Que aunque parece que no, sigo viendo series. Más relajada, porque eso de que me iba a sacar el CAE ya mismo del verbo para ayer va perdiéndose en la nebulosa veraniega que todo lo envuelve. Que sí, que fui a mirar libros de preparación a una librería, yo ahí decidida, pero no encontré ninguno que, primero, se adaptara a los nuevos exámenes Cambridge, en los que se han unido las partes del Reading y del Use of English, y segundo, que no me hiciera llorar a la tarjeta de crédito al pagarlo. Y yo a mi tarjeta la quiero mucho y no la voy a hacer pasar ese mal rato, qué queréis.
Total, que la preparación del CAE continúa por ahora en un limbo de calor, vagancia y mucho trabajo, que será verano y estaréis todos torrándoos al solecito, pero servidora sigue al pie del cañón levantando España. Y lo que me queda. Eso me pasa por hacerme la chula y decir que hasta mediados de agosto, nada de vacaciones, que así me pillaba más días seguidos y que yo podía, yes, I can, venga que sí. Y una leche. Hasta los órganos reproductores estoy.
Vale, no me quejo. Porque podía ser peor, podían haberse ido todos los políticos de vacaciones y dejarme a two candles, mirando al infinito sin saber qué hacer con mi vida (y sin saber qué contarle a my boss, de paso). Pero no, los políticos de la zona han decidido que todos a una, como Fuenteovejuna, y me están dando un verano que para mí lo quiero. Me lo estoy pasando pipa, sí, no os voy a engañar. La pena que no os lo puedo contar, no como a mí me gustaría, y claro, mola menos. Pero algún día me desquitaré, lo juro por los nabos de Escarlata. Algún día.
Bueno, que yo había venido aquí a hablar de la serie The Honourable Woman, que me ventilé hace poco. Serie de la BBC, claro, sobre una familia de millonetis judíos y el 'conflicto' entre Israel y Palestina. Delicadillo el asunto, ya.
Por partes:
1. La serie es MUY buena. Te tiene ahí, ahí, en un sinvivir y hay capítulos que se pasan en un suspiro. Muy buena.
2. Pero, yo que soy así, no podía dejar de pensar que en qué jaleos se meten los ricos y que qué necesidad. Así, todo el rato. Qué necesidad, pero qué necesidad. En plan abuela, lo asumo. Me cierro la chaquetita con un gesto, muevo la cabeza en signo de desaprobación y murmuro "qué necesidad...". Así me he pasado la serie.
Y es que si yo tuviera los millones de los Stein, los protas, y su historia familiar, me iban a ver a mí metida en semejantes intrigas y tensiones. Vamos, hombre. Yo, oveja negra de toda la vida de Deu, con mi herencia familiar rentando mientras me dedico a la venta de pulseras en las Bahamas o a la elaboración de mojitos artesanales en Varadero. No sé si comprendéis mi planteamiento, claramente elaborado desde mi posición de pobre mundana que no entiende lo súper-complicado, o sea, que es estar forrado hasta las cejas y tener que reivindicarse todo el rato, uff, para que te tomen en serio, así en general, y no piensen que eres un pobre niño rico que trata de jugar a político y salvar el mundo. Eso no, eh, eso no. Todo muy de verdad, telojuro.
En fin. Seré yo, que no lo pillo.
3. La prota. Maggie Gyllenhaal. Lo hace muy bien, sí. Pero es que tan intensa, tan contenida, tiene unas salidas tan raras, unas motivaciones tan extrañas. Atención, SPOILER. Primero que si quiero quitarle la empresa a mi hermano, que es un cero a la izquierda, después que si el niño no, luego que sí, luego que me voy por ahí a beneficiarme al primero que se mueva, que si lesbiana, que si no, que si el guardaespaldas... Hija, por favor, qué estrés. FIN DEL SPOILER.
Vale, es una pobre muchacha muy millonaria que quiere dejar huella en la Tierra más allá que por sus dineros y que tiene mucho sufrir así por dentro. Claro.
Claro.
4. El niño, que es como una piedra en la historia, sin voz ni voto. Y mira que le pasan cosas al pobre chaval. Pues nada, ni abrir la boca para decir, no sé, (SPOILERRR) qué coño hago en mitad de Palestina y quién es esta gente y por qué ahora la tía millonaria de mis amigas dice que es mi madre. QUÉ HABÉIS HECHO CON MI VIDA, ADULTOS. Nada, el crío es como un mueble, aquí te pongo, aquí te dejo. FIN DEL SPOILER.
Estas son mis críticas principales, pero la serie también tiene muchas cosas buenas. En especial, Stephen Rea, ese actorazo brit, que da vida a un espía del MI6, Hugh Hayden-Hoyle, que solo el nombre es ya para postrarse a sus pies. He adorado mucho cada una de sus escenas, lo confieso, y me parece lo mejor de la serie.
En general, la parte de las intrigas intrigantes entre los diferentes servicios secretos me ha gustado mucho. SPOILER. No creo que los americanos digan lo mismo, porque ya se sabe que a los británicos les mola cantidad esto de elaborar historias en las que poder echar la culpa de los males del mundo a esos primos rebeldes que se salieron por las bravas del Imperio de su Graciosa Majestad. Vamos, que hasta lo hacen en Love Actually. FIN DEL SPOILER.
En fin, que muy buena, que entretiene mucho y que son ocho capítulos de nada. Muy recomendable.
A mí me gustó mucho. Te leo en el móvil y no puedo ver tus spoilers pero ya los leeré.
ResponderEliminarBesos.