Algún día...

Algún día os contaré lo de las cinco horas y media de examen. Lo del supervisor que se había comido a Percy Weasley y lo del teacher que era igual que Sheldon Cooper. Algún día os contaré como ser tan friki me ayudó a no morir de asco. 

Algún día os contaré como el reading me pareció más fácil que los de la escuela de idiomas, mucho más. Como el writing no me salió bien del todo y como Percy Supervisor Weasley me obligó a quitarme mi bufanda y a dejarla en otra mesa. Como no se apiadó de mi "es que tengo frío, por favor", no, porque, al parecer, las bufandas son armas evidentes de copieteo indiscriminado. Que lo sepáis. También las fundas (cerradas) de gafas encima de las mesas. O te pones las gafas o dejas la funda abierta, que yo las vea. Pues me las pongo porque se caen las gafas y, me va usted a perdonar, pero arde Cambridge y su santa madre, qué quiere que le diga. 

Algún día, ya os digo, os relataré como solo en este examen solo faltó un bobby inglés para terminar de poner (innecesario) orden en un rebaño de pobres españolitos a la búsqueda de un certificado de idiomas. Como mi querencia hacia todo lo brit bajó varios puntos y como lo único que podía pensar al salir era en leer, en ver, en hablar en español. 

Malditos piratas herejes. 

Algún día os contaré como anécdota lo rematadamente mal que me salió la primera parte del Use of English y lo mal que se escuchaba el listening, aunque Percy, por supuesto, decía que era cosa nuestra, porque se escuchaba per-fec-ta-men-te. 

Y algún día me reiré, seguro, de estos casi tres meses que me esperan hasta saber la nota. Porque mucho brit, mucha plantilla y mucho pepinillo en vinagre, pero lentos, son un rato. 

Pues todo esto, algún día. Por ahora me voy a dormir o a ver una peli o a disfrutar de eso tan estupendo que es no hacer nada. 

Que me lo he ganado.