Canciones para conducir II

Entrada que también puede llamarse 'Confesiones musicales, segunda parte' o 'El petardeo vive en mí, qué pasa'.

Pues sí. Porque no todo va a ser música de la buena, la fetén y la presentable. No. También, seamos sinceros, hay ratos para el petardeo y la indignidad. Sin temor, sin disfraces, sin necesidad de ir de guay, selecto y/o intensito de la vida. No. Porque cuando conducimos en soledad, oiga, no nos ve nadie. Bueno, más allá de aquellos con los que coincidimos en los semáforos pero, bah, no hay dolor. Sobre todo si vas cantando -con coreografía apropiada- algo así...

 

So... you've got a car.... That don't impress me much...

Que te enteres, chaval. 

También los trayectos en coche son muy apropiados para liberar tensiones, no sé, más emocionales. Y  para eso nada mejor que darse a la sección 'gritonas' del panorama español. Con todos los respetos, especialmente cuando hablamos de:

Ahí, a voces y poniendo caras de esas de mucho enfado, mucha rabia, mucha mala leche. Sin miedo. Lo que libera eso, madre. Uf. Si yo fuera profesora de español para guiris los iba a tener todo el día con la Jurado en vena, os lo juro. Ahí, que aprendan. VivaEspañamanquepierda, coooñe.


En fin, y si ya hablamos de dar gritos, en plan loca desatada, qué menos que...

Pumba, pumba, guaca, guaca... aauuh...

Aunque tampoco hay que irse tan atrás, porque últimamente es poner la radio en una cadena comercial y te sale...




Que ya me la sé sólo de escucharla en la radio. Y me encanta, oye. Que es un vals. Como vals es...




Lastimica de mujer. Qué grandeza.

Bueno, y como ya mi dignidad ha quedado del todo difuminada, continuo con una canción que no tenía pensada pero que ha saltado esta mañana en la radio y, qué queréis, me he dado cuenta inmediatamente de su idoneidad para los menesteres del conducir...



Ah, ah, ah, stayin' alive...

Yo, si vinieran los marcianitos, les pondría este vídeo en plan presentación de la raza humana. Porque no se puede ser más total. Una de dos, o salen huyendo para Raticulín y no vuelven, o se convierten en nuestros esclavos.

Y como ya estoy en plan confesión, no me lo voy a quedar dentro, no...



Los vídeos de Tom Jones son una de las cosas más apasionantes que se pueden ver en Youtube. Desde el concierto que dio poco después de que su amigo del alma Elvis muriera, en el que se dedicó a repasar los grandes éxitos del colega (que ya no estaba para quejarse, sobre todo por ESA camisa y ESE pelo), hasta sus duetos con Tina Turner (qué piernas ella, qué pantalones él) o con, nada menos, nuestro Raphael, que todavía me estoy recuperando desde que lo encontré. En serio, sigo en terapia.

Pues sí, muy fan de Tom Jones, sí. También.

Y lo voy a dejar ya, que qué vais a pensar de mí, qué.

Ays.


Lalalailailailaaaaaaaaa....




Sí, lo sé. La canción de ser Jorah. TENÍA QUE PONERLA. Que lo que mola conducir con ella lo sabemos todos, y es hora ya de reconocerlo.

Ya lo dejo, ya...

En serio.

Ya.








Bueno.... es que...









Me falta....





Ella...















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Qué grande era Mariah antes de que Who-must-no-be-named-in-this-blog la dejara. Ainsss.