Y, ¿qué leo ahora?, se preguntaba ella mientras pasaba el dedo por las estanterías (virtuales) de su chisme para leer (dicho en fino e internacional: el e-reader). Debería leer algo clásico y sustancioso, pero es verano y me apetece algo, no sé... algo de esa literatura que se lee fácil y rápido, sin tener que pensar mucho, pero que engancha cosa mal. Un best-seller, sí.
(INCISO: quien piense al llegar a este punto del post que me dio por leer las 50 sombras esas, puede ir borrando esa idea de su mente. Gracias.)
Huy, este libro no me suena de nada... Las rosas de Somerset...¿Cómo ha llegado al archivo del chisme para leer?
(INCISO 2: en serio, no trato de ocultar posibles maniobras piratas, de verdad no tengo la menor idea de cómo llegó ese libro a mis virtuales manos. Puede que formara parte de los archivos propios del chisme para leer.)
Sigo. Las rosas de Somerset. Suena como muy british, vamos a darle un tiento.
Cuatro días después, nuestra protagonista se había tragado las 600 páginas del libro, robándole horas al sueño y a la vida misma. ¿Conocéis esa sensación de "tengo que acabar con este libro antes de que él acabe conmigo porque no puedo vivir más con este enganche existencial a esta historia"? ¿Sí? Pues eso. No era ya cuestión de tengo que enterarme de qué pasa y cómo acaba, no. Era cuestión de tengo terminarlo de una vez PARA RECUPERAR MI VIDA.
Así de concentrada, así |
Pues no está mal. Anda, mira, si también sale la Guerra de las Rosas, parece que me persigue últimamente, qué casualidad. Jo, ya llevo 100 páginas y sin darme cuenta. Hala, 200. Buf, cómo está esto de interesante y me queda la mitad. YO YA NO SÉ QUÉ MÁS LES PUEDE PASAR. QUE SE ACABE YA QUE NO VIVO. HOY NO DUERMO PERO TENGO QUE TERMINARLO. TENGO QUE TERMINARLO. TENGO QUE TERMINARLO. TENGO QUE TERMINAAAAAARRRGG...
Lectora compulsiva, creo que se llama en fino. En plata, una yonqui. Servidora.
Dicho todo esto, intentar hacer una crítica constructiva de este libro ya es complicado, pero voy a intentarlo. Las rosas de Somerset es un best-seller de manual, orientado al público femenino descaradamente (eh, sin llegar a lo de las 50 sombras, un respeto), con una narración sencilla pero eficiente (mejor que, por ejemplo, el archiconocido En el país de la nube blanca) y con una traducción al castellano, eso sí, bastante mejorable (hay auténticas insensateces). La historia se desarrolla a lo largo de 70 años, y es de una enormidad y meticulosidad que merece un aplauso, mucho más cuando descubres que la autora, Leila Meacham comenzó a escribir en serio tras su jubilación como profesora. Otra cosa es el final, que, para mí gusto, flojea y la originalidad del tema, que no es que sea muy destacable. Las críticas que comparan esta novela con Lo que el viento se llevó son por algo. Aunque, claro, que te comparen con semejante clásico tiene su lado bueno.
En fin, que si queréis desaparecer unos días del mundanal ruido y desear con toda vuestra fuerza ir al sur de los USA a conocer los campos de algodón, éste es vuestro libro.
Sí, Blas, qué fuerte todo |
Me encanta lo bien, lo divinamente, que describes esa situación de: o acabo el libro o él acaba conmigo. Eres genial, Lya :P
ResponderEliminarTú es que me comprendes :D
EliminarPues yo tengo este libro en el kindle hace meses y aún no lo he catado, a ver si me pongo con él :)
ResponderEliminarUn beso!
Lo tengo pendiente desde hace montón.
ResponderEliminarOs va a encantar :)
ResponderEliminarMuy romántico lo veo, no sé yo si me gustaría xDD
ResponderEliminarDe momento lo dejo en puede ser, a ver si otra reseña me termina de convencer jajaja
Eso sí, la sensación que describes la entiendo jajaja