Los que os pasáis por aquí ya sabéis de mi amor por todo lo brit. Soy whovian, potterhead, sherlockian, moffattiana, etcétera. Me crié leyendo las novelas de Agatha Christie, y soy una fanática de todo lo que huela a Orgullo y Prejuicio y a Jane Austen en general, sin desdeñar a las Brontë. Nunca fui más feliz que cruzando el Támesis y regresar a Londres más que un deseo es una necesidad existencial.
Y, tonta de mí, siempre consideré que esta querencia por lo anglo era también parte de mi cultura, la europea. Como lo son los cómics de Astérix y Obélix, tan, tan franceses, o lo es la Sicilia de Camilleri. Un territorio viejo, lleno de cicatrices, pero también de sabiduría, que, en estos tiempos, se expande y llega a todas partes sin preocuparse de eso llamado fronteras.