me hace pensar: que la educación no es una carrera de velocidad, que es una carrera de fondo, que se necesita tiempo y un proyecto común para lograr algo bueno.

    Pero en España hoy por hoy es que esto es imposible y sobre todo es imposible porque hay un fallo educacional tremendo, nosotros somos de la cultura del pelotazo, del sálvese quien pueda, de hacer las cosas a mi manera y el que venga detrás que arree...Y esto solo se cura con educación. La pescadilla que se muerde la cola. Para que cambien esto, tiene que cambiar ESPAÑA entera, y aunque estoy convencidísima de que necesitamos un lavado integral, dudo que seamos capaces de llevarlo a cabo con valentía y honradez.
    Yo soy de las que me iría a Finlandia. Por lo menos HOY, ME IRÍA A FINLANDIA.

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    1. No, si yo también me iría. Ahí o a cualquier parte civilizada, porque, como bien dices, España es desquiciante, fallamos por la base y nadie va a mejorar eso.

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  2. Yo no me iría a Finlandia porque me he dado cuenta que soy más española de lo que yo misma querría reconocer, qué le vamos a hacer. Pero aqui en España hay mucha tela que cortar.

    No se trata de estudiar MÁS, de aprender más fechas, más capitales de país, más nombres de ríos, más fórmulas... se trata de aprender MEJOR. Hay que entender que no está mejor educado el que tiene más cosas en la memoria, que la educación es más, mucho más. Y eso no se comprende, cuando los palos van siempre a las enseñanzas artísticas, humanísticas, etc. (Como intento -hasta ahora fallido- de profe de Filosofía me hierve la sangre). Y se trata de compensar las desigualdades, porque hay niños cuyos padres apenas saben leer, que no han visto un libro en su vida, y niños que son hijos de abogados, o maestros que tienen otra imagen del mundo académico.

    No podemos huir de nuestra historia, y nuestra historia es que venimos de una dictadura donde la educación era lo que era (¿dónde estaba Finlandia en los años 50 o 60? Yo no lo sé, pero habría que verlo), y hemos pasado por una transición que se está viendo lo que fue. No interesa. Aquí en España se proyecta todo en corto, a 4 años vista, 8 si hay suerte. Y si se construye una bomba, con que le explote a otro, nos vale.

    Lo malo de todo esto es que sí, los profesores estaremos MUY MAL FORMADOS, oiga (mis 5 años de carrera y 1 de máster deben no ser suficiente), pero somos, o al menos los que ejercen son los que tienen que habérselas con la realidad educativa profesionalmente. Pues chicas, no se les pregunta. Las leyes educativas están hechas por gente que la última vez que pisó un aula fue hace tiempo, y en su época de estudiante. Y así nos pinta el pelo. Por ahí habría que empezar. Otra cosa sería que fuésemos capaces de ponernos de acuerdo... porque aquí la política todavía es de bandos...

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    1. Nuestro desastre existencial viene de lejos, de muy lejos... Nuestro SXIX da pena comparado con el SXIX de otros países. Anclados en la Edad Media, bajo el yugo de la religión y el fanatismo y desperdiciando gente y dinero en guerras inútiles por mantener un imperio que estaba condenado. Y de aquellos polvos, los lodos del SXX, con sus bandos y sus nuevos fanatismos. Y de aquello, ésto. No va a haber acuerdo, no interesa. La educación es un arma para conseguir votos. Y mientras tanto, al pueblo pan y circo, para tenerlo contento.

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  3. Entre muchas otras cosas cuando en Francia hacían la Ilustración nosotros retornábamos a la Monarquía Absoluta. De todas maneras lo de la tipeja esta no me parece anecdótico,forma parte de la cultura esta de Soy Español, a qué quieres qué te gane? Somos un país de gente muy orgullosa con pocos motivos reales para serlo (entiénsase por reales motivos sociales, culturales o de tradición democrática y no el clima la gastronomía ni el deporte)
    Por cierto, he conocido el blog hace poco gracias a la página Whovian en la que colaboras y ya está añadido a Favoritos
    Saludos
    Saludos

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  4. Una cosa si que quiero matizar...en educación no les pongo ninguna pega a los de Finlandia, pero que se hayan enganchado a LOS SERRANO, tampoco dice mucho de ellos... jjjjj!!!

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    1. Ya te digo... vaya cosas que exportamos, vaya, vaya....:)))

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