See you, Westeros

Sobre el susodicho final había leído de todo y de todas clases. Que si rollo, que si lento, que si épico, que si falta, que si sobra, que si eso de dónde ha salido, que si muchos personajes, que si pocos, que si...

Sí, lo dejo ya porque, si sigo, no termino. 

El caso es que circunstancias personales (la familia se pone a celebrar cosas justo el día que termina Game of Thrones, habrase visto) y técnicas (a este que me aguanta, mi ordenador, le dio un vahído) impidieron que viera los dos últimos capítulos al mismo tiempo que el resto de la Humanidad, toda ella. Por lo que pude leer las reacciones con distancia y más miedo a los spoilers que un barril de vino frente a Cersei Lannister. Porque yo he leído los libros, pero vaya usted a saber. Que esto cada vez se convierte más en una adaptación libre e inspirada en las historias de don George, donde nadie sabe a qué atenerse ni para qué hemos llegado hasta aquí ni si esto tendrá un final. Quedan dos libros sí, pero dado lo que se está viendo en la serie, estamos ante el primer caso de adaptación en pantalla que finalizará antes que la historia literaria que adapta. Ya si lo hace con el mismo final o siguiendo los mismos caminos para llegar a él es una duda muy gorda que reside en mis adentros y que no sé como dilucidar. O sí y no quiero. Dejadme. 

Quedémonos pues con el corto plazo, que para el largo ya habrá tiempo de sufrir. El final de la cuarta, decía. Me declaro fan, sobre todo del capítulo del Muro, que ya sé que es el que más ha aburrido al personal, pero yo, estilo salmón. A contracorriente. No por molestar ni por hacerme la especialita. Es que a mí de siempre Jon Snow me tiene ganada. Así que eso, fan. A pesar de que le echaron sus buenas dosis de melodrama a la historia con Ygritte, que no me canso de repetir que en los libros no fue así, pero vale, aceptamos pelirroja guerrera. Venga. 

En cuanto al resto de la historias, queda por ver qué van a hacer con Brienne, tras su totalmente inventada pelea con the Hound en la que lancé muchos gritos de indignación. Qué va a pasar con Jaime ya que, parece, por ahora no le mandan a Riverrun. Si saldrán de una vez los titos Greyjoy o nos seguirán privando de lo mejor de la familia. Si Mark Gatiss volverá y hará un papel de verdad y no un cameo para poder decir aquello de 'adoradme, masas, que salgo en Sherlock, en Doctor Who y en Game of Thrones, soy el Señor de Todo lo Friki'. 

Se supone que si saldrá lo de Arya en Braavos. Y lo de Cersei. No nos pueden privar de lo de Cersei. Y los Martell, claro, que para eso están buscando, cuentan, localizaciones por Andalucía. Y seguirán con las historias, varias, Targaryen. Y Tyrion, siempre Tyrion. 

Eso sí, parece que no vamos a ver a Lady Stoneheart. Un epic fail de manual. 

En fin, otra vez estamos como entonces, de espera. Y llenos de incertidumbre. Y metidos hasta las orejas en una historia de la que ya no tenemos escapatoria y con la que seguiremos hasta el final, sea este el que sea, llegue cuando llegue, en sus diferentes versiones. Ahí, rendidos y atrapados. Larga vida a Canción de Hielo y Fuego.