En este día hoy de salmantinidad a tope, en el que las gentes se acercan a la ribera del Tormes a comer hornazo y a honrar la memoria del Padre Putas, en la que es, sin duda, la mejor de las fiestas por lo que tiene de pagana, de libertina, de loca, en este día, digo, no me puedo resistir y tengo que hacer algunas precisiones al capítulo que el Ministerio del Tiempo basó en la Salamanca de 1520. Aprovecho para ello que servidora de ustedes de hornazo poco y de ribera menos. El trabajar es lo que tiene. Y el tener jefes que no poseen la alta cualidad de salmantinos y ergo desconocen el sentido y la necesidad del Lunes de Aguas, también. Una pena todo.
En fin, precisiones, decía.
En primer lugar, si ese era el perfil de la Salamanca de 1520 yo soy Rita Marley. Así, a las claras se lo digo. Que digo yo que no todo es decir, venga, hoy los chavales del Ministerio se van a conocer al Lazarillo, ¿qué necesitamos? Ah, una ciudad, o algo que se asemeje, con río. Fundamental lo del río, que mira, pone aquí en la Wikipedia, debajo del anuncio pidedineros (cansinos), que el chico nació a la orilla del Tormes. ¿Eso es un río, no? Pues eso, ciudad con río.
Y río había. Pero no había ni cerros ni torres ni murallas ni puente romano. NI PUENTE ROMANO.