Y luego os preguntáis que por qué AMO Downton Abbey.
Media temporada lleva ya y yo sin venir por aquí a gritar y a llorar. Gritar porque cada día mola más y llorar porque se acaba. Triste, pero cierto. Se nos acaba. Sin remedio.
Pero, en fin y sin desmerecer a David aquí presente, vayamos a lo importante. Rapidito que estoy en el trabajo y no es plan.
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Bueno, no sé si ha quedado claro. Matizo.
¿Ya?
Pues eso. Que no le perdonaré en la vida que nos dejara abandonada a Alicia Florrick pero que verle de pretendiente castigador de Lady Bocadillo de Pelos Mary tampoco está mal. El caso es verle. Contemplarle. Admirarle.
Ya lo dejo, ya.
Que la temporada sigue en su línea, cerrando eso sí historias que se plantearon en la primera. Como el tema del hospital o, por ejemplo, SPOILER, la vuelta de Gwen y las revelaciones que hizo sobre Lady Sybil, tan maja ella.
Que precioso todo. Y que a Lord Grantham nos le duele el estómago y espero que sea apendicitis o similar porque solo nos faltaba terminar la serie con DRAMÓN. El Lord muerto, el heredero infante y Lady Mary de reinona del cotarro y del estate. Verás.
AH, los Bates siguen TAN aburridos como siempre. Pfffff.
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