miércoles, 31 de agosto de 2016

El balneario

Aunque volví al tajo hace más de diez días no ha sido hasta esta semana cuando de verdad he sentido que sí, que he vuelto. Entre que me quedé sin gafas y anduve en modo topo varios días, sin casi poder hacer nada, y entre las fiestas del poblado, he estado lo que viene siendo despegada y desconectada. Y sin remordimientos de ningún tipo, oiga. Más bien.

Total, que he vuelto. Y menos mal que estoy zen y contenta, porque todo son problemas, problemillas, problemazos. Menos mal que eso, yo zen. Nada me afecta, todo me resbala. Ommm.


Eso sí, desde ayer suena a todo trapo desde mi mesa esta canción. Yo no digo nada y lo digo todo. 

«Y cada día que paso en el balneario se acrecienta mi odio a este mundo ingraaato, aumenta mi pasión por el asesinato, mi único deseo es mataaaaaaaaaar....»

*Especialmente dedicado a T., que me descubrió aquí a los pingüinos...

lunes, 29 de agosto de 2016

El Spotity rubio

Poco a poco se nos acaba el verano, este verano rubio, loco y divertidísimo que recordaremos para siempre. Una parte de mí quiere con ganas que llegue ya de una vez la rutina, toda la rutina que puede tener alguien que trabaja en lo que yo trabajo, que viene siendo poca. Pero bueno, dedicarme a mis cosas, las de siempre y las nuevas que están por venir. Volver, de una puñetera vez, al gimnasio y cervecear cuando se pueda y se tercie. Con mis rubios, a ser posible. 

Pero otra parte de mí quiere quedarse en las noches al aire libre y en las carcajadas locas. Y en la locura, así en general, de estas semanas. En las que hemos pasado en modo ráfaga por nuestras casas y hemos cerrado algunos bares, algunos días. Cuentan incluso que ayer dos de los rubios se disfrazaron y... bueno. Que lo cuentan. No desvelemos los secretos. 

Total, que una víctima colateral de este verano es mi Spotify, ese en el que reside la playlist 'Rubios'. Imaginarse. Imaginaos. Hoy me ha dado por entrar en las recomendaciones y...

lunes, 22 de agosto de 2016

Verano vintage

Se me han roto las gafas. Drama, dramón de dimensiones épicas. Hasta que tengan a bien hacerme los cristales nuevos y engarzarlos en la montura que escogí el otro día, estoy en modo cegato por la vida porque los ratos que me puedo poner las lentillas tienen que ser reservados para el trabajo. Porque claro, yo tan oportuna, tuve que cargarme las gafas el día antes de volver a currar. No tuve tiempo, parece ser, en las dos semanas anteriores que estuve dándome a la buena vida. Y a los bares, que este verano nos estamos dando mucho a los bares. Vaya usted a saber por qué.

Total, que ahora mismo no puedo leer ni ver nada porque cuando me quito las lentillas me quedo en modo topo. Pero topo nivel no distinguir a Saúl Craviotto a dos metros. Bueno, pensándolo bien, lo mismo Craviotto tiene poderes -no me extrañaría nada- y consigue devolverme la vista. Lo digo por si surge la oportunidad de tenerlo a dos metros. O menos. Yo por si surge y tal.


miércoles, 10 de agosto de 2016

Harry Potter and the Cursed Child (y 2)

MÁS SPOILERS

Sí, hija, sí....

Tras lo que me ha gustado, toca dar cuenta de aquello que me ha dejado fría, sin saber qué pensar o que, directamente, no me ha molado un pelo. En esta última categoría se encuentra la siguiente pregunta: 

miércoles, 3 de agosto de 2016

lunes, 1 de agosto de 2016

Libros que me cambiaron la vida

Soy una copiota de Bettie. Punto. Dicho estoy, procedo, que es agosto y las neuronas no me dan para mucho... En realidad, es una recopilación, porque de muchos, o de todos, ya os he hablado en otras entradas...

1. Los escarabajos vuelan al atardecer. Como ya he hablado varias veces de este libro, no me extiendo. Sólo digo que fue el mejor regalo de Reyes que me hicieron. Una de esas veces que los Magos acertaron de pleno, sin tener mucha idea de lo que me regalaban. Un libro épico, sobre la amistad, la aventura y la historia. Sencillo, intrigante y nostálgico. Lo devoré y lo devoré durante muchos años, una y otra vez. Y siempre va conmigo. 

2. El médico. Nada del otro mundo, pero abrió ante mí un camino desconocido hasta entonces. Cientos de novelas históricas llegaron después, pero nada superó a las andanzas de Rob J. Cole por Persia. 

3. Los pilares de la tierra. Lo he leído tres veces, pero la más importante, sin duda, fue la última, cuando lo hice en el marco de un taller de lectura en línea organizado por mi biblioteca. Las oposiciones me asfixiaban y charlar y charlar sobre aquellos personajes en la Inglaterra medieval me devolvió a la vida y me regaló ratos inolvidables. Nunca lo olvidaré. 

También hablé de...

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