Aviso: destripes varios y múltiples sobre el S05E06 de Downton Abbey.
Di que sí, Mary. Di que sí. Que tu hermana es una siesa y una aguafiestas. Que apareces tú con tu nuevo corte de pelo, creado ex professo para dar en las narices a Lord Tony,-que ya no lo quieres, no, pero qué bien sienta lo de verles sufrir, ahí, arrastrados-, pues eso, que estás tú tan mona y tan moderna años 20 con tu peinado y tiene que venir la otra, vestida de negro como un grajo y te forma escena muy de casa de Bernarda Alba. Que si se le ha muerto el novio aquel que tuvo, del que ya ni os acordáis porque, total, ¿cuánto hace que desapareció? Hombre, por favor, que tú también tienes lo tuyo pasado -ese rubio de nuestras entretelas- y ahí estás, tan estupenda y festiva como siempre, que a ti no te amarga nadie el papel de pura Lady brit. Habrase visto. La triste de tu sister.
Una incomprendida, eso es lo que eres. Ya lo digo yo siempre.
Y encima la grajo va y desaparece. Y la que se va a formar cuando se descubra el pastel con niña incluida. Mary, como tú nadie, ya lo digo yo siempre. Que eres una chica de hoy en día y ya procuraste tú no quedar con regalito tras tu noche de amour fou con Lord Tony. Ahora la que paga el resultado es la pobre de Ana, tu doncella, pero, anyway. A fin de cuentas lo de los Bates ya no se puede soportar más, así que a ver si rompen, los meten en la cárcel o algo.
Tampoco se aguanta mucho más lo de Barrow, que de esto no te habrás tú enterado, pero ya lo cuento yo. Lo esencial: que no se muere. Y que la razón de sus ojeras y su mal cuerpo era un forúnculo tamaño peñón de Gibraltar en el culo. Sí, yo también creo que el señor Fellowes a veces se ríe de nosotros. Eso, o que cumple mucho nuestros deseos, porque, ya que no se lo va a cargar, qué menos que una de las maldiciones más crueles que pueden existir. Grano. Pus. Culo. Barrow. Yeeepa.