viernes, 30 de agosto de 2013

El síndrome de la tía Viv

Pues sí. Porque ahora vamos todos de seriéfilos estudiados, analizando planos, secuencias, líneas de guión y hablando del desarrollo de la trama y del trabajo actoral como si el director general de la HBO nos llamara cada mañana para preguntarnos qué corbata se va a poner ese día, si la azul o la verde con cuadritos. Sí, confesémoslo. Somos así. Nos encanta, nos pirra y nos deleita hablar de series, de actores, ver los Emmy y gritar nombres y consignas que sólo entendemos los entendidos, los estudiados. Nos encanta, reconocedlo, pensar que nuestro vecino del tercero o nuestro antiguo compañero del instituto no tiene ni idea de esos nombres que nosotros mencionamos con toda la familiaridad del mundo. Nos encanta saber que si alguien dice aquello de "estás más loca que Carrie Mathison", sólo unos cuantos, nosotros y el resto de elegidos, sabremos a qué refiere. A quién. Nos hace sentirnos un poco superiores, un algo selectos y un mucho diferentes de esa plebe que ve, oh, horror, las series españolas. O las series extranjeras -esperad que me siento- dobladas. Aberración. Sacrilegio. Cómo podéis. 

Ya, Carrie, ya...

miércoles, 28 de agosto de 2013

Cosas que no decir a un parado II

Por el derecho del parado a pasárselo bien sin que le recuerden y restrieguen su desgracia. 

Visualicemos la escena. Es verano, son las fiestas del poblado y nuestro entrañable parado español sale de su ostracismo social para hacer eso, sí, tan español de "dar una vuelta". Porque las vueltas no cuestan dinero y airean, que es de lo que se trata. 

Prosigamos. Nuestro parado está dando una vuelta, aireándose, entre cacharritos, churrerías y peruanos vendiendo mochilas de colores -el must de este año en las ferias-. Puede que incluso nuestro parado, en un acto de generosidad consigo mismo, se haya comprado una docenita de churros y alguna chuminada en los tenderetes de los peruanos. Son las fiestas del poblado, hay que mantener las tradiciones. 

Entonces, cuando nuestro parado alcanza ese puntito de tranquilidad y casi felicidad, logrado entre sus churros, el ambiente festivo y el pensamiento de "qué pendientes más monísimos que me he comprado por dos euros", aparece ese espécimen de ser humano denominado, tatatacháaaan....el Aguafiestas. 

Sí, ese. 

lunes, 26 de agosto de 2013

Los Proms

Hoy, en un nuevo capítulo de Razones para Amar con Devoción a the UK en general y a la BBC en particular, toca hablar de los Proms de la BBC. ¿Qué son los Proms?

The Henry Wood Promenade Concerts presented by the BBC -nombre completo- son un ciclo de conciertos diarios de música clásica orquestal que tienen lugar cada año desde mediados de julio hasta mediados de septiembre, normalmente en el Royal Albert Hall de Londres. 

Estos conciertos fueron fundados por el empresario Robert Newman y el director de orquesta Henry J. Wood, quien dirigió el primer concierto el 10 de agosto de 1895. Proms es el diminutivo de Promenade concerts (en castellano: paseos musicales), un término que surge a partir de la práctica inicial de los espectadores de pasear en algunas áreas del auditorio durante el concierto.

Ejemplo, concierto de 2011 dedicado a la música de cine:


Si no queréis escucharlo entero (son dos horas largas), AQUÍ está la música de, por ejemplo, El bueno, el feo y el malo de Morricone, y AQUÍ las de las pelis de James Bond. 

domingo, 25 de agosto de 2013

Who is Rulo?

El comentario que más me han repetido en los últimos días: ¿Rulo? ¿Ése quién es? No me suena...





viernes, 23 de agosto de 2013

I want to be free

Tengo una médico de cabecera nueva un poco puntillosa. De esas que todo lo quiere saber y todo lo quiere analizar. Que está bien, yo lo sé, pero servidora estaba acostumbrada a médicos más pasotas. De esos a los que les decías "mire, que me ha salido un grano aquí" y te respondían "eso es la edad, ya me gustaría a mí que me salieran granos, hija". Y allá os ibais tú y tu grano y tu adolescencia prolongada ad eternum por obra y gracia de un médico pasota. Y tan felices, oye. 

En fin. Mi médico nueva. Dos veces que he ido y a dos especialistas que me ha mandado ya, la tía. Y miedo me da volver. Y sí, lleva razón, tenía que ir a esos especialistas, pero con lo feliz que se vive en el pasotismo, lejos de los hospitales... El caso es que hoy he ido a la primera de esas consultas y no sé si es que en la Sanidad pública por aquello de los recortes han decidido hacer huelga a la japonesa o porque me han tocado más médicos puntillosos, pero he ido a una cosa y me he venido sin esa cosa pero con otras tres pruebas hechas y otra cita para el mes que viene. Que les he caído bien y no me querían dejar marchar. Si es que no se puede tener tanto encanto, está claro. Ejem.

Será esto, claro. 

miércoles, 21 de agosto de 2013

De hadas y zombies

Paso el mes de agosto entre el álgebra y la lengua española. O sea, que doy clase a unas nenas, nenas que pasan el verano en casa de sus abuelos. Y tengo ya material para escribir un par de guiones típicos de series españolas, tipo "Cómo ser abuelo en verano y no acabar en prisión por nieticidios varios", "Primos, hermanos y demás animales del hogar" o "La tribu de los Brady 2013". Una maravilla todo.

El caso es que entre los muchos críos que pueblan esta casa, hay dos muy peculiares. Son los pequeños. Su peculiaridad radica en que me tienen calada, los jodíos. No sé si será cosa de la inteligencia natural y no contaminada de los niños pequeños, o de que yo lo llevo en la cara y no me doy cuenta, o de qué, pero el caso es que estos dos enanos saben que soy friki y que conmigo pueden hablar de friqueces. SABEN QUE SOY DE LOS SUYOS.

sábado, 17 de agosto de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert

Creo que este es el momento adecuado para confesar que no me gustaron los libros de Larsson. Sí. Yo confieso. Confieso que leí el primero y que llegué hasta la mitad del segundo. Y que no pude más. Que abandoné. Y que el señor Larsson y todo el guirigay que se montó alrededor de sus libros me parecieron un timo, una estafa, una burbuja creada por la publicidad. Que si mañana nos dicen que se ha puesto de moda un libro sobre la adaptación del escarabajo pelotero al clima estepario, y no oímos hablar más que del escarabajo, de lo bien descritos que están sus padecimientos, de lo intenso que es el libro, que si vamos en un tren y medio vagón va sufriendo con el pobre escarabajo, en el telediario no se habla de otra cosa, las librerías se llenan de libros como "El escarabajo y su mundo", "Cómo criar escarabajos en casa sin morir del asco" y "Los secretos del escarabajo", al final todos nos leemos el libro sobre el bicho en cuestión y proclamamos a los cuatro vientos que no hemos leído cosa igual en nuestra vida. 

jueves, 15 de agosto de 2013

Orange is the new black

Treinta años, de Nueva York, rubia con mechas, novio ideal, escritor, judío, forrado, con padre abogado y casa puesta, anillo de diamantes en el dedo, amiga del alma mega pija como tú, hermano bohemio-hipster, cocina vegetariana, smoothies de frutas y hierbas varias...

¿Qué puede salir mal? Pues puede salir mal que te metan en la cárcel por un delito cometido hace diez años cuando, en plena época de "jo, tía, me aburro de mi vida perfecta de WASP y necesito emoción", eras la novia de una importante narcotraficante de heroína, de la que hace años que no sabes nada. De repente, todo tu cuento de hadas se viene abajo y te tienes que adaptar a unas nuevas reglas, completamente distintas a las del mundo real. A las del mundo libre. 

Esto es, en esencia, Orange is the new black, la serie de la que todo el mundo habla. Buena, sí, muy buena, pero extraña porque está rodeada de un aura de frivolidad que no deja que determinados mensajes que pretende lanzar lleguen bien. Quizás sea un tono buscado, pero no puedo evitar que, por ejemplo, la protagonista me caiga fatal.

Cierto es que a lo largo de los trece capítulos se diseccionan claramente las virtudes y defectos de Piper, que así se llama la muchacha, y que comprendemos sus miedos y sus caras de espanto/horror porque serían las que pondríamos nosotros en las mismas situaciones desquiciantes con las que tiene que bregar. Pero, al final, SPOILER, cuando se supone que el espectador debería compadecerla -un poquito al menos-, lo que surge es pensar un "te lo has ganado". Por boba. Por tonta. Por ñoña. Por imbécil. Por egoísta. Por frívola. A ver si aprendes, chata. 

miércoles, 14 de agosto de 2013

El fers y las alforjas

Quiero examinarme del FCE, aka, el First, aka, el Fers. Y diréis, si estás en la Escuela Oficial de Idiomas. Ya, pero quiero un papelito donde diga que los señores brit dicen que vale, que tengo un pasar en lo de su idioma. Manías que tiene una. 

Llevo detrás del asunto unos cuantos meses, pero historias como viajes varios y miedos a las vagancias veraniegas, lo han retrasado. Hasta que ya he dicho que se acabó y que, vamos, venga, que me matriculo. 

En la city, lugar más cercano para estos menesteres, sólo, en teoría y en principio, te puedes examinar a través de un centro, adscrito a la universidad y al British Council. Centro que ofrece tres fechas de exámenes a lo largo del año, la próxima en diciembre. 

Como diciembre me parecía muy lejano, allá que me puse yo a investigar a ver si había otras alternativas. Y las había, fíjate tú, pero esas alternativas han sido las que han sufrido los rigores veraniegos. Que examinarse en julio parece muy bonito hasta que llega junio y entre idas y venidas a Londinium, y conciertos de Bryan y tal y pascual, te miras al espejo y dices: ¿pero dónde vas tú con mantón de Manila y sin estudiar? ¿Dónde?

martes, 13 de agosto de 2013

Historia de España contada para escépticos

Continuando con mi tour por la obra de Eslava Galán, llegó el turno de Historia de España contada para escépticos, un resumen muy resumido de eso, la historia de España. Muy resumido porque condensar todo nuestro pasado en apenas 400 páginas no es tarea sencilla. Es que mira que nos han pasado cosas, madre. Leí hace tiempo en el blog de Aqui fue Troya (soy fan) que historias como El Señor de los Anillos o Canción de Hielo y Fuego proceden del aburrimiento brit cuando miran atrás en su historia. Os dejo enlazado AQUÍ el artículo en cuestión, que no tiene desperdicio. 

Pues bien, si los brit tuvieron una Edad Media tranquilita, en la que casi lo único destacable es el quítate-tú-que-me-pongo-yo de los York y los Lancaster, nosotros, directamente, no paramos. Un estrés. Moros que vienen, moros que van, Asturies es España, el Cid Campeador, reyes atolondrados que unían tierras para luego dividirlas de nuevo en sus testamentos (había que contentar a todos los hijos) y, para rematar, los Reyes Católicos, América, etc, etc. Señores de la HBO, por favor, creo que Spain se merece que le hagan un poco de caso. Déjense de Lannister y Targaryen y véngase para España. En serio, ¿os imagináis una Isabel, la serie, hecha con toda la pasta y la sapiencia de la HBO? Lloro sólo de pensarlo. 

domingo, 11 de agosto de 2013

Mercado medieval

Madrigal.

Madrigal.

Agosto (entrada tonta)

Vale, agosto ya llegó hace días, once concretamente, pero, a los efectos que nos ocupan, por mí como si hubiera empezado este finde. Y vale, esto es una entrada tonta, porque entre el calor, el no parar y la vagancia, tengo al blog abandonadito.

En fin, tras un par de meses de desconexión total -y necesaria- aquí estamos, dándonos a la vida social en forma de concurso de pinchos, evento que, aunque no tiene muchos años de existencia, es ya en este pueblo mío una tradición de esas que se siguen con cabezonería y porque sí. 

He de confesar que servidora fue jurado de este concurso hace unos años. Que diréis todos: pues que bien. Y responderé yo: pues sí, si no hubiese sido el año de los gazpachos. Que me gusta, no vayáis a pensar, pero tras varios "pinchos" -léase vasitos de diseño con 0,00010 mililitros de gazpacho- acompañados de su correspondiente caña, sin comer nada de sustancia, terminé con la cabeza -utilizaré un eufemismo- un poco ida. Ejem.

martes, 6 de agosto de 2013

Las rosas de Somerset

Y, ¿qué leo ahora?, se preguntaba ella mientras pasaba el dedo por las estanterías (virtuales) de su chisme para leer (dicho en fino e internacional: el e-reader). Debería leer algo clásico y sustancioso, pero es verano y me apetece algo, no sé... algo de esa literatura que se lee fácil y rápido, sin tener que pensar mucho, pero que engancha cosa mal. Un best-seller, sí. 

(INCISO: quien piense al llegar a este punto del post que me dio por leer las 50 sombras esas, puede ir borrando esa idea de su mente. Gracias.)

Huy, este libro no me suena de nada... Las rosas de Somerset...¿Cómo ha llegado al archivo del chisme para leer? 

(INCISO 2: en serio, no trato de ocultar posibles maniobras piratas, de verdad no tengo la menor idea de cómo llegó ese libro a mis virtuales manos. Puede que formara parte de los archivos propios del chisme para leer.)

Sigo. Las rosas de Somerset. Suena como muy british, vamos a darle un tiento. 

Cuatro días después, nuestra protagonista se había tragado las 600 páginas del libro, robándole horas al sueño y a la vida misma. ¿Conocéis esa sensación de "tengo que acabar con este libro antes de que él acabe conmigo porque no puedo vivir más con este enganche existencial a esta historia"? ¿Sí? Pues eso. No era ya cuestión de tengo que enterarme de qué pasa y cómo acaba, no. Era cuestión de tengo terminarlo de una vez PARA RECUPERAR MI VIDA. 

lunes, 5 de agosto de 2013

Entre el Doctah y Gibraltar

De verdad, que yo para esto no estaba lista. Con el día que tuve ayer. Qué nervios, qué histeria, qué emoción. Esas cosas que sólo los frikis muy frikis podemos comprender. Porque yo, que tengo lo mío de pragmática, me miraba a ratos así desde fuera y me decía: pero Lya, hija, a tus años, así, con algo así, qué haces aquí, un domingo por la tarde aislada del mundo, pendiente de una conexión pirata a la BBC, ¿tú te lo has hecho mirar? Pero nada, eso me lo decía, pero mi otro yo menos pragmático, ese que está como una regadera, acallaba a mi Rottenmeier interior de un manotazo para seguir soltando suspiritos cada vez que la BBC daba muestra de que existía vida en Londres más allá de las carreras de bicis. Porque qué día, oiga, con las dichosas carreras de bicis. Entre eso, el debate de por la mañana sobre discriminación en el que intervino, entre otros, una chica muy mona que resultó ser, ante mi castellana sorpresa, una reverenda (ahí descubrí que el alzacuellos que llevaba no era una nueva moda londinense, no), las misas de por la tarde con sus cantos y sus gorgoritos y el programa de su Frank de la Jungla, eché el día pendiente de la BBC. Yo y otros tantos miles por esos mundos, no vayáis a pensar. 

Que anunciaron al nuevo Doctor. Y nos lo pasamos todos pipa. Porque de esto se trata, de jugar a ese juego que la BBC traza tan bien. Y encantados. BBC, aquí una esclava, una sierva, lo que quieran. 

Lo que pasa es que entre los tuits histéricos que iban y venían, pude darme cuenta de otro maremoto que recorría Twitter. Maremoto de demagogia. El de Gibraltar. Que aún sigue. 

domingo, 4 de agosto de 2013

La rídicula idea de no volver a verte

Es difícil escribir sobre un libro tan puro, tan diáfano, tan humano y tan verdadero como este. Qué se puede decir si ya Rosa Montero lo dice todo. Es un ejercicio de valentía ante la pérdida, ante la muerte, algo a lo que no estamos acostumbrados en este país de lutos y resignaciones donde se dice con odio y con malicia aquello del "muerto al hoyo y el vivo al bollo". Como si fuera malo, como si nadie tuviera derecho a seguir viviendo cuando alguien cercano se le muere. 

Este libro es una pequeña joya, un análisis libre del dolor ante la pérdida de un ser querido, sin entrar en tiempos marcados por la psicología, sin consejos de esas nuevas filosofías baratas que están tan de moda ahora mismo. La ridícula idea de no volver a verte no esconde nada y produce escalofríos por los sentimientos tan radiantes, tan claros, tan desposeídos de cualquier protección que muestra. 

Se lee en apenas unas horas. En realidad, no se lee, se bebe. Es un libro que habla de la muerte pero que desprende ánimo de vida. Que emociona, que espolea, y que enamora. La lágrima que se me escapó al finalizarlo fue el final perfecto para las historias de Rosa y de Marie. De Marie Curie, porque, aunque en un principio parezca extraño, La ridícula idea de no volver a verte también funciona como breve pero contundente biografía de Madame Curie.

En resumen, imprescindible.

viernes, 2 de agosto de 2013

O sole mio, caro Bryan

A mi no me miréis, ya sé que me repito, pero la culpa la tiene el telediario que por aquello de unas grabaciones desconocidas que han aparecido de Pavarotti y de que es verano y hay que rellenar minutos (no tengo mucha confianza en las intenciones culturales de nuestra programación informativa, ya se ve), por esas cosas, os decía, han puesto imágenes de conciertos del gran tenor y, claro, entre ellos se ha colado uno con un chico de melenita rubia y camisa mostaza y yo he pegado un bote en el sillón y he gritado ¡Bryan! y, en fin, eso. Bryan.


Cosas que no decir a un parado

El otro día me preguntaron si yo me consideraba más inteligente que la mayoría de las personas y, oye, a lo mejor me pasé en la respuesta -que me callo aquí por no quedar (más) de repelente- pero, sinceramente, lo que es, es. Es, quiero decir, que yo me precio de tener y utilizar todo lo que puedo, con días buenos y días malos, eso que se llama inteligencia emocional. Que no es que sea poco utilizada por la mayoría de la gente. Es que, estoy segura, la mayoría de la gente desconoce su existencia. Desconoce lo que es. Desconoce para qué sirve. 

Alguien inteligente no es alguien bueno con las matemáticas. La inteligencia va mucho más allá pero el 80% de las personas no tiene ni idea de lo que significa ponerse en el lugar del otro, que es, básicamente, el principio esencial de la empatía. 

Porque si tú, vayamos al grano, te pones en el lugar del otro no le haces preguntas por completo absurdas en estos tiempos que vivimos, destinadas sólo a saciar la sed de información, chismes y rumores. No haces esas preguntas pensando además lo sensible que eres con el prójimo, que te preocupas por él y tal. 


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