Agobios lolailos

Sé yo que tras mi entrada de ayer debería escribir algo más sesudo y profundo, pero, oiga, es que este malestar, esta desazón de mis adentros, o lo vomito al mundo, así a lo loco, o se me hace bola. Más de lo que ya se ha hecho. Porque servidora de ustedes tiene ciertos cantantes ahí atravesados en lo más profundo. Como una espina de pescado que se te queda en la garganta y ni para atrás ni para delante, ni con agua, ni con miga de pan ni con gaitas floridas. Qué ahogo, qué sensación más mala, ¿verdad? Pues yo lo mismo pero con Pablo Alborán y Antonio Orozco, que Dios guarde muchos años alejados de mí, gracias, por favor, va de retro, sal de ese cuerpo. Etcétera. 

Diréis que qué exagerada. Vale. Lo que queráis, pero es que no los soporto. No puedo con ellos. Me estomagan, que se dice en mi pueblo. Me dan ganas de llorar, de morirme, de huir del mundo, de hacerme eremita, de enclaustrarme, de lo que sea, pero que se callen, por Tutatis, que se callen. 

Pero hay más. Es que últimamente me persiguen, os lo juro. Que me los encuentro, bueno, a eso que hacen que se supone es música, me lo encuentro por todas partes. Y estoy empezando a agobiarme. MUCHO. 

No es ya que en la radio del coche no pueda llevar otras emisoras que no sean Rock FM, Radio 3 o Radio Clásica (declaradas 'libres de lolailos sensibleros y lloricas'), no. Es que voy a una sala de espera y allí están. Es que la gente me guasapea fotos desde los conciertos del Alborán intentando darme envidia porque la gente presupone que yo por el Pableras pierdo el oremus. Yo, por ese niñito que me da un repeluco que no puedo soportarlo. Yo.  

¿Queda claro?

Y bueno, voy al Mercadona y... ¿qué os voy a contar que no hayáis sufrido de esa tortura encubierta que es el hilo musical del Mercadona? ¿Y hoy qué? Pues hoy en la radio del curro, ¿qué ha puesto uno de mis compas? Sí, un concierto del Orozco. Imaginad mi cara. Hacéos idea de mis ganas de vomitar. Y yo preguntándome que dónde estaba Francino, que es lo que este colega pone todas las tardes.... pues Francino estaba con Orozco. O al revés. El caso es que, es definitivo: ya no queda esperanza en esta Tierra. Huyamos. Salvémonos ahora que estamos a tiempo. ¿Dónde están los extraterrestres cuando se los necesita?

Huid, estamos rodeados

Seguiréis diciendo que exagero... Claro, claro, pero es que aún no os he contado todo, no. El otro día me llama una amiga al teléfono del curro y, ¿qué es lo primero que me dice? "Tía, ¿por qué tienes al Alborán de tono de llamada?"

-¿EH? ¿De tono de llamada? ¿YO?

-Sí, lo que suena en vez de la señal...

- Que yo no tengo eso...

-Que sí, que acaba de salirme... 

-A ver, espera, espera, que me siente.... ¿me estás diciendo que desde que tengo este teléfono, hará cuatro meses, cuando la gente me ha llamado por temas de trabajo, HA SALIDO PABLO ALBORÁN? ¿Me estás diciendo que hay por ahí un montón de personas que se creen que A MÍ me gusta ESO?

-Pues sí, me parece que sí, será cosa de Moviestafa, que te colocó el Yavoy sin preguntar o vete a saber...

-Argh.... que me, que me... que no puedo... que no... Dime que es mentira...

-Bueno, mujer...

-No, de verdad... ¿yo cómo voy a seguir trabajando después de esto?

------

Más aún, ¿hay vida después de algo así?

En serio. 

Dios, qué vergüenza. 

¿Me entendéis ahora? Me persiguen. 

Argh.