Entrada recordatorio

Recordatorio de que sigo viva, algo agotada, pero viva. 

Porque sólo a mí, claro, se me ocurren estas cosas. Sólo a mí, en la semana en la que empiezo un nuevo desempeño profesional (qué fina soy), sólo a mí se me ocurre apuntarme a la academia para preparar el First de los Dolores. Sólo a mí. 

Porque, claro, ahí está el trauma. No voy a poder ir a la escuela de idiomas. Trauma total. Trauma de los gordos. Mucho trauma. O voy a poder ir, matizo, pero a salto de mata, situación que, si bien no ocasionará -esperemos- ningún daño irremediable en mi aprendizaje sí que lo causa, el daño, en mi yo de repelenta niña Vicenta. Yo, saltándome clases. Yo. 

Hermione me comprende

Y aunque es una causa de fuerza mayor, mi yo repelente no lo asume. Así que el otro día dejé que  la repelente me dominara y dirigí mis pasos a la academia, hola, buenas, que me quiero apuntar. ¿Horario disponible de servidora? Tempranico en la mañana, si puede ser. Y pudo. Y fue. Y es.

Yo, que dejé lo de madrugar hace ni se sabe. Yo, que tengo horario vampírico. Yo, que veo la una, las dos y las tres... Yo. Madrugando. 

Y claro, de vampiro he pasado a zombie. Porque lo mío de por las mañanas caminando hacia la academia es muy de The Walking Dead. 

Para luego llegar a la academia y que te pregunte lo primero el profesor que cuáles son los usos del Past Continuous. 

Eeeh....

¿Tengo yo cara de saber eso a estas horas de la madrugada, oiga?

A veces no sé por qué me hago caso a mí misma. En fin, todo sea por el First.