Decía el otro día a cuenta de lo del doblaje que si dices que no necesitas ver las series en español para entenderlas te llaman elitista, como poco. O si dices que el Pollo Colorao es una vergüenza, que ni rigor ni respeto por nuestro Siglo de Oro, te llaman exquisita (true fact). O si dices que vaya caradura lo de Antena 3, anunciando que ahora, AHORA, un año largo después, van a emitir el último capítulo de la tercera de Downton Abbey, cuando allá, en las islas, empieza la quinta temporada en septiembre y, ergo, por tanto, va a ser que, tú ya sabes lo que pasa, sin decir nada, porque tienes la buena voluntad de callarte cual muerta para no revelar ESO, pero ellos saben que lo sabes, sin saber muy bien lo que es, pero lo sabes, pues encima te miran como si fueras una sabelotodo repelente.
Y vale, algo de exquisita, elitista y sabelotodo repelente (hola, Hermione) tengo. Pero solo aquí en mi blog, en la calle soy normal, en serio, de verdad. Y si digo esas cosas no es con intención de quedar, o sea, por encima de la plebe. Es porque para mí son normales. Decir esas cosas es normal. Pensar así es normal. No sé pensar de otro modo. Jopé.