- Que viene el presidente del Gobierno. Que viene.
- Bueno, pues pronto empezamos con la campaña...
- Sí, pero viene a Béjar, o sea, provincia, así que por aquí tranquilidad.
- Amm. Bueno.
La de este ammm y ese bueno fui yo, por si no ha quedado claro. Fue una respuesta de trámite mientras en mi cerebro bullía la frase "viene a Béjar, viene a Béjar". Me faltó tiempo para decírselo a T, que es del terruño y a T le faltó tiempo para decirme que ese día estaba en su aldea.
En la facultad teníamos un compañero que siempre decía que T y servidora cuando veíamos un autobús nos subíamos y luego ya, si eso, preguntábamos a dónde íbamos. Que ahora, con la distancia, el tiempo y las sorpresas que la vida te da, me dan ganas de decirle al susodicho compañero: ¿PERDONA? ¿Y TÚ? Pero, en fin, lo suyo es que es muy fuerte -MUY FUERTE- y no puede ser contado por aquí. No insistáis. Que no. Con ganas me quedo, eh. Pero no.
Lo que venía yo diciendo. Que nos fuimos a ver a Mariano. Dicho así suena a olor a gaviota de lejos, y no, hijos, no. Yo fui a echar una mano a mi colega de allá y T, pues ya que estábamos, se acercó a ver el jolgorio que, dicho sea de paso, siempre es interesante. La política como gran teatro en su máxima expresión. Y encima en un día, se quiera o no, para mal o para bien, histórico.
Y T et moi de testigos del movidón, qué pasa. Ya tenemos otro capítulo para las memorias y otra batallita que contar. Como aquella vez que, tras subirnos a uno de esos autobuses con destino ignoto, acabamos en el Congreso de los Diputados en plena vorágine del No a la Guerra y plantamos una pegatina con tal lema en el escaño de Aznar.
Espero, eso sí, que tal acto haya ya prescrito, porque acabo de confesar así, sin despeinarme, que atenté contra los símbolos del Estado y tal. Jeje. Jejejejeje.
Día histórico desde Béjar. @ Ayuntamiento de Béjar https://t.co/Vjf23FOw71
— Lía (@liacice) noviembre 9, 2015
Y T et moi de testigos del movidón, qué pasa. Ya tenemos otro capítulo para las memorias y otra batallita que contar. Como aquella vez que, tras subirnos a uno de esos autobuses con destino ignoto, acabamos en el Congreso de los Diputados en plena vorágine del No a la Guerra y plantamos una pegatina con tal lema en el escaño de Aznar.
Espero, eso sí, que tal acto haya ya prescrito, porque acabo de confesar así, sin despeinarme, que atenté contra los símbolos del Estado y tal. Jeje. Jejejejeje.
¿Olor a gaviota?
Uala, qué Badass eres, Lia O_O
ResponderEliminarJajaja.
La señora Cospe ha estado por aquí, en mi pueblico, unas tres veces en los últimos años. Una de ellas AL LADO DE MI CASA. Y yo una vez no me enteré y las otras dos estaba por Valencia. Ea. Tampoco es que creo haberme perdido nada. No soy yo muy de jolgorios XD
Yo es que soy muy niño en el bautizo y me apunto a un bombardeo.... Ya estoy preparado la próxima, muajajajajaja....
EliminarJajajajajajajaja, y lo bien que nos lo pasamos viendo a Mariano y a toda la tropa.
ResponderEliminarT.