Adiós, Rae. Y gracias.
Gracias por las lágrimas y las risas. Y por tantas cosas. No me convenció en su momento que hubiera tercera temporada. A fin de cuentas el final de la segunda había sido perfecto. Para qué hurgar más. Pero ahora lo veo claro. Clarísimo. Jamás ha existido un cierre tan brutalmente apropiado para una historia. Tan necesario. Tan esperanzador.
No se trataba de que otros la salvasen. Se tenía que salvar a sí misma.
Qué gran lección.
Gracias, Rae.
Yo tengo que regalarme un libro por lo aceptablemente bien que lo he hecho en la primera parte de las opos. Y no sé si será la segunda parte de My Mad Fat Diary. Pero es que jo. Qué lloros. Qué bonito. ¿Y ese momento en el que le niega ese último beso a Finn? Definitivamente ha surgido una nueva Rae xD
ResponderEliminarMuy grande.