¿A vosotros no os pasa? ¿Lo de interesaros de repente por un tema y no parar hasta saber más, todo, lo que se pueda acerca de ello?
¿Es sólo a mí a la que de repente saber el destino final de todos los hijos de los Reyes Católicos no le deja dormir? Porque, claro, has estado en Granada, has visto el féretro de Juana, no le has podido hacer foto porque eso en la Capilla Real no se hace, caca, caca, pero, eso, lo has visto. Y el de sus padres, y el del guaperas de su marido. Y el de su sobrinico, que si hubiera vivido otro gallo nos estaría cantando hoy, por cierto, pero ese es otro tema. Ah, Portugal, cuánto te echo de menos estos días... En fin, lo que os decía, que ves ahí los cinco ataúdes, y piensas, bueno, pienso yo que soy así de rara: ¿y los demás? ¿Dónde paran?
Vale, lo de Juan me lo sé, que se murió en Salamanca y hay estatua conmemorativa del tema. Angelico. Eso sí, a enterrar se lo llevaron a Ávila, porque la reina que era muy suya le cogió tirria a la city, fíjate tú. Y en Ávila enterraron al muchacho y allí se quedó hasta que llegaron los franceses y vaya usted a saber qué hicieron con lo que quedaba del asunto. Los franceses, tan majos siempre. Ehem.