miércoles, 26 de diciembre de 2012

Hola, 2013

Y se pasó el día de Navidad. Y llega la hora de las conclusiones y reflexiones sobre el año que se va, y los propósitos para el año que se viene. Como los pobres ingenuos que somos, porque lo somos, pensamos, creemos, queremos confiar en que el año nuevo supone algo diferente, algo casi mágico, una ruptura entre el ayer y el mañana. Provocamos cambios de ciclos con un simple cambio de calendario, pero, en realidad, nada es así. La vida será igual para todos a partir del 1 de enero. Los cambios de ciclo vital pueden pasar desapercibidos hasta que, un día cualquiera, caemos en la cuenta de que nada es como era. O pueden producirse en cualquier fecha del año, no necesariamente el primer día de enero. Lo importante es que dentro de esta marejada en la que nos ha tocado vivir, ha pasado un año más, y aquí seguimos, prestos a encarar el 2013, cada vez más inmersos en un futuro que se nos escurre entre los dedos mientras seguimos soñando con aquel que nos prometieron. 


Por mi parte, me da pereza la idea de empezar un año nuevo. Aunque no soy fanática de la Navidad, sí que me encanta la sensación de 'mundo detenido' que se vive estos días. No hay noticias, más allá de las típicas y tópicas, no hay rutinas, más allá de las tradicionales de las fechas, todo se descoloca como si hubiera pasado un ligero temblor, para volver a su lugar el 7 de enero, cuando la cuesta del año entero se te viene encima. Este 2012 comenzó 'cañero', con una enorme ilusión seguida a los pocos días de una enorme tristeza. A lo largo de los meses, se sucedieron idas y venidas, golpes y desasosiegos, algunas alegrías, aunque más bien habría de definirlas como irrealidades en medio de la incertidumbre que nunca supe si creerme y que me limité a vivir. Y aunque todo esto suene fatalista, la realidad es que no tengo, no quiero tener, mal sabor con respecto a este año que ya se va. Lo esencial sigue ahí, y eso es lo importante. Mantengo mi mundo paralelo de fantasías muy reales, y muy alejadas de la vida-que-se-supone-es-normal, y que he de vivir porque no queda otra. ¿Cómo lo hace la gente 'normal'? ¿Cómo pueden vivir sólo de aquello que nos ofrece nuestra rutina? ¿Cómo pueden no leer, no emocionarse con el capítulo de tal serie o con esa canción que jamás sonará en la radio, una vez más, 'normal'? ¿Cómo pueden ceñirse a lo correcto, a lo usual, no plantearse que hay vida 'allá fuera'? 

La riqueza de ese mundo paralelo, la certeza de que lo imposible es posible, y de que, aunque nunca lo sea, si es posible soñar y se puede vivir de sueños, todo eso, basta muchas veces para seguir adelante. Y con el propósito de hacer de ese mundo paralelo cada vez más mi mundo, encaro este fin de año y ese 2013 que suena tan de ciencia-ficción, pero que, mucho me temo, será tan normal como todos los demás que ya pasaron. Y que así sea, que así nos quedemos. Nunca peor. 


3 comentarios:

  1. Una entrada fantástica. Mi enhorabuena!! :)
    Un beso

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  2. Muchas gracias, tú que me lees con buenos ojos :))

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  3. Pues sí, yo ahora firmaba con entusiasmo por quedarme tal cual ando :(

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