Todo es una m****

Pues sí, para qué mentir. Lo hablaba con T ayer. En este país, todo es una mierda. Siempre hay peros, siempre hay excusas. Porque servidora, sin ir más lejos, pues oye, sí, tiene trabajo. Y que dure, claro. Y que he tenido suerte, también. Y que es un lujo, sí. Y no me quejo, no tengo motivos, en líneas generales, para quejarme. Tampoco en líneas concretas. Me gustaría tener un horario más normal, pero eso va dentro de la leyenda y del encanto de esta profesión. Me gustaría cobrar más, pero cualquiera protesta en estos tiempos. O sea, que no me quejo. 

Pero jopé. El otro día me decía alguien, precisamente en un tema de trabajo, que nuestra sociedad es muy conformista. Y llevaba razón. Los que nos mangonean, dominan y controlan lo tienen todo pensado. Pan y circo, la vieja fórmula que nunca falla en este país. Las masas, adormecidas, mientras unos pocos se lo llevan calentito poniendo, eso sí, cara de buenos y sacrificaos. Yo todo lo hago por el pueblo, no tengo nada que ocultar. Etcétera.

Y es que es verdad, ¿eh? Durante mi retiro rural la vida se veía de un modo más bucólico, pero ahora que estoy de lleno en el meollo de la city... pues no salgo de mi asombro. Todo lo que nos cuentan es verdad, o peor, y lo aceptamos con una resignación pasmosa. 

Y, mientras tanto, la gente válida se marcha del país o sueña con hacerlo, a ver si así deja de doler. Porque duele, oiga. Duele sentirse desaprovechado, utilizado, engañado... duele saber que no hay futuro. Duele saberse preso de esa maldición que recae en todo español que lee, que abre los ojos a lo que hay en otros lugares, que aspira a algo más, que se cree merecedor de una contraprestación mejor por sus años de esfuerzo, de estudio y de culturización que la que le ofrece este país de analfabetos -hala, ya lo he dicho-, en el que las cadenas PÚBLICAS destinan nuestro dinero a espectáculos denigrantes como el dichoso programa 'Entre todos' o a hacer un seguimiento del parto de la hija adolescente de una folclórica. Por poner dos ejemplos cercanos.

Otro ejemplo: hace unos días, en un rato de descanso, entré a tomar un café en una cafetería un poco, digamos, 'pija'. Normalmente voy a bares de estudiantes, que abundan de lo lindo en la city y son más baratos, pero ese día me había levantado pronto y me apetecía un ambiente más tranquilo, con sillas y tazas bonitas, en el que poder leer un rato a gusto. Pues no, no leí a gusto porque salí de allí a punto del vómito. Se me sentaron al lado tres maris-modernas y por poco no prendo fuego al local con ellas dentro.

- Tía, mira, me he comprado una camiseta de baloncesto para hacerme el look de Paula Vázquez...
- Oy, a ver...  ay, qué mona, tía, por favooor...
- Ya ves, es para llevarla como vestido, como la Paula, ya te digo...
- Pero, ¿qué Paula...?
- Sí, tía, la de Bustamante... que lo sacó en su blog, bueno, es que como va de ideaaaal siempre...
- Ah, Echeberría, no?
- Sí, eso, ¿qué te he dicho? Ay, estoy tonta...
- Si, la que sale ahora con el duque... Oy, cómo es esa serie, mira que me gustaaa...
- Bueno, es que cómo está el duque!!! (Risas flojas de las tres)

Tres tías ociosas, superficiales y vacías de cerca de 40, peinadas y arregladas como de pasarela a las 11 de la mañana, de su casa, sus niños, su marido con buen sueldo y sus looks de Paula Echevarría, otra que, como ellas, no puede tener menos gracia y que debe todo su estilo al dinero y a los blogs extranjeros que copia sin ningún tipo de remordimientos. Es decir, que con tiempo y con euros disponibles hasta yo iría hecha un primor, no sé qué tiene de admirable el asunto. 

Pues esto es España, oiga. Un pseudopaís que se cree lo más de lo más, pero que, en realidad, copia lo de ahí afuera sin tener ni idea de nada. Por seguir con la Echevarría, su serie es una copia descarada -hasta en las promociones- de The Paradise, de la BBC. Eso sí, mientras la serie inglesa muestra e indaga en los inicios de la sociedad de consumo nacida de la Revolución Industrial y tiene, por tanto, su faceta histórica, interesante, documentada y verdadera, la española se basa en un Madrid años 50 completamente irreal e inventado, en el que brilla por su ausencia cualquier tipo de referencia social. Para qué, con unos actores tan guapos. Que luego la gente piensa y eso. 

En fin, que lo dicho, todo una caca, un asco y un horror. ¿Lo de apostatar de la nacionalidad no se contempla, no? ¿No?