viernes, 6 de marzo de 2015

Leo

Leo lo ha pasado mal en la vida. Aunque he tenido gatos desde siempre, creo que no he conocido a tantos como para conocerlos del todo, porque, entre otras cosas, el gato como animal es insondable, auténtica materia oscura. Pero a Leo se le nota. Lo ha pasado mal. Mucho más cuando, como es mi caso, vienes de diez años con un príncipe ruso, un majarajá, un rey moro que siempre tuvo una vida fácil. 

Nico era eso, un gato nacido entre amor y mimos y criado con más amor y mimos todavía. Y así se convirtió en lo que se convirtió. Diez kilos de pequeño Buda, sentado en su trono de oro, mirando al mundo con desdén. Un elegido de los dioses. Un adorado por su dueña, yo, que le sigue echando de menos.

Pero Leo no ha sido así. Leo es un superviviente. Sobrevivió primero a su nacimiento que, por lo que sé, no fue precisamente fácil. Sobrevivió las primeras semanas con una madre mal alimentada y unos hermanillos que competían con él por la poca leche que la sufrida gata pudiera proporcionar. Y sobrevivió más tarde a una nave fría y solitaria y a una cuerda al cuello. Mi pequeño valiente es un campeón. 


Un campeón, eso sí, que todavía está en proceso de adaptación y que tiene días de rebelde sin causa. Es como un adolescente gamberrete pero de buen corazón. Porque bueno es muy bueno, quizás más cariñoso incluso que Nico, pero muy trasto también. A ratos demasiado. 

Tras mucho buscar por internet 'mi gato destroza la casa, socorro' y cosas parecidas, llegué a varias conclusiones. La primera ya la he dicho: la adaptación no tiene que ser fácil. Pasar de no tener nada a tenerlo todo. Y superar esos meses atado. Además también hay que tener en cuenta que convivió dos meses con Nico, al que quiso mucho enseguida. Eso sí, Nico pasaba bastante de él y mejor, porque cuando no pasaba era para arrear unas leches que dejaban al pobre Leo en modo Rambo tras el combate. 

Pero Leo, inasequible a los bufidos de su hermano, no le dejaba en paz. Sólo quería que Nico le quisiese. Daba una penilla verle detrás, maullando... Pero mi Nico era mucho Nico y odiaba con todo su ser a ese hermano sobrevenido que le había quitado de repente parte del protagonismo que, por derecho divino, le correspondía. Mi pequeño Buda era muy suyo. 

El caso es que Nico se marchó y Leo también le echa de menos, porque justo desde entonces redobló sus esfuerzos destructivos y aniquiladores que me han llevado a comprarle pastillas tranquilizadoras en iHerb (tan naturales e inocuas que no le hacen nada, pero yo sigo inténtandolo) y a rociar toda la casa con un spray educador para gatos y perros que encontré en el Mercadona (y que tampoco hace gran cosa, la verdad). 

Sí, dado el éxito de los productos externos, ya sólo me queda rezar para que cuando cumpla el año se normalice y deje esta faceta de demonio de Tasmania. Para eso quedan aún tres mesecillos, así que tendré que echarle paciencia. Qué remedio. 

Si es que no me digáis que no tienen un aire...

Mientras tanto, disfruto de tener un gatito, completamente diferente al anterior. Que no sustituye a Nico, porque nada ni nadie puede sustituir a una mascota que se va. Pero ayuda, ayuda mucho a superar la pena. Porque es muy mala gente, pero también muy divertido y juguetón. 

¡Vivan los gatos!





8 comentarios:

  1. Supongo que todo el mundo que "conoce" cierto tipo de animales dice lo mismo, pero es que los gatos son... No sé, cada uno diferente. ¡Son personicas! Con sus vicios, sus manías, sus cosicas. Yo "tengo" tres, y cada uno es de una manera, a pesar de que dos de ellos son hermanicos. Gato es eso, un consentido. Micha y Rubio, aunque no lo han pasado mal como Leo, son de otra manera. Casi perricos. Acuden a tu voz, o cuando te acercas, si les dices que trepen al árbol, trepan. Son muy cariñosos, pero de diferente manera. A Rubio le encanta que lo cojan como a un bebé, y Micha no aguanta que la sujeten,... Y luego, a pesar de todo, son voraces, unos cazadores peligrosísimos XD

    Lo dicho, no hay dos gatos iguales.

    Espero que se te tranquilice pronto el demonio, hija. Es que es muy cachorrillo todavía... :) Y todo influye.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un bebé, sí.... Los gatos son lo mejor del mundo! xD

      Eliminar
  2. Yo tengo dos gatos en casa: Claudia y Neko y nunca, nunca se han llevado bien. Mi esperanza era que el paso del tiempo eliminara sus diferencias, pero después de dos años, he llegado a la conclusión que su aversión es definitiva. Cómo me he sentido identificada con la respuesta de Nico frente a los acercamientos de Leo :)
    Leo aún es muy joven y yo creo que hasta el año y medio no notarás un poco más de tranquilidad. Neko era un trasto de pequeño y siempre estaba liándola en cuanto te descuidabas. Ahora ya tiene dos añitos y aunque de vez en cuando le siguen dando "venazos", te puedo asegurar que está mucho más tranquilo y se comporta mejor.
    Sobre a lo de adaptarse al nuevo hogar, te recomiendo que pruebes "Feliway". Es un poco caro (25€), es un aparato como ese de los mosquitos que se enchufa y va desprendiendo unas feromonas como las que se desprende la madre gata (para nosotros inapreciable), pero para los gatos se ve que sí. Claudia al principio de venirse con nosotros estaba muy intranquila y agresiva y fue enchufar el Feliway y se relajó de golpe...
    Si lo pruebas ya me dirás :)
    Ánimo y paciencia!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Raquel! Pues he leído sobre Felliway y creo que tendré que comprarlo, va a ser la mejor solución para los ataques de locura de aquí el pimpollo. Muchas gracias y bienvenida!!!

      Eliminar
  3. Ainssssss los gaticos... Cúrcuma también es muy suya, tiene un carácter bastante sociable, pero no le gusta nada que la cojan y la acaricien; y aunque generalmente no destroza nada en casa, y ya tiene 4 años, todavía juega de forma bastante agresiva (amén de que las piedras un poco sucias ya no le valen para hacer sus necesidades y prefiere hacerlas en el suelo justo delante de la caja...). Pero bueno, yo la quiero tal cual es, en parte me recuerda un poco a mí (no es que yo haga mis necesidades en el suelo, sino que a veces también soy un poco arisca; XP ).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así era mi primera gata, bastante arisca y muy suya. No sé por qué sospecho que las gatas tiene peor carácter que los gatos....

      Eliminar
  4. Qué ternura me da leerte sobre Nico y Leo <3
    Cada gato es un mundo. La mía más ariscona y no nace, aunque no puede vivir sin nosotros y nos persigue a todos sitios, no le gusta que la cojamos ni la toqueteemos demasiado, sólo cuando hace horas que no nos ve. No le gusta que venga gente a visitarnos y odia escucharnos peleear o notarnos enfadados por algo, aunque no sea entre nosotros. Siempre se pone encima maullando y frotándose, mirándote a los ojos y dándote con el hocico en las manos *.*
    Leo ha tenido mucha suerte, tú ya tienes experiencia con los gatetes, eso hace que lo entiendas mejor. Hay gente que no entiende que los animales tienen su personalidad, y te echan las culpas como si hubieses hecho algo a posta para que sea así... Y sólo porque a ellos les molesta! ¿qué quieres que mi gata vaya y se te suba ronroneando? pues no te queda ná...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Arya tiene un carácter muy parecido a mi primera gata.... Muy suya. muy reinona... Hay que tener mucha paciencia, pero son taaaan geniales....<<3

      Eliminar

¡Gracias por comentar!

También hablé de...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...