Cómo será mi nivel de 'hastaelmoñismo' que ayer ya no pude más y me enchufé en vena a Who-Must-Not-Be-Named-In-This-Blog. Porque no hay nada que desestrese más que entregarte a tu cantante favorito vicio oculto e inconfesable a grito pelado.
Yo tenía claro que este año quería vacaciones largas. Nada de una semana por aquí, diez días por allá y otra semana por acullá. No. Yo en este 2015 que nos contempla quería enterarme, ser consciente, comprender mis vacaciones. Hacer una comunión cuerpo-alma con mis días libres y disfrutar de la sensación de no tener que hacer lo que habitualmente hago. Así que, más chula que un ocho, dije que hasta agosto nada.
Y lo estoy pagando, claro. O, más bien, lo he pagado, porque ya quedar, queda poco. Yo sabía que iba a ser complicado, pero no así. Servidora esperaba un mes de julio tirando a desierto del Gobi, y lo que me he encontrado ha sido Benidorm en hora punta de sombrillas. En vena. Que me encanta mi trabajo y mejor que sobren que no que falten (las noticias, movimientos políticos, whatever), pero ha sido tan tremendo y tan inesperado que me ha dejado para el arrastre con mulillas. Y además no puedo contarlo como a mí me gustaría y tengo que dejar toda esta bilis que me chorrea por las comisuras para mi futuro libro de memorias. Mecachis.