Hay canciones que llegan en el momento oportuno. Canciones que te golpean en la línea de flotación. Y que ayudan a deshacer el nudo, ese nudo que se enrosca en la boca del estómago, hecho de congoja, miedo, rabia, tristeza y lágrimas nunca vertidas. Orgulloso y cabezota, se queda ahí, y nos recuerda su presencia a cada paso que damos. Disolverlo es difícil. No se vencería ni ante Alejandro Magno y su espada. Pero, de improviso, una letra, una música, y, quizás sólo por un instante, el nudo desaparece. Nos inunda un cierto sopor, pesamos menos y, por qué no, la energía vuelve a fluir.
One day I swear I'll spread my wings, I'm on my way to finer things...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar!