viernes, 2 de agosto de 2013

Cosas que no decir a un parado

El otro día me preguntaron si yo me consideraba más inteligente que la mayoría de las personas y, oye, a lo mejor me pasé en la respuesta -que me callo aquí por no quedar (más) de repelente- pero, sinceramente, lo que es, es. Es, quiero decir, que yo me precio de tener y utilizar todo lo que puedo, con días buenos y días malos, eso que se llama inteligencia emocional. Que no es que sea poco utilizada por la mayoría de la gente. Es que, estoy segura, la mayoría de la gente desconoce su existencia. Desconoce lo que es. Desconoce para qué sirve. 

Alguien inteligente no es alguien bueno con las matemáticas. La inteligencia va mucho más allá pero el 80% de las personas no tiene ni idea de lo que significa ponerse en el lugar del otro, que es, básicamente, el principio esencial de la empatía. 

Porque si tú, vayamos al grano, te pones en el lugar del otro no le haces preguntas por completo absurdas en estos tiempos que vivimos, destinadas sólo a saciar la sed de información, chismes y rumores. No haces esas preguntas pensando además lo sensible que eres con el prójimo, que te preocupas por él y tal. 



Ya os conté en su momento lo loca que me dejó que, apenas unas semanas después de quedarme en paro, la gente me preguntara e insistiera por el tema como si los trabajos crecieran de los árboles. Tiempo después esas preguntas se siguen repitiendo y yo no puedo dejar de preguntarme QUÉ COÑO LE PASA A LA GENTE POR LA CABEZA. Porque duele, oiga. Duele que te vengan con el "¿y qué? ¿ya tienes algo?" 

Vayamos por partes:

1- Si tuviera "algo", no os preocupéis que sería (voy a ser optimista: seré) la primera en anunciarlo. Si me apetece, claro. Porque a lo mejor se lo digo sólo a la gente a la que considero que es normal decírselo, y no me pongo una camiseta para que toooodo el resto del mundo (entiéndase por 'mundo' lo que viene siendo el pueblo) se entere. 

2- Si esa pregunta viniera acompañada de algo parecido a la sinceridad y preocupación verdadera, podría hasta entenderlo y como soy una maldita empática, hasta perdonaría la intromisión en la intimidad que supone. Pero no, lo que hay es, ya os digo, pura y simple ansia de cotilleo. Ni más ni menos. 

Vale, hay gente que es sincera en su preocupación. Pero precisamente esas personas son las que menos insisten con el tema. Las que lo tratan con naturalidad (¿hay algo más natural que ser español y parado?) y las que no agobian. 

En resumen, que no hagáis preguntas tópicas a los parados o, en general, a aquellas personas que estén pasando por situaciones complicadas. Tirad de sinceridad, de empatía, intentad probaros los zapatos del otro, comportaos de manera normal, que es lo que más se agradece. Y no me seáis cotillas, por favor. Así todos seremos más felices. 





3 comentarios:

  1. Uy, qué suavecico te ha quedado el post, Lya... Demasiado.

    A veces es ansia de cotilleo y de regodeo: "Miiiira, tanto estudio, para qué?". Sep, soy malpensada, pero suelo acertar.

    Y bueno, dentro de lo malo lo de "Ya tienes algo" o "qué hay de lo tuyo", pueden ser preguntas pasables. Luego están ya las de: "¿No te vas de vacaciones?" y cosas por ese estilo. ¡Ay! El día que yo pueda volver a oler unas vacaciones....

    Inteligencia emocional 0. Qué digo cero... ¡números negativos!

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  2. Ya, la verdad es que jode, tanto en eso del paro como en cuanto a amorios o vida social. Algunos deberían tener algo más de tacto o hablar del tiempo.

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  3. Yo he tenido que aguantar bastante eso e___e qué pesadilla!
    Al final creo que me han dejado ya por imposible xDD Tampoco es que busque claro xD Aprovecho a hacer otras cosas mientras se pueda xDDD
    Pero sí, como dice Bettie, te ha quedado muy suave el post xD

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