Los Juegos

A ver, si el sábado caen los Juegos para Madrid 2020 a mí ilusión me hará, qué queréis que os diga. Soy así de superficial, mitómana y sensiblona. Me encantan los Juegos Olímpicos y me encantaría verlos en mi país (esta España nuestra, esta España mía) y no te digo ya nada en la ciudad que me vio nacer hará unos añitos. Madrid, Madrid, Madrid. 

Hace ocho años, cuando la elección de 2012, me enfadé, lo reconozco, porque creía firmemente que nos las merecíamos más que Londres. Era joven e ingenua, en fin. Ahora sé que hicieron bien en dárselas a Londres, porque con lo animados que han sido estos últimos años, sólo nos hubiera faltado la organización de unos Juegos Olímpicos. Todos a la cárcel, pero de verdad.

Hace cuatro años sabía que iban a caer para Río porque dos JJOO seguidos en Europa no podía ser, así que esa elección no cuenta. 

Pero ahora, en la semana clave de los de 2020, estoy que ni siento ni padezco. Quiero que el sábado digan Madrid, sí. Pero, por otro lado...

- No hemos ni empezado a salir del agujero, como para meternos en más jaleos. Jaleos que, llevados al modo español, sólo traerán más chanchullos, amiguismos y dineros que se evaden no se sabe cómo ni por qué. Es decir, sería la ruina. De nuevo. Además no se aprovecharían para cambiar la cara a Madrid. No se vendería una imagen más cosmopolita y elegante, qué va. Se potenciaría el rollo tapa, sangría y guiris a punto del melanoma deambulando por el centro histórico, que es lo que funciona ahora mismo. Nada de reivindicar a Madrid como la capital del mundo que fue hace unos cuantos siglos, nada de hablar, por ejemplo, de los escritores que allí vivieron, del Siglo de Oro, de Lope, de Quevedo, de Cervantes. Na, para qué, quiénes son esos. No aburras, anda. 

- Y es que, claro, no somos británicos. Los Juegos del año pasado en Londres fueron modélicos, perfectos y elegantes a más no poder. Los colores que se utilizaron, los escenarios, el diseño y, sobre todo, las fantásticas ceremonias de apertura y clausura, basadas en la cultura británica en todo su esplendor. Una gozada.

- Ahora imaginad los Juegos a lo español. Y temblad conmigo. Si en Barcelona' 92 estuvieron Los Manolos, ¿qué nos tocaría para Madrid 2020? ¿Flamenco fusión? Como dice mi amigo Javi, ¿Pitingo? ¿Joaquín Cortés? ¿La reunión estelar de la primera edición de Operación Triunfo? ¿Rosa de España cantando Madrid is living a celebreision? ¿Dueto de Julio Iglesias y Raphael (lo que quede de ellos)? ¿Las estrellas sorpresa serían Los de Río y la Macarena? ¿O la reunión de Mecano? ¿O, como dice T, la de Camela?

- Y los estilismos, serían, claro está, con toque "español". Es decir, azafatas en las entregas de medalla vestidas de gitanas, diseños de Victorio y Chumino o similar. No hay más que ver cómo fueron vestidos el año pasado nuestros deportistas a Londres. Que sólo les faltó la cadena de oro y el móvil con electro-latino a tope para completar el look de cani español. Precioso todo. 

En fin, que con estos antecedentes, cuando digan Tokyo casi que respiraré aliviada. Porque eso que nos vamos a ahorrar, tanto en dinero como en malos ratos y vergüenzas ajenas y propias. 

España, te temo.