Libros de este verano

Los días de asueto vacacional me están sirviendo, entre otras cosas, para encauzar mi rumbo en el Reading Challenge de Goodreads. Porque a primeros de año me las prometía yo muy felices y, ale, me puse un desafío de 30 libros. Que no digo que sean muchos, que no lo son, pero no contaba yo con la primavera de manicomio elecciones que me esperaba.

En fin, por lo menos ahora he avanzado bastante y creo que, al menos, llegaré a los 20. No me pido más, que en diciembre hay generales y sí, los estáis oyendo, son los políticos cantando por lo bajini Eye of the Tiger y poniendo caras de machote frente al espejo. Que vienen, que ya están ahí, eh, eh. 

A lo que iba. ¿Qué libros he leído estas semanas?

- All the light we can not see, de Anthony Doerr. Premio Pulitzer de este año. Novelón sobre la II Guerra Mundial en Francia. Pero novelón. Muy bien estructurado, capítulos muy cortos que le dan ritmo a la narración y que te atrapan. Uno de esos libros que no puedes dejar de leer. La historia es preciosa, muy bien documentada y avanza con mucha fluidez. Sería un best-seller si se promocionara adecuadamente y llegara al gran público, porque, por ejemplo, es mucho más asequible y comprensible que el Pulitzer del año pasado, El Jilguero. 

Conclusión: muy recomendable. 

- Matar a un Ruiseñor, de Harper Lee. A mis años y sin haberlo leído. No tengo perdón. Es un libro muy sencillo de definir: una maravilla imprescindible. Y que la señora Lee se esté quietecica y no venga ahora a destrozarnos a nuestro Atticus. Que sería su padre, sí, pero también es patrimonio moral y sentimental de millones de personas, entre las que me incluyo. No quiero saber nada de esa segunda novela que ha sacado ahora. Y punto. 

Sí quiero leer A sangre fría. Truman Capote es uno de los personajes de Matar a un ruiseñor, el vecino que viene y va, y mantuvo la amistad con Harper Lee hasta que juntos investigaron el asesinato que es la base de A sangre fría, novela que Capote firmó en solitario sin incluir a Lee ni en los agradecimientos. A Harper le sentó pelín mal el tema y hasta más ver. Aquí se cuenta. 

- La princesa de hielo, de Camilla Lackberg. Me habían hablado mucho de las novelas de esta autora, policíacas, ubicadas en un pequeño pueblo de la Suecia profunda, pero desde las idas de olla del señor Larsson me daba un poco de reparo regresar a aquellos escenarios. No sé si sabéis que yo pertenezco a ese 1% de la población mundial que pasó mucho de los hombres que quieren a la mujeres y beben gasolina de un bidón o como se llamaran aquellos libros. Leí el primero, y bueno, bien. Entretenido y nada nuevo bajo el sol. Y ya con el segundo no pude, me harté de tanto rollo panfletario y tanta soflama moral y lo dejé a la mitad. Así que me dices novela policíaca en Suecia y lo primero que te digo es aparta de mí ese cáliz. 

Pero bueno, le di una oportunidad a Lackberg. Conclusión: novelita entretenida, ligera y bien armada. También con su toque moral-intenso por debajo, pero aceptamos pulpo. Lo que no comprendo es que la protagonista -o quien parecía serlo- a mitad de la novela deje ese lugar a otro personaje que aparece no sé sabe muy bien de donde y que es quien acaba resolviendo el asunto. 

Eso me desconcertó bastante, si soy sincera, y no sé si le daré un tiento al segundo de la saga. Porque creo que era interesante que la prota de estas novelas, es decir, quien resuelve los misterios, fuera una mujer. Pero ya os digo que a mitad del libro esa mujer se convierte de repente en Bridget Jones y su máximo problema es cambiarse de bragas porque viene el maromo a verla. Y a partir de entonces el maromo toma el mando. En todos los sentidos, you-know-what-I-mean. 

Un 'ligero' detalle que no me gustó un pelo y que deja entrever que mucho rollo, pero los nórdicos tienen un concepto muy machista de la vida. Esa es mi principal conclusión junto a que beben café como si no hubiera un mañana. Exagerao. 

-Shroud of Sorrow, de Tommy Donvaband. Novela de Doctor Who, con el Undécimo como protagonista. Mi Undécimo del alma mía. La tenía por casa desde hace más de un año y ni caso. Entre otras razones, alego en mi defensa que en los últimos meses he estado de desconexión whovian. Adoro ese mundo pero necesitaba tomar distancia y, sobre todo, eludir los 'spoilers' que vuelan libres sobre la novena temporada. 

Ahora que el tiempo ha pasado puedo decir sin lugar a dudas que Doctor Who es uno de los fenómenos frikis-culturales más importantes de la Historia. Y que su universo -o universos- es/son geniales. Y que es maravilloso poder tener al Undécimo (el Doctor de Matt Smith) otra vez en mi vida gracias a libros como este. Que tiene un buen inicio y un buen planteamiento de la narración, pero que se pierde en el centro, para, más o menos, reubicarse al final. En resumen, no me encantó, pero sí me dejó la sensación de haber vuelto a viajar con The Raggedy Man and The Impossible Girl. Y eso ya es mucho.