Porque todo en la vida es cuestión de actitud.
Hace poco le contaba a unos amigos que el día que inauguraron un nuevo edificio de mi instituto será recordado para siempre en la historia del centro porque una alumna se quedó encerrada en los baños. Sí. Yo. Todo era nuevo, tan nuevo, que la puerta se atascó y el conserje tuvo que aparecer en mi ayuda. Pocos días después resbalé en la entrada de la clase -el suelo era nuevo y deslizante- y caí todo lo larga que era, que soy, delante de mis compañeros. Épico.
Sí. Con estos antecedentes -y otros tantos que me callo por vergüenza torera- no queda sino confesar, de pie, y con voz rotunda, que sí: yo soy (una) Miranda.
Miranda mide 1.85, tiene 30 años largos, un empleo con poco futuro y una madre que la desespera. En serio, señores de la BBC, los voy a acusar de plagio.
Pero Miranda es también otras muchas cosas. Es alegre, es gamberra, le gusta cantar y bailar y rompe la cuarta pared como nadie. Miranda demuestra que en la vida, todo, siempre, al final, es cuestión de actitud. Que no podemos prever que va a ser de nosotros, que no podemos ni siquiera dominarnos a nosotros mismos, pero que sí podemos sonreír, cantar cuando nos pongamos nerviosos y pasar, con muchas ganas, de todo.
Miranda, ya lo he dicho, es una serie de la BBC, creada por Miranda Hart, una actriz británica que cuenta de este modo su propia vida. Por ahora, dos temporadas de seis capítulos cada una. Pequeñas joyas sobre aquello que es esencial en la vida, y que muchas veces, la mayoría, no se muestra a los ojos. Además de una radiografía sarcástica y no exenta de autocrítica sobre la sociedad brit, con sus descendientes de nobles venidos a menos, sus pijas de medio pelo con dudoso gusto para combinar estampados, y sus convencionalismos sociales -no tan diferentes de los nuestros, de los de cualquier parte-, que complican la existencia de aquellos que, bien porque quieren o bien porque no les queda otra, no los cumplen.
PS: El, digamos, prota masculino de la serie es Tom Ellis. Que es lo único que me parece menos creíble, porque muchachos de ese porte y donosura, no se encuentran con facilidad. Conste en acta.
(Para el público whovian, Tom Ellis era aquel médico que en el capitulo final de la tercera de DW le pone ojitos a Martha, sí, aquel al que Martha llama para comprobar si está disponible antes de decir adiós al Doctah. Justo. Ese. Tonta, la chica.)
(Para el público whovian, Tom Ellis era aquel médico que en el capitulo final de la tercera de DW le pone ojitos a Martha, sí, aquel al que Martha llama para comprobar si está disponible antes de decir adiós al Doctah. Justo. Ese. Tonta, la chica.)
PS2: La tercera temporada de Miranda comienza el día 26. Estáis a tiempo de poneros al día.
La pongo en la lista de pendientes, que luego me quedo en sequía de series y no sé qué ver :)
ResponderEliminarRisas aseguradas, te lo garantizo. :))
ResponderEliminarAntes pensaba que esta serie era la típica serie tonta, pero en navidades me dió por verla y me di cuenta de que estaba muy equivocada, es la mejor que he visto en mucho tiempo!!! Los adoro a todos! Son, what i call, such fun!!!!
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